El 18 de junio de 1815 se produce en Waterloo, Bélgica, la batalla definitiva de uno de los más grandes estrategas militares de todos los tiempos. Napoleón Bonaparte fue siempre un ganador, un conquistador, pero no supo entender que sus victorias tenían un límite.
La imposición a lo interno de Francia y el peligro que significaba para los demás países, fueron parte de las razones para que se produjera la coalición de fuerzas que definitivamente lo derrotó.
La megalomanía, el aire de grandeza, creerse el único capaz de vencer, fueron otras motivaciones, no sólo para que se formara la coalición de países que lo enfrentó, sino también para que se organizara un grupo dentro de su propio país que apostara por su fracaso.
Guardando las enormes distancias en todos los sentidos, me permito tomar ese episodio de la historia de la humanidad que se produjo en la Europa del siglo XIX, para explicar lo que está sucediendo y podría suceder en la República Dominicana de hoy y del año 2012.
En nuestro país tenemos el caso singular del presidente Leonel Fernández que ha sido un ganador, no ha perdido batallas significativas en su carrera política, ha sido un gran estratega, ha sabido ver más allá de la curva algunas veces. No obstante, por las señales que está enviando, parece ser que se encamina a su primera y quizás definitiva derrota.
Me estoy refiriendo a su intento de postularse por su partido, el PLD, como candidato a la presidencia de la República Dominicana para las elecciones de 2012, aunque se lo impiden la Constitución, la sensatez y el respeto que le debe al pueblo dominicano y a sus compañeros de partido.
Aunque soy de los que sostiene que el Presidente, que es un hombre inteligente, conocedor de la historia de la humanidad, no va a repostularse, también sostengo que si se equivoca e insiste en ese interés, estará trillando el camino hacia lo que será, sin lugar a dudas, su Waterloo.
Ese intento de repostulación será muy traumático. Reformando la Constitución en el artículo 124 ó interpretándola para presentarse sin reformarla, en cualquiera de los casos, tendrá que imponerse a la gran mayoría de dominicanas y dominicanos que dentro y fuera de su partido entienden que no puede, ni debe presentarse como candidato en esta ocasión.
Esa situación originará, como sucedió con Napoleón en Waterloo, una coalición de fuerzas, que han estado dispersas pero que se unirán para enfrentar el abuso y la arrogancia de poder. Beethoven, siendo alemán, en un momento admiró a Napoleón que le dedicó la tercera sinfonía, "La Heroica", porque entendía que el gran militar representaba la libertad, pero cuando lo vio autoproclamarse Emperador se decepcionó. En la República Dominicana de hoy son muchos lo que sentirán lo mismo hacia el presidente Leonel Fernández.
Presidente Leonel Fernández, lo conveniente para usted en esta etapa es ser el ente de equilibrio a lo interno de su partido, proclamar y apoyar al candidato que obtenga la candidatura, concentrarse en gobernar bien estos casi 17 meses que le quedan a esta administración, de manera que salga con la frente, los números y las preferencias en alto.
Quizás sea conveniente salir por un tiempo, para conocer cuáles son sus verdaderos amigos, los que se quedarán con usted, para compartir más tiempo con su familia, practicar el baloncesto que tanto le gusta, escribir libros.
Reflexiones Presidente, fije su posición ante el país este domingo de que usted no será candidato presidencial para las elecciones de 2012. De lo contrario, insisto, se encamina a su Waterloo.