En primer término, es pertinente auxiliarnos del concepto de yuxtaposición. Gramaticalmente, es una clase de procedimiento para combinar oraciones o nexos. En artes visuales significa, disposición de las formas o figuras unas juntos a otras, sin superposición, de modo que unas no oculten parcialmente a otras. Es propio del arte arcaico.
Me resulta que el liderazgo de uno y otro es como definir el tiempo. El presente es algo que antecede al pasado, y allá donde este termina, aparece el futuro. Es decir, es algo cíclico para no detener la rueda del tiempo. Es como una especie de metamorfosis o juego de la dialéctica.
A este fin resulta preciso dar una ojeada a los espacios políticos-electorales, iniciando en el año 1996, que nos muestran tal yuxtaposición.
El punto de referencia serían las elecciones del año 1996, en la que Leonel Fernández, fue la estrella fulgurante para que el PLD, iniciara la ruta hacia el poder hasta nuestros días.
De ese año, 1996, ha dependido que dicho partido haya podido desarrollar una maquinaria propia, ya que la que le dio el poder, fue la fuerza endosada por del Dr. Balaguer.
Es decir, se aprecia que el cuerpo electoral del Partido Reformista, mutó en torno al PLD, incluso, hasta romper con la mística de partido de cuadros, y convertirse en partido de masas, en el entendido que aunque venía creciendo electoralmente, en las elecciones del 2000, alcanzó la suma de 753,340 con Danilo como candidato, el cual disminuyó 713,042 respecto a la segunda vuelta del 1996.
Ahora bien, el enfoque asistencialista que el Dr. Leonel Fernández, le imprimió a su estilo de gobierno, hasta llegar abarcar miles de dominicanos con sus bonos; de luz, gas, envejecientes, estudiantiles y otras , hasta formar una plataforma social-electoral, lo cual, según una presentación del ex vicepresidente Rafael Alburquerque en noviembre del 2011 sobre los logros y desafíos del gobierno del presidente Fernández, dicha gestión llegó a impactar 1,449,359 dominicanos con estos programas, lo que a la vez, creó un vínculo de gratitud del elector con su política de padrinazgos llegándose a parangonar con la práctica del PRI de México, quien se perpetuó en el poder, precisamente a través del desarrollo de una estrategia de patronazgo, plataforma en la cual se montó Danilo Medina en las elecciones del 2012.
Ahora bien, siguiendo el hilo conductor, en las elecciones del 2008, el Dr. Leonel Fernández, obtiene 1,597,154 votos, superando las votaciones de Danilo en el 2000, con 866,112, convirtiendo al PLD en sus gestiones, el partido más votado de los últimos procesos electorales.
Cabe preguntar para conectarnos con el término, ¿Del 1996 al 2012, Danilo brilló o fue superpuesto por Leonel, hasta el punto de ser ocultado políticamente?
A mi juicio hubo una condición de yuxtaposición, aunque Danilo se retirara del gobierno, en virtud de que a partir de su cargo en la presidencia de la Republica y luego en la Cámara de Diputados, se genera un nexo con lo hecho por Leonel y su programa social, incluso, su consigna del 2012, lo evidencia, en el entendido, que rezaba: Para continuar lo que está bien, corregir lo que esté mal, y hacer lo que nunca se ha hecho. Consigna de profunda mansedumbre para encantar al Dr. Leonel Fernández, el líder aglutinante del momento, para que le endosara la fuerza del palacio y su alta valoración para el 2012, el cual representaba algo igual al 70% de aprobación de su gestión, según la encuesta Greenberg al momento.
¿En la actualidad, existe tal yuxtaposición entre Danilo y el Dr. Leonel? Si no existe, a mi juicio, debe existir por el asunto de que de lo que trata este término, es que un cuerpo no superponga otro, sino, permitir la existencia de nexos, evitándose que una imagen o figura cubra tanto la otra que no se pueda apreciar ni el negativo, o aunque se quiera apreciar con una lupa, la sombra sea tan opaca, que no permita que una figura conviva armónicamente con otra, aunque de trazos diferentes, sean piezas del mismo cuadro.
Finamente, a modo de colofón, es al PLD que le conviene que Danilo y Leonel, las dos esperanzas de la continuidad de su partido en el poder, reediten lo sucedido con los varios frentes del 2012, que permitió que Danilo repuntara de un bajo por ciento en la intención del voto respecto a Hipólito, resultando hasta prudente en este tramo, que se pueda garantizar una pertinente yuxtaposición en ambos para el 2020.