En el país debatimos muchos temas que tienen una clara marca ideológica. Uno de esos temas es el relacionado con los derechos de la mujer, que no es sinónimo de ideología de género. Sin embargo, hagamos un ejercicio de construcción imaginaria de consenso como país, trazando una línea también imaginaria y veamos de qué lado estamos cada uno y cada una.
Levante la mano quienes están de acuerdo con la defensa de la dignidad de la mujer y sus derechos a no ser tratada con discriminación, a no ser objeto de violencia física, psicológica ni sexual. El derecho a vivir libre de toda forma de discriminación.
Levanten la mano quienes están de acuerdo al derecho que tiene la mujer a participar en la vida política, a disfrutar del bienestar económico teniendo acceso a empleo justo y dignamente pagado sin discriminación de ningún tipo.
Levanten la mano quienes consideran que en la sociedad no debe existir preeminencia del hombre sobre la mujer para imponer autoridad, liderazgo, privilegios y control de los recursos, reduciendo a la mujer sólo a la obediencia.
¿Quiénes consideran que jamás en la sociedad debe haber una forma de organización jerárquica donde los hombres son los llamados a detentar el poder y las mujeres deben estar ubicadas en posiciones de subordinación?
Levanten la mano quienes defienden que la mujer debe participar en el mercado de trabajo en iguales condiciones y oportunidades que los hombres.
Levanten la mano quienes están de acuerdo que la carga de trabajo en el hogar no es exclusiva para la mujer y entienden que el trabajo doméstico es una responsabilidad compartida entre el hombre y la mujer.
Levanten la mano quienes están de acuerdo que la mujer igual que el hombre tiene los mismos derechos legales de tener acceso a vivienda, tierra y otras riquezas materiales de la sociedad.
Levanten la mano quienes tienen la convicción de que ninguna mujer debe ser sometida a ningún tipo de violencia directa o indirecta ni es un objeto sobre el cual el hombre tiene derecho a ejercer el control o sentido de propiedad sobre ella.
Levanten la mano quienes consideran que ninguna niña debe ser sometida al matrimonio ni uniones tempranas ni mucho menos a que esto se haga mediante transacciones comerciales entre adultos que actúan como si fueran propietarios de un objeto.
Levanten la mano quienes entienden que hay que promover la reducción del embarazo en adolescentes mediante estrategias educativas preventivas que conduzcan al ejercicio responsable de la sexualidad.
Levanten la mano quienes están de acuerdo con que ninguna persona debe ser sometida a violencia, asesinada, estigmatizada, discriminada y odiada por tener preferencia sexual con personas del mismo sexo.
Levanten la mano quienes entienden que frente a todas esas acciones es responsabilidad fundamental del Estado movilizar recursos, políticas, estrategias y actores creando escenarios de alianzas y participación social.
Si contamos los votos se constatará que más del 80% estamos de acuerdo que el asunto es de derecho y dignidad, pero las ideologías y el poder nos bloquean para la construcción de un consenso como sociedad.
Es la hora de que construyamos una agenda social y política común. Mientras estemos atrapados en debates ideologicistas europeizantes y norteamericanizantes, seguiremos arrastrando el vacío de una sociedad que no es capaz de construir su propia historia y más que potencializar nuestras fortalezas seguimos girando alrededor de nuestras carencias. Al final, las mujeres pobres son las que más sufren.