Próximo al recinto donde se desarrollaba el diálogo en torno a la vida y la obra de Melba Marrero de Munné se ponía a circular el poemario La otra memoria, segundo libro de versos publicado por el depurado y legendario poeta Orlando Morel. Sobre este texto y el primero del autor, titulado El día sucesivo, me referiré de forma amplia en lo adelante.

Antes de regresar a San Francisco de Macorís tuve la grata oportunidad de entrar en contacto con el proyecto editorial Papelmaché S.R. L, admirable iniciativa de los escritores Quibian Castillo y Eduard Tejada, quienes me honraron al incorporarme a sus planes editoriales. De ese tiempo a esta parte los resultados de tan maravillosa temeridad han sido más que auspiciosos: Recientemente, el 22 de abril, mi amigo Félix Paulino y yo pusimos a circular un libro conjunto de artículos políticos, titulado A dos voces, segundo título publicado bajo el sello de la editorial Papelmaché S.R.L.

Actualmente tenemos depositados siete libros para fines de publicación.

Volviendo a la feria. Lamenté que ciertos agobios cotidianos me impidieran regresar a dicho evento el domingo, que era el día de su clausura. Sin embargo sucedieron varias cosas que compensaron con creces mi indeseada ausencia: como a eso de las dos de la tarde de ese día me llamó la joven escritora Nathalie García para darme la grata noticia de que había ganado el segundo lugar en cuento, en el Concurso Regional de Cuento y Poesía para Talleres Literarios, organizado en el marco de dicha feria.

Cuando Nathalie y yo estábamos inmersos en las correcciones finales de su libro Casi Cuentos, le sugerí que dejara fuera un relato que, por su relativa extensión y calidad (sin menoscabo de los otros), podía participar con éxito en algún concurso de este género. Lo hice consciente del estímulo que implica un reconocimiento de este tipo para un escritor o escritora joven. Ese cuento, titulado Un mes de muerta, fue el merecedor del referido premio.

Alrededor de media hora después recibí una llamada del narrador y poeta Jovino Núñez, en la que me informaba que en el nombrado evento había sido premiado en los renglones de Cuento y Poesía y quería testimoniarme su agradecimiento por mi estímulo permanente a su vocación y por mis observaciones y sugerencias en tal sentido.

Todo aquello me hizo sentir muy bien, y luego mucho mejor cuando me enteré que mi amiga, la poetisa y narradora Martha Villa, había alcanzado una mención honorífica en Poesía con el poema La mano que empuña el grito, y que el primer lugar en Cuento lo había obtenido la jovencita Imgard De La Cruz, miembro del taller literario Domingo Moreno Jimenes, del recinto UASD-SFM, con el cuento titulado Máscaras.