El futuro político de Leonel Fernández es incierto porque dos fuerzas determinantes de la política del país parecen coincidir para cerrarle el paso a corto y mediano plazo: Estados Unidos y Danilo Medina.
El destape del expediente de los aviones Súper Tucano es la última evidencia de que ambos poderes confluyen para mantener a Leonel en agua hirviente y luego la separación casi completa de sus seguidores del gabinete gubernamental en los decretos del 16 de agosto y siguientes no dejan dudas de que se le quiere arrinconado y muy lejos del poder.
¿Alguien puede pensar que el caso Tucano es más escandaloso que el voluminoso expediente que hizo el Ministerio Público a Félix Bautista y compartes y que ese mismo Ministerio Público abandonó voluntariamente en el momento en que Leonel se neutralizó y “sus” legisladores negociaron “reelección por reelección” y algo más?
Si hay un problema grave para Leonel es que tanto Medina como los norteamericanos ya lo conocen: no se para a pelear, sino que siempre evade la confrontación y en ese camino solo tiene la alternativa de que lo aplasten o en el mejor de los casos para él, que lo neutralicen. Creo que esa es su situación actual. Está neutralizado.
En dos ocasiones Leonel ha hecho el ademán de que va a pelear: cuando consideró que Juan Bosch fue vulgarmente despojado del triunfo electoral en 1990 y él se convirtió en el vocero de aquel “fraude colosal” que luego resumió en artículos publicados en un folletón titulado “Raíces de un poder usurpado”.
La segunda vez fue cuando luego de ser apabullado por una mayoría mecánica en la reunión del Comité Central del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) celebrada en Juan Dolio el 19 de abril de 2015, donde se aprobó volver al esquema constitucional de la reelección para habilitar la repostulación de Medina, él pronunció el discurso del 25 de mayo donde prometió inmolarse a favor de la democracia y el respeto a la Constitución.
La memoria del primer desafío es penosa. Cuatro años después del empuje vertical de 1990 el PLD era otra vez una fuerza marginal. Sus síndicos, diputados y senadores se volvieron irrelevantes por no señalar lo que quisiera decir.
La emergencia del PLD y con él de Leonel vino del brazo ¡asómbrense! de los norteamericanos que estaban decididos a terminar el reinado de Joaquín Balaguer. Por eso usaron a José Francisco Peña Gómez para forzar un acuerdo tripartito y anular dos años al gobierno de Balaguer.
En las nuevas elecciones de 1996 –la táctica gringa no podía fallar- la unidad balaguerista y peledeísta en el Frente Patriótico, ¿quién lo iba a creer seis años antes cuando el “fraude colosal” y las “Raíces de un poder usurpado”, Leonel fue el coronado para cerrar el “camino malo”.
Por lo visto, el Leonel que se paró como un león en 1990, capituló años después y subió al gobierno para aplicar un programa neoliberal de entrega del patrimonio estatal a los monopolios sectoriales. ¿Liberación Nacional?
Su segundo lance fue el 25 de mayo de 2015 cuando pronunció un discurso memorable http://hoy.com.do/discurso-de-leonel-fernandez-sobre-reforma-constitucional-y-reeleccion-presidencial/ que medio país creyó que sería un esquema de resistencia a la reelección forzada de Medina.
Fue una pieza de leyenda. Desenvainó la espada que dejó José Martí empapada en sangre digna y combatiente el 19 de mayo de 1895 en Dos Ríos no muy lejos del banilejo Máximo Gómez, pero la volvió a envaquetar seca. ¿Qué pasó? No sabemos. Con ese discurso se opuso con vigor a la modificación constitucional para habilitar la reelección y luego “apoyó” la reelección sin decirle al país por qué lo hizo.
De ahí en adelante solo ha recibido golpes y no reacciona.
¿Cuál es su futuro? La suerte, pues no hay que olvidar que su esposa, la doctora Margarita Cedeño, es la vicepresidente y sucesora constitucional de Medina, que en el cuatrienio pasado demostró buena salud, salvo el cuadro de dermatitis seborreica que algunos pensaban que era un Lupus Eritematoso Crónico Discoide. Por suerte, creo, que era solo seborrea y eso pasó a control con un buen shampoo de aloe vera.
Las dos fuerzas que adversan directamente a Leonel ya lo conocen y sin duda saben que él ni siquiera se defiende. Por eso no lo aplastan, sino que lo arrinconan por aquella vieja sentencia guerrera que recomienda que ¡A enemigo que huye, puente de plata!
Tan buen caballero este Leonel y tan poco macho. Leonel no era hombre de vivir en este país en el siglo XIX porque con todas sus luces, hubiese sido irrelevante, ni siquiera un periodista de la talla de Eleuterio de León Berroa, voz viril contra la casta oligárquica y los agresores norteamericanos de principios del siglo XX.
¡Qué Dios lo ampare!