Dentro de los tantísimos retos que tiene por delante el próximo gobierno del Partido Revolucionario Moderno (PRM), encabezado por Luis Abinader y quien será el próximo Canciller del país, el señor Roberto Alvarez, es el saneamiento de la nómina interna y exterior de la Cancillería del país. Un lugar que tiene varias décadas siendo un centro de empleo de allegados al político y Presidente de turno del país.  Con Miguel Vargas Maldonado, actual Canciller, la situación actual es insostenible.

Millones de pesos se gastan mensualmente en nóminas hiper infladas de "empleados" botellas nombrados en distintas Embajadas y Consulados en cada país donde República Dominicana tiene representación. Nada nuevo.  No solo seudos empleados, también artistas, "comunicadoras", periodistas, chefs, amigos, personas conocidas aparecen en la nómina por años del Mirex sin que nadie diga nada. Todo con la anuencia de todos los Presidentes pasados, y obvio Danilo Medina, quien junto a Vargas Maldonado han convertido esa institución en un cortijo de empleo.

En ese sentido, y por citar solo algunos ejemplos de escándalo:  en el Consulado dominicano en la ciudad de Nueva York, hay 35 vice cónsules, auxiliares 48 que hacen un total de 83 personas sin sumar las demás funciones, como secretarias.

¿Cómo se explica que haya 20 Ministros Consejeros y 11 Consejeros en la Embajada en HAITÍ? Eso sumado a lo del Consulado Juana Méndez, que cuenta con 15 vice cónsules, más el Cónsul.

Añado a esto,  la descomunal comisión dominicana representada en la ONU, en la ciudad de New York con 67 empleados (mal contados). Entre ese gentío de "honorables" haciendo nada, hay 18 ministros consejeros. La comisión dominicana le gana a países ricos y potentes, como Alemania, Francia, Suecia, etc…

Y pudiera citar muchos más ejemplos. Hay también Embajadas que solo existen para complacer amistades. Mucho de esos empleados que están en nómina viven en el país y cobran su salario, todos, en dólares. Salarios que ronda los US$10.000 dólares mensuales. Una locura!!! Sin en el menor rubor en sus mejillas.  Y no solo es cuestión de cobro, sino también la poca o baja calidad profesional de más de la mitad de los nombrados, incluido Embajadores.

Urge al nuevo incumbente de Cancillería reformar interna y externamente este festín desproporcionado de nombramientos y sueldos lujosos en Consulados y Embajadas. El gobierno dominicano puede ahorrarse mucho dinero si elimina y hace limpieza de este desmadre nominal.