Saludos a todes. La Universidad Alemana de Cuernavaca, a través de su director Dr. Nob Ullshit, ha traducido el estudio ¨Lenguaje Plebe¨ realizado durante tres décadas por la famosa filóloga francesa Cret A. D´Or.

La filóloga empieza estudio de marras con por qué decimos malas palabras.

Por ira:

Este es el principal motivo para decir malas palabras. Incluye toda clase de ira, pero resalta dos:

  1. Inconformidad con polítikes. Más frecuente en países que han estado en olla por mucho tiempo, subdesarrollados. El pueblo cansado de enfrentar los mismos problemas maldice muchísimo y a cada rato a la clase gobernante. D´Or nos da ejemplos ocasiones notables por el uso del lenguaje plebe durante crisis política:

Roma. Día previo a caída de Nerón.

París. Día previo a revolución.

Buenos Aires. Día previo a renuncia de De La Rúa.

  1. Tapones en el tráfico. En pocas ocasiones se dicen más malas palabras que en un tapón. D´Or nos dice que el record lo tiene Nueva York 1999, donde un accidente en el transitado BQE causó un tapón de 22 horas, resuelto solo cuando usaron helicópteros para mover vehículos. Mi mismo record personal de malas palabras en un día fue cuando estaban construyendo túnel y me agarró un tapón justo saliendo del trabajo como a las 5 y piquito de la tarde y duré en carro viejito con aire acondicionado dañado hasta las 9 y media de la noche para pasar el tramito de la 27 de Febrero entre Churchill y Lincoln.

Por gusto:

No explica mucho. Cuando comemos algo sabroso, ay coño qué sabroso está este mil hojas; cuando tenemos sexo, ay sí buena azarosa mámame la ñema (por solidaridad dominicana sustituí chúpame y polla).

Por arte:

Desde que el mundo es mundo artistas han usado lenguaje plebe para crear. En poesía, prosa y canto hay varios ejemplos, como por ejemplo: dos grafitis anónimos en Esparta; el poema Carcajada de Mohamel, poeta sirio contemporáneo de un primo tercero de Virgilio; Gracias y desgracias del ojo del culo de Quevedo; Yo tan recho de The 2 Live Crew.

En el arte, justamente, incluye la comedia. Las malas palabras causan risa espontánea. Por eso les comediantes cuando están teniendo un set malo usan el truco de ir a los manidos ¨dick jokes {chistes güebo}¨, los cuales despiertan audiencia aburrida y disponen a la risa. Pero advierte que no siempre tienen éxito porque no todes pueden ser Richard Pryor.

En esta parte D´Or tiene exabrupto hacia aquelles quienes alegan alguna obra de artista no es arte por ser muy plebe, con una arrogancia digna de ¨bobería bestial y locura bruta¨, como si pudieran juzgar qué es o no arte. Cita a Platón en su inédito diálogo ¨Sofoke¨:

¨Sókrates se paró de su lecho de muerte y le dio tremendo rokitoki acompañado de boche a Sofoke porestestar diciendo que lo recitado por un plebe karajo lírico en el ágora no era arte nada. ´Porque un vino no te gusta no deja de ser vino, buen ñu´¨.

 Por resumir:

Especialmente los pueblos cual gustan de mochar palabras, impacientes al conversar, vamos a lo que venimos, usan malas palabras para resumir. En lugar de decir ´Ese caballerete es un inconsciente que vota por Trump y homofóbico como él solo´ dicen ´Ese e un mamañema´.

En la parte social D´Or nos dice la clase baja, pobre, dice más malas palabras que la clase alta. Lenguaje plebe viene de plebe, cual desde siempre ha designado al pueblo. Obviamente la ciudadanía pobre vive con más ira debido a la lucha que cogen hasta para la más mínima vaina. Para dormir, para transportarse, para todo. Mientras un pobre no durmió ni un chin por el calorazo y para llegar al trabajo debe usar ineficiente transporte público recibiendo boche de supervisor si llega tarde, el rico durmió como lirón satisfecho en burbuja de colchón suave con clima controlado a un friíto, y si trabaja posiblemente sea jefe y nadie le da boche por llegar a las 10. Pero también el rico tiene acceso a mejor educación hasta universitaria. Y ya se sabe, a mayor educación mayor vocabulario y a mayor vocabulario menos malas palabras. Pero ojo, y no del culo, plebe no significa ninguna inferioridad o peor ciudadanía, y como ejemplo nos dice que Hitler decía pocas malas palabras llegando al colmo de llamar ´onanista´ en lugar de ´pajero´ a Goebbels y que sin embargo una tía suya de ella muy malapalabrosa ayuda a todes hasta sin poder como si fuera una santa.

En la parte palabras con significado dual cita a Borges: ¨Las palabras llevan la intención de quien las dice¨, es decir, la misma palabra puede o no ser plebe debido a la situación. Me gustó mucho que a pesar de citar a un argentino, usara de ejemplos diálogos dominicanos.

Cohete

— ¿Viste el cohete de Amazon?

—¡ETE COHETE!

Semilla

—Voy a sembrar una semilla de un aguacate más bueno que me comí.

—Y yo tengo eta semilla como un bombillo.

Por último, la filóloga nos dice efecto superfluidad citando a Lope De Vega: ¨Algo preciado que de tanto ser repetido se vuelve superfluo, nimio, no causa ninguna emoción genuina¨, es decir, decir malas palabras sin ton ni son a troche y moche. Si a uno le gusta mucho el caviar Beluga y se lo dan de desayuno, comida y cena, al otro día pide una avena. Pero a ella que adora las malas palabras no le preocupa esto tampoco, tiene la sensata posición de ´bregando con abstracciones como el lenguaje nadie sabe qué es mejor´, inútil preocuparse por demás, el hablar de los pueblos solo lo decide el pueblo, de manera espontánea, y cualquier esfuerzo para cambiarlo debe venir con grandes cambios sociales. D´Or es inexorable: luchar contra el lenguaje plebe es como usar una sombrilla en medio de un maremoto.