De acuerdo a la neurolinguística, según D. Caplan (1987), " la upneurolinguística trata de buscar la relación entre la función de la comunicación y el cerebro, y se vale, entre otras referencias, de los trastornos del lenguaje para descubrir pistas de estos correlatos . Más allá de la localización neuronal del lenguaje, abarca también los mecanismos periféricos ligados a la producción y recepción del mensaje y su integración en el proceso de la comunicación lingüística".

H. Caicedo, citando al lingüista norteamericano Noam Chomsky, y para entender mejor el Análisis de la teoría de la "Reconstrucción de la Inteligencia Social" de Lee Vygotstky, nos dice que "ya dese el 1959 […] había sugerido que el cerebro de los bebés humanos está provisto de un instrumento natural para aprender el lenguaje, afirmación que fue corroborada por la investigación posterior y confirmada recientemente por los resultados del trabajo de los neurocientíficos. El cerebro humano ha sido habilitado, a través de la evolución, para procesar ciertos estímulos de acuerdo a ciertas reglas universales del lenguaje. Para eso se dispone de áreas de lenguaje bien definidas, como el área de Brocca implicada en la producción del lenguaje y otras funciones lingüísticas y el área de Wernicke asociada con los aspectos semánticos del lenguaje. Tanto la una como la otra son estructuras con capacidad de procesamiento no sólo de estímulos sonoros, sino aquella que contienen información espacial y visual que puede ser procesada lingüísticamente, por ejemplo los signos del lenguaje (CAICEDO, H. 2012).

3-Enfoque Ontológico Sobre el Sujeto-Lenguaje y Pensamiento:

Cumpliendo mi promesa de dejarle ese campo a los expertos en neurociencia y/o neurolinguística, vuelvo a retomar el terreno de la ontologia, para referirme a los planteamiento de un discípulo de Martín Heidegger (1889-1976), llamado Hans-Georg Gadamer (1900-2002) y su concepción del sujeto, veamos:

Este filósofo asume una "visión aristotélica del del hombre como animal dotado de logos"(zoon logon ejon, reconociendo que es por el lenguaje o por la linguisticidad del hombre o del ser humano, y su potencialidad de o capacidad de poder compartir a otros sus experiencias y/o sus vivencias y participar en la cotidianidad con los otros, es lo que, en realidad lo distingue, como humano, de los otros animales. Para Gadamer, el verbum o la palabra, como fundamentación lingüística del Ser, no es suficiente para marcar esa diferencia entre el hombre de los demás animales, sino su fundamento de racionalidad (razonar), (la ratio), y su potencialidad de Ser pensante (el pensamiento), es decir, su estatus de ser "animal rationable", es lo que consolida esa diferencia con los otros animales no pensantes. De ahí que es el lenguaje la capacidad del Ser, lo que le permite adquirir el armazón del desarrollo humano.

Desde un enfoque ontológico, el Ser, el hombre, adquiere esa categoría, porque es poseedor del lenguaje. Y es por esa categoría que hace uso de la lengua, piensa, razona y se reinventa .

Para Gadamer, el sujeto es asumido como figura en constante contradicción y en apertura con su entorno, y es el lenguaje lo que le permite ese vínculo con la otredad.

Según Gadamer el mundo es mundo, "en tanto puede que acceder al lenguaje"(p. 61). Es en el logos que el Ser, el hombre, asume el lenguaje y entra en un dinámico proceso dialógico, y al igual que Platón, reivindica el hecho de entender que el pensamiento es de naturaleza dialógica. De ahí que Gadamer, en su obra "Tras las huellas de la hermenéutica" (1994, p. 96), plantea que todo pensar es un diálogo consigo mismo y con el otro.

Entonces, el sujeto de Gadamer, el Ser en sí, es Ser para sí y con los otros. Es sujeto sociable o en sociedad. Para Gadamer "el ser que puede ser comprendido es lenguaje" ("Verdad y Método",1984. p.539).

Para algunos teóricos de la filosofía y de la hermenéutica filosófica, la ontología que asume esta concepción Gadameriana sobre el Ser, el pensamiento y el lenguaje, es considerada alejada de los conceptos celestiales , no cree en Dios y la tildan de ser atea. Hay aquí una ontologización del lenguaje, para asumir en él y desde él (el lenguaje), la capacidad de razonar y/o de pensar del sujeto, lo que le permite asumir y asumirse, y empoderarse de su entorno vivencial para reinventarlo o para transformarlo.