El valor supremo no es el futuro sino el presente; el futuro es un tiempo falaz que siempre nos dice ‘todavía no es hora’ y que así nos niega (…). Aquel que construye la casa de la felicidad futura edifica la cárcel del presente. (Octavio Paz, Posdata. México: Siglo XXI, 1981, p.101).
El expresidente Leonel Fernández se lanzó al ruedo político de cara al futuro, luego de darse cuenta de que su proyecto para presidente de la República 2016-2020 se había cancelado ante la imposición del proyecto político reeleccionista del presidente Danilo Medina.
A partir de esa realidad política, el expresidente Fernández inicia su campaña política, en febrero de 2016, con un discurso sobre el futuro de la República Dominicana 2044 (RD2044), en la que el progreso social y económico que viviría el país sería comparado con la ciudad de Nueva York. En septiembre de ese mismo año, se trasladó a aquella ciudad en la que presentó dicha visión de futuro, la cual, según dice “no se trata de una utopía, de una quimera o una ilusión” (1).
Tal apreciación del tiempo lineal que construye el expresidente Fernández está vacío de contenido social y de un presente dominicano inseguro en cuanto a las zonas grises que se han expandido como rizomas, ramificaciones de robos, asesinatos, violaciones sexuales, y de un sistema político y judicial hiperputrefacto en corrupción, soborno y una posverdad en periodistas y comunicadores pagados por este mismo sistema.
El discurso de Fernández sobre un futuro RD2044 para que no se convierta en una pura ilusión tendría que descansar en un presente de profunda reforma social, política, jurídica y económica, lo cual implicaría el aquí y ahora. Quizá de esa manera podría sostenerse dicho proyecto, pero el panorama dominicano pinta todo lo contrario: lo gris, lo nublado con el endeudamiento externo e interno y la hipercorrupción vislumbra un rostro de yayoflauta para los sectores medio y alto de la sociedad.
Estos yayoflautas son una especie de abuelo y abuela indignados con el sistema político y económico imperante porque tienen que cargar con sus hijos y nietos, los cuales, al carecer de todo tipo de oportunidades (trabajo, una buena educación, pensión, alimentación, derechos laborales y cívicos) viven sumergidos en la pobreza.
Los hijos y los nietos de los yayoflautas fueron los protagonistas del “Movimiento de los Indignados” del 15 de mayo 2011, en Madrid, España. Una de sus consignas en todas las protestas era que “"Si somos el futuro, ¿por qué nos dan por el culo?", un presente les condena y un futuro les dice que esperen, que se ha de vivir esperando, que en la esperanza se vive la vida y que esperar es desear sin gozar, sin saber y sin poder (André Comte-Sponville, 2001).
Por esta razón, ese futuro de “semilla del progreso” que vislumbra el expresidente Fernández cobra sentido en su discurso siempre y cuando reaparezca una constructora como Odebrecht que no vive de la esperanza, sino de la inversión de capitales con retorno intensivo (corrupción, lavado y sobreexplotación social) de lo invertido y que se presenta para una parte de los políticos latinoamericanos como una especie de Dios Moloch, que con su envoltura material (elevados, avenidas, túneles, metros, edificios y puentes) nos sigue llevando al progreso y dejando los escombros de un holocausto. Tal como en el poemario Aullido de Allen Ginsberg, de la década de los ‘50 del siglo pasado: “¿Qué esfinge de cemento y aluminio abrió sus cráneos y devoró sus cerebros y su imaginación?
“¡Moloch! ¡Soledad! ¡Inmundicia! ¡Ceniceros y dólares inalcanzables! ¡Niños gritando bajo las escaleras! ¡Muchachos sollozando en ejércitos! ¡Ancianos llorando en los parques!
“¡Moloch! ¡Moloch! ¡Pesadilla de Moloch! ¡Moloch el sin amor! ¡Moloch mental! ¡Moloch el pesado juez de los hombres!”
Ese Moloch implica un más allá, sin importar los problemas del más acá, negación del cuerpo, de la tríada trabajo, placer y consumo en el presente, que es un entregarse al sacrificio a nombre del futuro de una RD 2044 inexistente. Pero, además, es ir un más allá de la República Digital del presidente Medina, que en parte ha sido el discurso del expresidente Fernández en relación a la ciberpolítica. Pero, además, es un saber nosotros que vivirá buscando el poder hasta los 90 años de edad, un huir de la degradación de la vida, de la mortalidad de lo que no son príncipes. Es definir el tiempo como sucesión, linealidad y sin convulsiones, es negar el presente y vivir en la esperanza, que “Es un deseo que se refiere a lo que no tenemos (una carencia), tiempo del que ignoramos si es, o si será satisfecho, y cuya satisfacción no depende de nosotros” (Ibíd., 48).
Por eso su discurso proyecta un país con rostro de progreso social para el bicentenario de la fundación de la República que comprende desde la independencia del 1844 hasta el 2044 y esta última fecha sería el fin de la historia de la pre modernización de la sociedad dominicana; por lo que el paraíso estaría garantizado al cumplirse dos siglos de independencia.
