En aras de la objetividad de este artículo, debo indicar que no me queda claro quién o quiénes están detrás de esta campaña sucia contra el expresidente Leonel Fernández. No le veo sentido a la denuncia del historiador Euclides Gutiérrez Félix, de que autoridades norteamericanas quieren sacar del poder al Partido de la Liberación Dominicana (PLD) para luego unificar a República Dominicana y Haití en una sola nación.
Se ha tratado de vincular en esto al expresidente Hipólito Mejía, pero él está inmerso en los problemas y la organización del Partido Revolucionario Moderno (PRM). Ni hablar de Miguel Vargas y su Partido Revolucionario Dominicano (PRD), que está bastante disminuido. Hipólito y Miguel no hacen ni la más mínima oposición al gobierno.
Se ha insinuado que el Departamento de Estado de los Estados Unidos mueve los hilos del narcotraficante convicto Qurino Ernesto Paulino Castillo, para impedir el regreso al poder de Fernández. Esto tiene ignorancia por un lado y mala fe por el otro. El que conoce la política norteamericana y su temida estructura de poder imperialista sabe que no actúan así. Además de que no tienen favoritismo ni interés en ningún candidato presidencial dominicano. Sus embajadores saben defender e imponer sus intereses con un gobierno o con el otro.
Lo que tiene más lógica es que Quirino anda detrás de la devolución de bienes que algunos jefes militares y funcionarios de los gobiernos del PLD le expropiaron de forma fraudulenta.
Sí quedó bien claro que sin la coraza y defensa de “los Vincho” el exgobernante es una presa fácil y podría ser destruido políticamente. Después que el presidente Danilo Medina, acompañado de un grupo de dirigentes, acudió a su casa en clara señal de apoyo, todo el mundo está reverenciando al presidente del PLD. La dirección política de Santiago de los Caballeros anunció su respaldo a Leonel. Otros sectores seguirán en cadena haciendo lo mismo.
Llamó la atención que después de haber revelado que Fernández era el responsable del “hoyo fiscal”, el gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, anuncie su “más profunda solidaridad” con el expresidente, ante los ataques de “personas descalificadas moral y legalmente”, que tratan de mancillar su nombre y su reputación.
En este proceso hay que tomar en cuenta que muchos oportunistas, cuando ven una figura con posibilidad de llegar a la Presidencia de la República, se colocan “donde el capitán los vea…”, para luego recibir los “beneficios” del poder.
Sin embargo, en principio Leonel sólo contaba con su leal jefe de prensa, Rafael Núñez, que, con cinco teléfonos en las manos hacía gestiones y “movía fichas” como un ajedrecista; y con el doctor Marino Vinicio Castillo (Vincho) y sus dos hijos, Vinicio y Juárez. Sorprendió la activa participación del último, puesto que no suele inmiscuirse en política; es más bien un jurista.
Los Castillo lanzaron una ofensiva mediática desde el momento en que el periodista Salvador Holguín comenzó a difundir la información donde el narcotraficante dice que apoyó económicamente a Fernández.
La llamada de Quirino a la radioemisora Z-101 fue tan “poderosa” que rompió el hielo Leonel-Danilo y unificó a todo el PLD en torno a Fernández. Se llevó de paso a la reelección presidencial y sus promotores. Los demás precandidatos están fuera del mapa y dejan a Leonel como el hombre a vencer en el PLD. El proceso lo dejó más fortalecido.
Claro está, por ahora, ya que la política es dinámica y los escenarios cambian continuamente. Leonel aprendió otra lección: que en materia de estrategia de comunicación, el guardar silencio no siempre es beneficioso.
¿Será necesaria otra llamada de un narco para que Leonel y Danilo se vuelvan a reunir y la relación partido-gobierno comience a fluir? ¿Cuál será el próximo ataque contra Leonel? ¿Afectará esto la alta popularidad de Medina?