Por Dr. Willians De Jesús Salvador y Ing. José Adolfo Herrera Acevedo
En el momento actual, para el Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD) resulta muy relevante las nuevas perspectivas que se muestran en las relaciones diplomáticas y comerciales resultante de la Era del COVID-19, las cuales enmarcan los diferentes vínculos de nuestro país y las demás naciones del mundo, en razón de que la humanidad inicia un nuevo ciclo de la diplomacia global como resultante de la pandemia, y la vez, al vislumbrarse el fin del viejo orden establecido post Segunda Guerra Mundial.
Al efecto, ve que corresponderá al gobierno que presidirá Luis Abinader, iniciar un nuevo ciclo diplomático en la “Era del COVID-19”, que necesariamente producirá un cambio en los paradigmas existentes en el marco de la diplomacia bilateral y multilateral, con el que se dará paso a nuevos tratados políticos y de acuerdos comerciales, teniendo la República Dominicana que diseñar una cuidadosa diplomacia comercial, por la guerra comercial que se ha desatado entre los Estados Unidos de Norteamérica, la República de China y otras potencias económicas del mundo tornándose en un conflicto geopolítico.
Proyecciones globales de RD en la problemática:
Dentro la problemática tratada, para el CRD a la República Dominicana cuya economía se sustenta en bienes y servicios, teniendo como pilares fundamentales el turismo, zona franca, remesa, inversión extranjera y la exportación de productos agrícolas, le corresponde tomar en cuenta que a ser afectada económicamente y en otros aspectos importantes ante las repercusiones del coronavirus, estas razones imponen recordar que somos un país de vocación agrícola, resultando oportuna una reingeniería del sector productivo nacional. La consigna debe ser de vuelta al campo y seguir avanzando en el desarrollo, innovación tecnológica e inteligencia artificial.
En torno a lo cual es su consideración, que como país tenemos un gran potencial agrícola y las circunstancias están dadas para explotar al máximo nuestras potencialidades en muchos rubros de insuperables calidad genética, sobretodo, por existir un mercado emergente que consume masivamente los productos de nuestras zonas agrícolas.
Coyuntura que para el organismo de desarrollo que agrupa las provincias de la Región Nordeste y el Cibao Central, conduce a lograr un eficiente rol de nuestra nación frente a los problemas alimenticios que atentan en contra del presente y el futuro de la población mundial, teniendo por columna la motorización en el campo dominicano y las comunidades urbanas de su entorno de una gran revolución social, industrial y tecnológica.
Tareas sugeridas al país por el CRD:
Para el CRD, tomando de eje lo ante expuesto, resulta importante conceptualizar que el trabajo diplomático debe ser arduo y sumamente intenso, en la búsqueda de mercados y cooperación internacional, para articular e insertar a la República Dominicana en las nuevas realidades de un mundo que cambió de la noche a la mañana.
Aconseja pues, que los diplomáticos en organismos deben trabajar de la mano de expertos buscando fuentes de cooperación internacional, además, en instrumentos que faciliten un urgente desarrollo de las fuerzas y estructuras productivas de nuestra nación, conjuntamente con las acciones que tomen al respecto las autoridades nacionales.
Llama a entender en los referidos objetivos, que estamos viviendo una guerra comercial a gran escala, y como país tenemos que estar bien consciente de nuestro rol como nación; sobretodo, que América Latina no estaba lo suficientemente preparada para enfrentar una pandemia de esta magnitud, motivos por las cuales la situación no puede observarse como un panorama pre apocalíptico, más bien, es un momento que invita a la cooperación de todos los sectores de la vida nacional iniciando una etapa de concertación social y política, sin exclusión de ningún sector del campo y la ciudad.
Como norte de estas acciones, el Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD) es de la convicción, que nuestro cuerpo diplomático deberá asumir como reto transmitir la imagen de una República Dominicana que transita hacia el control de la pandemia y que a su vez es detentadora de sólidas estructuras para cumplir sus objetivos comerciales y diplomáticos, junto a un gobierno con la responsabilidad de lograr un aparato productivo que no se detenga en su crecimiento y desarrollo, a fin de contribuir a la captación de mayores inversiones en el campo dominicano y las transformaciones que éste necesita, además, a la eficiente colocación en el mercado internacional de los diversos rubros de consumo masivo por la población mundial.