Nuestros líderes de hoy y mañana tienen grandes retos por delante, y aquellos que ocupan y ocuparán la presidencia de nuestra nación, tienen todavía más. Pero el primer reto es convertirse en verdaderos Líderes. Una frase de Peter Drucker resume a qué me refiero: "El liderazgo efectivo no tiene que ver sólo con grandes discursos o ser gustado, el liderazgo se define por resultados, no por atributos". Si observamos los resultados de nuestro país, podríamos concluir que hemos tenido un liderazgo político fallido.
Desde una visión del liderazgo, las políticas económicas que ejecutan nuestras autoridades tienen, aunque ustedes no lo crean, un fin más noble que pagar la deuda y conseguir que me presten. Su objetivo final es mejorar la calidad de vida de la población y hacerla sostenible en el tiempo. Un Líder comprometido con este fin, logra 3 grandes cosas: (1) Elaborar una estrategia que priorice lo importante y un plan de implementación claro y efectivo (2) comprometer y lograr el apoyo de todos los afectados en la ejecución de la estrategia (3) Cumplir su compromiso con transparencia y tomando decisiones con carácter.
El Estado Dominicano cuenta hoy en día con una estrategia definida: La Estrategia Nacional de Desarrollo. El Gobierno cuenta además con todo el análisis necesario para elaborar un plan de implementación a corto, mediano y largo plazo. Sin embargo, el Estado Dominicano necesita recursos para implementar dicha estrategia. Los recursos con los que cuentan no son suficientes para mejorar nuestros niveles de vida y lograr un crecimiento cada vez mayor y sostenible en el tiempo. Aproximadamente el 50% del ingreso del gobierno corresponden a gastos rígidos recurrentes. Sí, necesitamos incrementar la Presión Tributaria. Para conseguir estos recursos, El Estado necesita el segundo elemento: Comprometer y lograr el apoyo del sector privado.
Y qué necesita el sector privado para comprometerse? Confianza en que dicha estrategia será implementada con transparencia y de la forma más eficiente posible. Se necesita un Pacto creíble y lograble entre Sector Público y Privado. Hoy en día los niveles de corrupción se perciben muy elevados, y ni nuestros gobernantes, ni las instituciones y ni la leyes garantizan que la Estrategia se lleve a cabo con éxito. En primer lugar se requieren en el Gobierno Líderes con probada capacidad de ejecución y elevados niveles de integridad. En segundo lugar, son imprescindibles leyes que incentiven el cumplimento de los objetivos, con un sistema de consecuencia ante el incumplimiento del logro y el desvío en la eficiencia. Y tercero, se necesitan instituciones que garanticen la aplicación de este sistema de consecuencias. Parecería ingenua esta petición, pero no lo es. Estoy segura de que la participación directa y activa del sector privado en estos procesos, podría tener un impacto muy positivo en la percepción de compromiso, y el logro de la estrategia.
En términos concretos, la confianza nos habla del gasto del gobierno. Un sector privado confiado, cuenta con los elementos para creer que el sector público gastará eficientemente el dinero que recibe. Esto es, que existe un plan claro y transparente de la racionalización de gasto público: una nómina adecuada, unas compras a precio justo, un gasto que se enfoca en mejorar las oportunidades de los más pobres y, una inversión pública que apoya el incremento de la competitividad del sector privado.
Que viene después del compromiso? El Financiamiento de la Estrategia y el incremento de la presión tributaria. Cuando el sector privado aboga por un incremento en la calidad del gasto, no lo hace pretendiendo quedarse con los brazos cruzados. Todo líder de empresa sabe que implementar proyectos de eficiencia y mejora, requiere una inversión inicial. Un sector privado confiado está dispuesto a sentarse en la mesa a identificar la mejor forma de apoyar la causa.
El paquetazo aprobado recientemente debe servir como sala de espera para llevar a cabo una reforma fiscal integral. De hecho, los impuestos de mayor recaudación en el paquetazo, se establecieron por un período de 2 años. Por otro lado, la Estrategia Nacional de Desarrollo se encuentra en su fase final de aprobación en el Congreso. Como dominicanos, líderes de nuestro destino personal y de nación, debemos desarrollar los elementos claves para construir una confianza real, en estos 2 años. Todavía creo que existen verdaderos Líderes: Los que dan Resultados.