El cuadro político nacional luce complicado. Leonel Fernández ha dado pasos agresivos, que indican su decisión de conseguir, por la vía que sea, una nueva postulación presidencial para el 2012. Alguna gente piensa que él no irá y que dará paso a un compañero de su partido, el PLD, pero dejando claro que el líder es él y que será el poder detrás del trono.

No creo que se haya realizado un acto político de tanta importancia nada más que para demostrar lo que ha sido evidente durante los últimos años. Nunca se invierte tanto, ni se hace tanto esfuerzo para demostrar una obviedad. Leonel Fernández es el líder del PLD, controla su estructura, controla el gobierno, tiene control del Comité Político y del Comité Central, y en ese partido se hará lo que él decida.

En ese sentido ha sido correcta la decisión de Danilo de reconquistar el apoyo que una vez tuvo con su amigo y compañero Leonel Fernández. Danilo era el hombre del partido, el pragmático y estratega y Leonel el teórico, el hombre bueno, que no aspiraba a cargos pero que estudiaba mucho y podría ser el sustituto de Bosch.

Fue Danilo Medina que le brindó la parte dura del PLD a Leonel Fernández, y quien le mostró el camino a seguir para aliarse a Balaguer, para conseguir el Frente Patriótico, y llevar a Leonel a la presidencia en 1996. Danilo fue el arquitecto del poder que hoy tiene Leonel Fernández. Leonel Fernández, sin embargo, no quiere aceptar las lisonjas de Danilo, no acepta como bueno y válido el silencio de Danilo, y está forzando a una evidencia más fuerte aún de incondicionalidad de Danilo Medina. Eso es lo que se juega en este momento en las estrategias de Danilo y Leonel.

Creo que los reeleccionistas han ganado ventajas y han conseguido que Leonel acepte situaciones de hecho, ilegales e inconstitucionales, como la Ley del Consejo Nacional de la Magistratura. Y hay puertas que después que se abren resultan difíciles de cerrar. Leonel está conduciendo un avión con la pista a punto de terminar. O despega hacia un alto vuelo o se estrella. Con Danilo pasa algo parecido. O le da abiertamente lo que Leonel desea, incondicionalidad, y se queda sin la candidatura presidencial.

El 10 de abril es, aparentemente, la fecha mágica. La reunión del Comité Central y la definición de los candidatos que irán a las bases, está fijada para ese día. A menos que Leonel posponga esa fecha, allí se aclarará el panorama. Ya se sabe que el nombre de Leonel será presentado por los legisladores, y por otros miembros del organismo. ¿Quién lo objetará o se atreverá a hacerlo? ¿Alguien de Danilo? ¿Quién reclamará la vigencia de la Constitución? Es difícil. En el acto reeleccionista del Palacio de los Deportes Leonel Fernández dijo que el país entero dijo que sí, y es que sí a la reelección.

Los reeleccionistas manejan la idea de inscribir a Leonel Fernández como candidato presidencial, simple y llanamente, y que quien desee objetar su candidatura proceda legalmente ante el órgano legal correspondiente. ¿La Junta Central Electoral? La domina el presidente. ¿La Suprema Corte de Justicia? La domina el presidente. ¿El Tribunal Constitucional? No se ha creado, pero lo dominará el presidente. ¿Cuál es la instancia que podrá detener la hipótesis de que Leonel sí puede ser candidato presidencial? No existe.

Daniel Ortega es candidato a la reelección en Nicaragua, pese a que la Constitución la prohibía, Chávez será candidato a la reelección, Obama será candidato a la reelección. Leonel aún estudia el procedimiento más “legal”, pese a la oposición de Vincho Castillo, pero el avión ya está a punto de alzar vuelo. Solamente podría afectar la decisión del presidente una fuerte presión interna y externa. Ambas existen.

Se analizará el paquete de consecuencias y se verán las posibilidades. Creo que Leonel no dejará a Danilo el espacio para ser el candidato presidencial, porque hay un transfondo nebuloso entre ellos. La antorcha del relevo del poder no se entrega, hay que ganársela. Eso dijo Leonel hace unos años a Danilo. Y Danilo, con su solo silencio, pese a todo lo que ha dado, no se la ha ganado. Si alguien la recibe, por circunstancias nuevas, podría ser Rafael Alburquerque o Margarita Cedeño. Se verá.