El precandidato presidencial Leonel Fernández luce imbatible frente a su adversario Gonzalo Castillo, y no se vislumbran cambios mayores en esa tendencia cuando faltan 20 días para las primarias del gobernante Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Un inusual batallón de ministros, viceministros, directores generales, presidentes de compañías, exministros, miembros de la Junta Monetaria, los principales ejecutivos del Banco de Reservas, Aduanas, Dirección General de Impuestos Internos y la Superintendencia de Bancos, entre otros, tras ser presentado con toda la parafernalia, ha salido con ímpetu a contener la fuerza del presidente del PLD.

Espectacular el aluvión de recursos desplegados, pero la sólida trayectoria de su víctima, el desgaste del Gobierno entre las bases y el escaso tiempo de maniobra, se han estacionado y actúan como “anticiclón”. El avance en la dirección esperada sería mínimo, salvo que ocurra un evento de gran dimensión que remueva tal barrera.

El hasta hace unas horas ministro de Obras Públicas (siete años), fue seleccionado a partir de encuestas que midieron a cuatro de seis aspirantes de la corriente del presidente Danilo Medina: Gonzalo Castillo, Andrés Navarro, Francisco Domínguez Brito, Radhamés Segura y Temístocles Montás.

Reinaldo Pared y Carlos Amarante Baret, muy cercanos a Medina, retiraron a última hora sus aspiraciones tras denunciar el uso abusivo de recursos estatales a favor de un Castillo sacado de la manga y salcochado desde el día siguiente del discurso de desistimiento del presidente Medina a reformar la Constitución para repostularse, la noche del 22 de julio de 2019.

Pared, secretario general del partido y presidente del Senado, ya retirado, se ha declarado “neutro” y ha mandado a sus seguidores escoger la opción de su gusto, aunque adelantó que su pareja Ingrid Mendoza y su red de apoyo se han inclinado hacia Fernández. Parte de su equipo, por sus vínculos estrechos con el Gobierno, se ha quedado con el precandidato vicepresidencial oficial. 

En vista de la dureza de las despedidas a las aspiraciones escenificadas ante los medios de comunicación, no se espera la integración de los dos influyentes danilistas a la campaña de Castillo, a menos que pongan en juego su credibilidad.

https://hoy.com.do/reinaldo-pared-renuncia-a-aspiraciones-presidenciales/.

UNA CARGA IRRESISTIBLE

El precandidato auspiciado por el Gobierno luce boyante en recursos y en una publicidad política que lo presenta como el súper ministro creador de “las carreteras más seguras de América” y artífice de las mejores ideas en materia de Obras Públicas. 

Este empresario y político de 59 años, sufre, sin embargo, acentuadas falencias comunicativas y muy pobre dominio de temas duros como corrupción, inseguridad ciudadana, aborto, economía, política internacional y abordaje del impacto social de las nuevas tecnologías.

El corto vocabulario y pobreza conceptual, junto a la ausencia de dramaturgia, causan estragos en su esfuerzo por persuadir a los electores. Y ya ha comenzado a evocar las ocurrencias del presidente Hipólito Mejía (2000-2004), aplaudidas en los primeros dos años de su gobierno, pero altamente dañinas al final. Tanto que provocaban repulsa y fueron consideradas, junto con el desastre económico, causa del derrumbe de la gestión. Tan catastróficas resultaron las salidas del mandatario, que hoy -como precandidato del opositor Partido Revolucionario Moderno- se encarga de expresar arrepentimiento de su descontrol discursivo.

Sobre la corrupción, Castillo ha respondido:  “Debes recordar que yo aspiro a presidente, no a juez”; respecto de las causales del aborto y su penalización, ha dicho que “convocaré a las partes involucradas para llegar a un acuerdo”. Desacertado también ha resultado cuando le han preguntado sobre las líneas generales de un gobierno suyo. 

El apoyo anunciado con fervor por los funcionarios de primer nivel y viejos miembros del Comité Político del PLD representa una navaja de doble filo para el poderoso empresario y precandidato presidencial.

Si bien la presentación resultó impresionante en vista de la experiencia acumulada en los actores ahora furibundos adversarios de Fernández, tendría que esperarse el paso de las horas para evaluar su receptividad en la población; sobre todo, en las bases del partido oficialista, donde son recurrentes las quejas sobre nepotismo, olvido, desprecio y maltratos.

Si los funcionarios han gestionado con eficacia la empatía, la escucha a los “hijos de Machepa”, y su simpatía no ha brotado ayer, el “delfín” escogido cosecharía buenos frutos.

Pero si el disgusto es grande y está afianzado hasta el tuétano, Castillo pagaría en las urnas el caro precio del voto castigo a esa elite gubernamental, aunque medien un mar de dinero y amenazas de cancelaciones.

PREPARADO PARA LA GUERRA

Leonel Fernández, 66 años, presidente del PLD y tres veces presidente de la República (1996-2000/2004-2008/2008-2012), tiene a su favor un sólido historial de ejecutorias que han servido de base a los dos cuatrienios de Danilo Medina.

Es carismático, persuasor natural, con suficientes destrezas comunicacionales y una actualización que le permite analizar con facilidad los temas de la agenda nacional y global.

Ataviado con su larga carrera política y sus condiciones innatas, ha capeado sucesivas campañas sucias y ataques feroces de quienes antes le discurseaban filípicas, y, victimizado, ha fidelizado segmentos importantes de la sociedad que en este momento lo sitúan en la delantera.

Si el domingo 6 de octubre su equipo logra llevar a las urnas los dos millones y medio de personas de todos los colores que, según han informado sus estrategas–  tienen inscritos en formularios, y capitaliza el descontento de los morados y  otros frentes excluidos del pastel de los empleos, daría un golpe mortal a un Castillo aupado por una avalancha de entes del Gobierno y empresarios beneficiarios de obras estatales, pero en proceso de construcción y en guerra contra el tiempo.