El doctor Leonel Fernández Reyna está sufriendo la consecuencia propia de todos los líderes que salen del poder pero con el potencial amenazante de volver al mismo.

Cuando Absalón sacó por la vía de la fuerza al rey David del trono, no sólo David fue traicionado por grandes hombres de confianza, sino que hasta los ancianos de Israel se fueron en su contra.

Quienes anteriormente aconsejaban a David ahora eran los mejores asesores del hijo traidor hecho rey.

Desde la antigüedad esa ha sido la dinámica manifestada en la lucha por el poder.

Nuestra historia casi reciente local nos lleva a lo ocurrido entre el doctor Joaquín Balaguer y el ex presidente Salvador Jorge Blanco y una parte de sus grandes colaboradores.

Ante los ojos de todo el país y del mundo se celebró un juicio en su contra bajo los argumentos de una enorme corrupción en lo que fue su gestión.

Sin embargo, mientras la defensa argumentaba, el entonces juez Severino hasta se dormía profundamente sentado en su trono de “justicia”.

A él no le preocupaba en nada lo que en el momento se dijera,  pues hacia mucho que la sentencia estaba en la gaveta y manejada desde el Palacio Nacional.

El ex presidente del Partido Revolucionario Dominicano-PRD- no solo sufrió mucho, sino que jamás en la vida volvió a ser una opción de poder.

En este país y fuera de el, todo el mundo sabe de la enorme capacidad política del ex presidente Leonel Fernández.

Tiene que ser que ocurra un fenómeno fuera de lo común para impedir que en el 2016 él llegue nueva vez a ser el candidato exitoso a la presidencia de la República.

Es evidente que, por encima de todo, esa es la razón real que inquieta a muchos.