Por razones puramente generacionales, y a excepción de las dictaduras que conoció el país en el siglo pasado, un ciclo político tiende a durar entre 8 a 12 años. Transcurrido ese período, se suceden notables cambios en el espectro político nacional. Para refrendar lo dicho, basta con apreciar los acontecimientos de nuestra historia moderna.

Tras el ajusticiamiento de Trujillo, por ejemplo, el gobierno más estable que tuvo la Republica Dominicana fue el del Dr. Joaquín Balaguer, quien se caracterizó por ser un político flexible a los tiempos y de comportamiento fluctuante.

El primer periodo del Dr. Balaguer se corresponde a lo que ya en la historia se conoce como “Los 12 años”, tiempo casi reglamentario que tienden a durar, como mencionamos, los ciclos políticos en la nación. Demostrado por la historia, ese periodo concluyó con cierta crisis electoral lo cual dio como resultado el inicio de otro ciclo político encabezado esta vez por una nueva dirigencia partidaria. A su vez, los gobiernos perredeistas protagonizaron aquel ciclo que duró 8 años con una intermitencia de dos gobiernos, y posteriormente fueron sustituidos una vez más por Joaquín Balaguer, siendo precisamente en ese punto de la historia donde se inició lo que podríamos llamar “el tercer ciclo político” tras el ajusticiamiento de Trujillo.

El nuevo gobierno del Dr. Balaguer se prolongó por 10 años, pero su duración debió ser de 12 años si no se hubiese suscitado la crisis electoral del 1994, lo que forzó la conclusión del tercer ciclo político en el año de 1996. Del 1996 hasta la fecha, han tenido vida dos ciclos políticos más, el primero desde el año 1996 hasta el 2004 (8 años) y el segundo desde el 2004 hasta el año 2016 (12 años).

Considerando lo anterior, cabe preguntarnos: ¿Cuáles son las características que presentan los ciclos políticos al momento de su desaparición? ¿Cómo podemos determinar que estamos en los estertores de un ciclo que dará lugar a uno diferente? Admitimos que por la complejidad de los cambios sociopolíticos en un país la respuesta no resulta sencilla, no obstante, e indistintamente a las variaciones circunstanciales que puedan presentarse al cerrarse un ciclo y abrirse otro, se pueden identificar constantes que nunca varían, como es la aparición de una Crisis, la cual puede ser de carácter económica, moral, o política, y la aparición de nuevos actores políticos que pueden ser individuos, así como agrupaciones políticas.

Nótese como en la finalización de los ciclos políticos nace otro del meollo de la crisis que le sirve de matriz, acompañado de actores políticos que pueden perpetuarse si conocen bien su papel y saben desempeñarlo, o pueden desaparecer al momento en que desaparecen las circunstancias que los engendró.

Considerando la explicación que hemos dado al respecto, matizada quizás con la percepción personal de quien esto escribe, resulta fácil concluir que tras la culminación de las últimas elecciones electorales celebradas el año pasado, concluyó en la Republica Dominicana un ciclo político y se inició, para ventura o desventura, uno nuevo.

En lo inmediato, los elementos constitutivos de los cismas político-sociales (Ciclos) son apreciables por todos. El país asistió no solo a unas elecciones totalmente distintas a las demás elecciones de las cuales la Republica Dominicana ya tiene experiencia, sino que la misma se celebró en aras de la más profunda crisis moral y política que la nación haya vivido en tiempos modernos. La perfidia política de estos tiempos se relaciona directamente con un notable deterioro de las estructuras partidarias, tan profunda, que muchos no dudan en llamarla “Crisis en el Sistema de Partidos”. Además, no obstante la crisis vivida, se palpa claramente el segundo elemento constitutivo a toda finalización de los ciclos políticos: La aparición de nuevos actores.

En este último respecto, señalamos que los nuevos actores políticos no son solo individuos, sino también organizaciones. En cuanto a los individuos surgen como alternativas políticas la señora Carolina Mejía, hasta entonces conocida solo en el ámbito empresarial, David Collado, joven emprendedor que se desenvolvió como diputado durante los pasados cuatro años, Paliza, el Senador más joven que tiene la República Dominica y actualmente miembro del Consejo Nacional de la Magistratura, Minou Tavarez Mirabal, dirigente destacada de oposición, entre otros. En cuanto a las organizaciones, se consolida en el escenario político el Partido Revolucionario Moderno, organización milagrosa que parece haber sustituido al histórico Partido Revolucionario Dominicano.

Al momento resultaría impreciso prever con detalles el futuro inmediato del país, sin embargo, y sin dar lugar a error, hemos concluido otro ciclo político para dar paso a nuevas aventuras en el discurrir histórico de la nación.