“Mi forma de responder ofensas es el silencio, mis hechos hablan por mi”
Cuando al ex presidente Leonel Fernández le corresponde hablar de su vida, sus batallas políticas, las confrontaciones, las ácidas críticas que recibe, sostiene –sin titubeos que “en este país lo único que no se perdona es la cobardía”.
Pero, de igual manera, Fernández aclara que ha comprendido que en el juego de la política se actúa con la cabeza fría, no con el corazón y con los impulsos momentáneos.
Con esto el presidente del Partido de Liberación Dominicana (PLD) deja claro que no rehúye sus compromisos y que si en un momento no ha salido a defenderse de algunas infamias públicas en su contra, no es por cobardía.
Para el líder peledeísta, su forma más efectiva de responder a provocaciones y críticas es no responderlas, aunque se hagan con la virulencia de un rabioso Pitbull Terry, bien entrenado para pelear y despedazar a su oponente.
“Siempre he creído que mis hechos, por encima de mis palabras, luchan por mí y dan la cara en cada instante en que mis detractores se ensañan contra mí. Mi mejor forma de responder a las ofensas es con silencio y con mis hechos”, sentencia el ex gobernante.
Dice que por una cuestión de formación no alberga rencor, resentimiento con sus críticos de mayor saña y no humilla sus contrarios políticos fuera o dentro del partido.
Muy a pesar de que está consciente de que en su contra se han urdido las mentiras más inverosímiles del mundo.
No peleó en la Revolución de Abril
Rememora que en su vida política han llegado a acusarlo de algo tan absurdo como de ser antipatriota porque no peleó en la Revolución de Abril de 1965, cuando para la fecha apenas llegaba a 12 años de edad.
“De manera que oír eso fue como remontarme a la edad de piedra de la política. No obstante, elegí permanecer inmutable, como otras tantas veces en mi vida. En general guardo silencio ante las ofensas. Es mi manera de responderlas. Mis enemigos pueden testimoniar que ese silencio es una respuesta mucho más contundente que cualquier diatriba”, dice el ex gobernante.
Un libro sobre su vida
Estos planteamientos sobre la reacción de Fernández sobre las críticas están contenidos en la obra “Leonel, Una Biografía: La Historia Personal y Política del Líder Dominicano”, escrito por el abogado Marcelino Ozuna.
El propio Fernández cuenta su vida personal, su familia, sus matrimonios, su círculo íntimo, sus grandes batallas políticas con sus enemigos dentro y fuera del partido.
Los favores se olvidan, las ofensas no
“Fiel a mi estilo, jamás he humillado ni aplastado a nadie: Incluso mis adversarios más enconados reconocen que siempre les dispensé el mejor de los tratos. Sé que cualquier persona puede convertirse en mi juez, y sé que un juez jamás fallará en provecho de quien lo haya maltratado, así sea en un pasado remoto”, plantea Fernández.
El ex mandatario sigue diciendo lo siguiente: “Es más, la gente es tan tal que los favores y las buenas acciones de las que son objeto las suelen recordar por tiempo limitado. En cambio, las ofensas se le graban en el alma con letras de fuego, como estampa en la piel del ganado. Si ese señor Jesús Sacramental hiciera que mis colaboradores entendieran eso, les aseguro que las cosas serían diferentes”.
No suma enemigos gratuitos
Leonel Fernández explica que al menos que su integridad y moral no estén en peligro, no suele sumarse malquerencias, animadversiones, enemigos gratuitos.
En ese orden, recuerda que nunca olvida cuando en principio de los años noventa un compañero de partido se sintió ofendido porque le entregó una tarjeta de presentación, en su condición de secretario de Prensa del PLD.
“Usted está violando los métodos de trabajo del partido”, dijo indignado el militante, “usted se está promoviendo, algo que nuestro partido prohíbe, y usted lo sabe.
Con mucha decencia, el doctor Fernández respondió: “Mire, lo cierto es que no había caído en cuenta, pero tiene usted la razón, no había caído en cuenta, no entregaré más tarjetas”.
Fernández sigue explicando: “Y no entregué más tarjetas. No al compañero ofendido. A los demás sí, pero estoy seguro que vio mi gesto como un homenaje a la humildad por parte del secretario de Prensa. Aunque no estaba violando nada, confrontarlo me habría restado sus afectos, gratuita e innecesariamente”.
“He tenido que pararme en dos patas”
No obstante, Fernández aclara que por su forma cortés, muy educada de tratar la gente, no han faltado quienes lo acusen de que rehúye las confrontaciones.
“Lo cual no es cierto. La historia reciente está llena de ejemplos de que cuando he tenido que pararme en dos patas, lo he hecho sin mirar a los lados. Los abogados no estamos habituados a barajar pleitos. Pero la sensatez ordena litigar sólo cuando se tiene la certeza de triunfo”.