Cuando se nos pidió un nombre para esta columna no vacilamos y la titulamos “El mito de la maquina”. Pero, ¿Que es “El mito de la maquina”?.

El mito de la maquina es una obra en dos volúmenes publicadas entre 1967 y 1970 por Lewis Mumford. ¿Quién es Lewis Mumford?.

Lewis Mumford arquitecto norteamericano   (1895-1990) se ocupó principalmente en sus obras del impacto de la tecnología, el desarrollo de las ciudades y del hombre. Ya en 1934, en “Técnica y civilización”, esbozó su teoría de la división de la evolución de la tecnología en tres fases eotécnica,  paleotécnica y neotécnica. “El período eotécnico habría comenzado, para Mumford, alrededor del año 1000, prolongándose hasta los inicios de la Revolución Industrial. En esta dilatada franja histórica se desarrollaron muchas de las técnicas y utensilios que servirían de base a la industria moderna. También coincidió con el nacimiento de la ciencia como la entendemos hoy. Las formas de energía predominantes en este período serían el viento y el agua. El material principal, la madera. A esta fase seguiría la fase paleotécnica, al arrancar en el siglo XVIII la Revolución Industrial. Esta época estaría marcada por la explotación de la energía de vapor, por el sistema fabril y por la utilización masiva del carbón y de las nuevas formas de trabajar el hierro. Finalmente, la fase neotécnica se iniciaría en el siglo XX, con el desarrollo de nuevas formas de energía como la electricidad, maquinaria más sofisticada y nuevas aleaciones y materiales.” (José Ardillo en Revista Artefacto http://www.revista-artefacto.com.ar/).

En el tomo I de “El mito de la máquina”, “Técnica y evolución humanas”, Mumford inicia con el despertar del hombre en este inicio se opone a la definición que se hace de que le hombre es un animal que usa herramientas “El hombre moderno ha trazado un cuadro curiosamente distorsionado de sí mismo al interpretar su historia remota de acuerdo con los módulos de su actual afán de fabricar máquinas y conquistar a la naturaleza. Una y otra vez justifica sus inquietudes actuales denominando a su antecesor prehistórico «un animal fabricante de herramientas» y dando por supuesto que los instrumentos materiales de producción predominaron sobre todas sus demás actividades. Mientras los paleontólogos consideraron los objetos materiales – sobre todo huesos y piedras – como la única prueba científicamente admisible de las actividades del hombre primitivo, nada pudo hacerse para modificar este estereotipo. Pero a mí, como generalista que soy, me parece necesario poner en tela de juicio tan estrecho concepto.” (The Myth of the machine. Harcourt, Brace and World. 1967. Pág. 14).

Pero entonces, ¿Qué es lo que nos diferencia del resto de los animales? ¿Qué es lo que nos hace humanos? “Y es que ningún rasgo aislado, ni siquiera la fabricación de herramientas, basta por sí solo para identificar al hombre, pues lo especial y singularmente humano es su capacidad para combinar una amplia variedad de propensiones animales hasta obtener una entidad cultural emergente: la personalidad humana. Y es que ningún rasgo aislado, ni siquiera la fabricación de herramientas, basta por sí solo para identificar al hombre, pues lo especial y singularmente humano es su capacidad para combinar una amplia variedad de propensiones animales hasta obtener una entidad cultural emergente: la personalidad humana.” (Ibíd. Pág. 6).

Para Mumford uno de los pasos más importantes que ha dado el hombre ha sido el despertar de su propia conciencia. Son los intangibles los que no hacen humanos no nuestra capacidad de construir máquinas y aparatos. Reducir el hombre a un mero fabricante de herramientas  es negar todo aquello que está dentro de nosotros aquello que llamamos conciencia. Al decir del propio Mumford es posible que si no hubiésemos soñado con dragones jamás hubiésemos sido capaces de desintegrar el átomo.

Para explicar le desarrollo ulterior de la humanidad Mumford ha desarrollado  el concepto de “La Máquina” en el sentido de un sistema, ya en técnica y civilización lo explica “Cuando use el término “la maquina” me referiré como una referencia abreviada a todo el complejo tecnológico”.(Técnica y Civilización. Alianza editorial 1971 Pág. 28). Así Mumford nos lleva por el desarrollo del hombre desde los grupos de cazadores recolectores hasta los primeros reyes de la tierra hasta los faraones que construyeron las pirámides que para él la primera gran maquina: La megamaquina, hecha puramente de partes humanas intercambiables.

Aquella megamáquina antigua constructora de pirámides e fue perfeccionando cn el tiempo reemplazando con partes mecánicas las partes humanas de su mecanismo. “Las partes humanas que componían la megamáquina eran, por naturaleza, imperfectas; en consecuencia: no se podía confiar en ellas del todo, y menos mecánicamente. Hasta que pudieran hacerse en cantidad suficiente auténticas Máquinas de madera y de metal, que ocuparon el puesto de la mayoría de los componentes humanos, la megamáquina siempre resultó vulnerable.” (Lewis Mumford. The Myth of the Machine: Technics and Human Development. Harcourt; 1st edition.1967).

Para Mumford toda esta tecnología, toda la sustitución de las partes humanas móviles por partes mecánicas no ha servido para liberar al hombre de la esclavitud de la máquina. En este estadio “superior” de la “civilización humana” estamos asistiendo, a lo largo de muchas décadas, al dominio de la máquina. Se vive, se trabaja por y al servicio de la máquina. En el tomo II, “El Pentágono del poder”, Mumford, como escribe José Ardillo “Mumford libera todo su disgusto e inquietud ante las similitudes de las antiguas megamáquinas y la estructura de poder que maneja el timón en la moderna sociedad industrial. Escandalizado por la guerra de Vietnam y por la escalada atómica durante la “guerra fría”, Mumford denuncia el ignominioso poder que las castas científicas y militares han adquirido dentro de las naciones opulentas. Tentados por un oscuro e irracional deseo de asumir un mandato religioso, la comunidad científica se refugia en el secretismo más absoluto y mueve los hilos del gobierno del mundo.” (José Ardillo Ibíd.)

Hoy más que nunca las obras de Lewis Mumford adquieren importancia capital a pesar de haber sido escritas hace décadas. El gobierno mundial de las corporaciones, el culto irracional a la tecnología, la deshumanización de todos los aspectos de la vida, comparar la felicidad con la posesión de juguetes materiales por encima de los afectos naturales que nos hacen humanos están hoy más presentes que nunca.

A pesar de que en nuestro país es difícil conseguir las obras de Mumford invito a todos aquellos que puedan adquirirlas leerlas como un ejercicio de profunda reflexión.

Para conocer más sobre Lewis Mumford y El mito de la maquina pueden visitar nuestro Blog:  http://elmitodelamaquina.blogspot.com/