Sin embargo, este paraíso de progreso social ignora su serpiente en el presente, la cual ha brotado de una parte del comité político del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y que le dice que la mayoría de las obras que construyera Odebrecht en sus gobiernos (2004-2008) están sobrevaluadas y que el tren del progreso que piensa arrancar para llegar a esa fecha histórica de la felicidad ha sido dinamitado por los movimientos verdes contra la impunidad y por la tendencia hegemónica del PLD, encabezada por Medina que, al parecer, quiere cargarle el dado en el caso de Odebrecht y buscar la manera de cómo quedarse con el Partido..
El expresidente Fernández al pensar en el proyecto RD2044 olvida el campo minado en que se encuentra en el seno de su partido, en donde hay una división marcada e inevitable con relación a las sobrevaluaciones y los sobornos por parte de esta empresa y que, tal tesitura fue abordada por el miembro del comité político Félix Jiménez (Felucho), a quien, en el 2011, la vicepresidente de la República Margarita Cedeño, le calificara dc general sin tropa.
Para Felucho, el lado oscuro y la hipercorrupcion provienen del leonelismo y el lado bueno y transparente lo dirige el danilismo: “Yo estoy absolutamente convencido de que si se le hace una auditoría técnica y financiera a la gran mayoría de las obras que desarrolló esa empresa, están sobrevaluadas, yo estoy absolutamente convencido”(2) y que algunos de los dirigentes del Partido están involucrados en sobornos, pero tales hechos se dieron en los gobiernos de Fernández y siendo este el principal responsable de dichas sobrevaluaciones que para Felucho, nada tienen que ver con el gobierno de Danilo .
Tales afirmaciones son negadas por Franklin Almeyda, quien en su artículo “¡Así no fue Felucho!” Deja entrever que este es un mentiroso, torpe, un irresponsable y lleno de debilidades y que “sus argumentos fueron deficientes”. Dice que “El ambiente mediático creado impacta sobre dirigentes del mismo PLD, con debilidades políticas por querer desligarse de sus responsabilidades” (3)
Estas luchas internas del PLD están saliendo al escenario virtual y real en la sociedad dominicana, en medio de un escenario gris donde la mafia política, el lavado de activos, el narcotráfico, la delincuencia, los ajustes de cuenta y las sobrevaluaciones en las obras ejecutadas por Odebrecht han estado indignando a la sociedad. En 14 proyectos, por lo “menos 10 sufrieron modificaciones en su presupuesto o adenda, que les han costado al Estado dominicano unos 830 millones de dólares más del presupuesto original destinado para esas obras, de manera injustificada”, lo que sumaría unos sesenta mil millones de pesos (4)
Mientras que estos sucesos políticos y sociales siguen agrietando y agitando la cotidianidad transida de los dominicanos, que se mueve entre lo virtual y lo real en un panorama gris, de inseguridad, de un sálvese quien pueda, el expresidente Fernández anda como un pregonero por todo el país lanzado al futuro su proyecto RD2044, presentando una simulación interactiva virtual de cómo sería la sociedad dominicana para ese tiempo. Dicho futuro virtual RD2044 fue presentado en el anfiteatro de la UASD Centro Higüey, el pasado 15 de marzo 2017.
En ese discurso RD2044, Fernández visualiza la modernización como proceso de trasformación de los servicios básicos como el sistema de transportes, agua potable, educación, energía eléctrica, acceso a un sistema de salud universal y visualiza a 30 años alrededor de 1.200 proyectos en todo el territorio. Sin embargo, de cara al presente, nos hundimos como sociedad ante un sistema judicial corrompido, el cual es construcción de sus gobiernos. De ahí que nos habla del futuro político, pero en el presente es un político mudo.
Su discurso sobre el futuro dominicano representa un programa digital, semejante al de second life (segunda vida), en el cual uno viaja por el ciberespacio y vive en el plano virtual como en un paraíso terrenal, sin luchas de intereses y de clases sociales, en el que no habrá pobreza ni violencia. En tal discurso lo virtual es real y lo real es virtual, del espacio se lanza a vivir en el ciberespacio y no sale de ahí. Como ciberpolítico no ha sabido conectar e interactuar con lo real y lo virtual, de ahí su caída y falta de eficacia de su discurso.
Mientras explica su proyecto, RD2044, promete un paraíso en el futuro a los dominicanos que vivimos un infierno en el presente, el cual nos asfixia con sus aires grises donde la dominicanidad transida cobra importancia en cuanto abatimiento ante un presente sombrío y nublado, con una esperanza verde en el horizonte, que nos dice que seguimos vivos luchando contra el fin de la impunidad en República Dominicana.
Notas:
- Ver: República Dominicana 2044: una visión de futuro [RD2044] https://www.youtube.com/watch?v=pKe3ucidQts (Publicado el 10 feb. 2016).
- . Ver entrevista en fecha 16/03/201). http://www.cachicha.com/2017/03/la-entrevista-a-felucho-jimenez-que-tiene-al-pld-de-patas-para-arriba-con-el-escandalo-de-odebrecht/
- Ver: Almeyda Franklin. “¡Así no fue Felucho!, en : http://www.elcaribe.com.do/2017/03/20/asi-fue-felucho
- Ver : http://acento.com.do/2017/economia/8440579-obras-de-odebrecht-en-republica-dominicana-incluyeron-adendas-por-us-830-millones-sin-justificacion/