En la pasada semana la mayoría de los Diputados votaron a favor de la aprobación de una “Ley” de partidos políticos que sólo representaría un Placebo Inerte que en nada contribuiría al fortalecimiento de la democracia sino que, por el contrario, representaría un caramelo envenenado apropiado para estúpidos, con el que pretendían endulzar al pueblo, al que tanto subestiman, generándoles la percepción de que cumplieron con su promesa de campaña de aprobar una Ley de Partidos Políticos.
Al ver el mamotreto de Ley nos preguntamos:
- ¿Hasta dónde nuestras autoridades seguirán subestimando a la sociedad que los eligió para dirigir los destinos del país?
- ¿Será que la mayoría de nuestros legisladores están de acuerdo con que las campañas electorales las puedan financiar delincuentes, corruptos, evasores y narcotraficantes?
- ¿Será que consideran adecuada la idea de coger recursos de dudosa procedencia o más bien de clara procedencia ilícita para luego traicionarlos y deportarlos o someterlos a la justicia?
- ¿O es que algunos de nuestros legisladores no tienen derecho a pensar o no piensan y sólo obedecen la línea de su partido?
Parece increíble que una ley tan ampliamente debatida, que ha venido recibiendo aportes de la Junta Central Electoral, de organismos internacionales, de la sociedad civil e incluso de los propios partidos mayoritarios y pequeños, a través de la Comisión de la Cámara de Diputados encargada de la discusión de este proyecto para producir una verdadera Ley que garantice la trasparencia interna, la ejecución de una única primaria, en la que todos los partidos elijan sus candidatos, eliminando el transfuguismo y, en especial, el control de los recursos que reciben los partidos para su financiamiento, tanto de fuentes públicas como privadas, que sea este inerte y mal intencionado proyecto el que se sometió y aprobó en primera lectura.
En cambio, en opinión de toda la sociedad: la iglesia, los medios de comunicación que se respetan, los partidos de oposición, las entidades de reconocido renombre, como por ejemplo FINJUS, entre otras, organizaciones académicas y los ciudadanos de a pies que piensan y entienden del peligro con qué estamos jugando, han manifestado que con ese Placebo de Ley, el país sufriría una grave derrota y un retroceso en el proceso de consolidación de la democracia y la transparencia política.
Pareciera que nuestros dirigentes de hoy en día, no han entendido que en este país la sociedad esta alerta y les dijo: ya basta de quedarnos callados, basta de hacernos los tontos y que luego paguemos las consecuencias de no manifestar nuestros criterios y opiniones con tiempo, basta de dejar que la clase política gobernante haga lo que quiera y que siga metiendo las patas, para que luego, no tengamos un presidente al que “le hablan pajaritos”, mientras ellos vivan en algún paraíso fiscal y nosotros, nuestros descendientes y nuestros intereses permanezcamos aquí, en nuestra patria.
Podemos disculpar a algunos Diputados de oposición, que por mantener logros como el de recibir financiamiento del Estado y que con sólo el 5% del electorado se consideren mayoritarios, para que reciban recursos igual que el que más; pero el partido que lo sometió y bajó líneas a sus diputados para su urgente aprobación, nos hacen pensar que quieren poder recibir recursos de los corruptos de gobiernos anteriores para luego traicionarlos y someterlos a la justicia o del narcotráfico para los mismos fines y hasta extraditarlos.
Por último, el Presidente Danilo Medina, los dirigentes del Partido de la Liberación Dominicana, su presidente Dr. Leonel Fernandez y sus legisladores deberían hacer su Mea Máxima Culpa ante sus seguidores, ante sus compañeros de partido y ante el pueblo que los ha elegido en varias ocasiones y regalarnos un verdadero proyecto de Ley de Partidos Políticos que represente un paso agigantado en el proceso de consolidación de la democracia y la transparencia política.