A propósito de la Ley de Partidos Políticos y Agrupaciones Políticas, es notable: hay júbilo en todas las esquinas del país. Esta alegría es producto a que la dilatada, manoseada y estrujada propuesta de ley haya llegado en buen estado físico, aun después de 17 años de peregrinaje y tortuoso viacrucis, a las Cámaras Legislativas donde finalmente fue aprobada.
Es obvio, la gente está contenta y agradecida de los políticos, en especial de los partidos PRM, PRD, PRSC y las facciones del danilismo y leonelismo (del PLD), porque de una forma u otra cada grupo o parcela política cedió poder y posición de radicalidad a los fines de que la Ley de Partidos Políticos y Agrupaciones Políticas sea aprobada sin mayores resquemores.
¡Enhorabuena! los partidos que conforman la oposición política se pusieron de acuerdo y mostraron sus fuerzas (bíceps y tríceps) imponiendo sus rubricas y marcas para la aprobación de dicha ley. Además de enviarle un claro mensaje al PLD: ¨que sepan que no están solos en la cancha¨. Debe quedar claro a los dos principales líderes del PLD de que, la oposición política es una franja política que marca sus límites de acción y a la vez, es la fuerza que se necesita para transformar las cosas indispensables de la Nación.
No me cabe la menor duda, de que en este proceso de discusión ganó “la razón y la verdad” en el entendido de que las partes se abocaron a buscar soluciones complejas a retos complejos. Y que estas discusiones, abre los espacios en la mesa de diálogos, debates y discusiones complejas como son, por ejemplo: “Los diferentes puntos de vistas sobre la despenalización o no del aborto, o la Ley 155-17 sobre Prevención de Lavado de Activos, que la misma carece de discusión y consenso.
¿Para qué sirve la Ley? La ley sirve para prohibir y sancionar a cualquiera que la viole. Según la definición del diccionario: ¨Ley es una norma jurídica dictada por el legislador y cuyo precepto es establecido por la autoridad competente, en que se manda o prohíbe algo en consonancia con la justicia cuyo incumplimiento conlleva a una sanción¨.
En el país tenemos por delante innumerables retos difíciles. A saber, dichos retos difíciles tienen soluciones difíciles. Por lo que no puede haber discusiones fáciles ni debemos pretender que haya discusiones fáciles en temas difíciles. Dicho en otras palabras: La Ley de Partidos Políticos y Agrupaciones Políticas después de aprobada y promulgada debemos seguir discutiendo hasta llegar al promedio razonable de Justicia y de Derechos Civiles; sin excepción alguna a la que pretendemos alcanzar.
Por lo que mi sugerencia, a los políticos actuantes de la oposición, es que no perdamos de vista las falencias contenidas en la ley que se acaba de aprobar en las Cámaras de Diputados y del Senado. La misma está plagada de luces y sombras e inconsistencias jurídicas y quizás también, tenga algunos artículos que riñe con la Constitución.
Para finalizar, me llamó poderosamente la atención por la indudable aparición del ¨azar¨ en los sucesos a continuación: Luego de la aprobación de la pieza legislativa el Presidente de la Cámara de Diputados -justamente- cuando cerraba la sesión del hemiciclo, mediante el golpe del mallete, dijo en voz alta que celebraría la aprobación de la mencionada ley, tomándose un trago (no sé si quiso inferir algún doble sentido -como lo hizo Eliot Ness después de aprobarse la contra ley seca en Estados Unidos-).
Al día siguiente, el profesor Leonel Fernández también celebró -la aprobación de la referida ley- bailando el sabroso merengue del extinto compositor y arreglista Luis Díaz: El guardia del Arsenal qué dice así: “Yo nací en la Bahía de Manzanillo. Caribe tengo la voz. Si no fuera porque viviera tan lejos te enseñara cómo soy. Nací en tiempo de ese condenado Trujillo¨. […]