Un presidente que no habla, un canciller que dice y se desdice, un ministro de interior que un día dice una cosa y al otro dice otra, ese es el cuadro del gobierno dominicano con relación a las deportaciones de ilegales. Un día empiezan tímidamente a enviar en autobuses de 50 pasajeros a dos o tres ilegales hacia la frontera, al otro día no envían a nadie y se silencian las informaciones.

No hay dudas de que Haití conoce el punto débil del gobierno dominicano, pues se mantienen impertérritos en sus posiciones a sabiendas de que el gobierno dominicano es débil, incoherente y temeroso. Haití se dio el lujo de que mientras el gobierno dominicano gastaba mas de dos mil millones de pesos documentando a los extranjeros, el 97% de ellos de nacionalidad haitiana, ellos le cobraban a sus nacionales por emitirles la documentación que los acredita como haitianos, y a muchos de ellos les echo un cubo cobrándoles y no entregándoles los documentos.

La frontera es una trocha abierta, cuando el gobierno saca dos o tres por uno de los puntos de acceso, por otro cualquiera de entre los mas de trescientos kilómetros de frontera ingresan cientos de ilegales del vecino país, alentados unos por la miseria que se vive en Haití, otros en busca de trabajos y los mas alentados por su propio gobierno con el fin de quitarse esa carga de encima.

El gobierno es tan blandito que ni siquiera se atreve a usar las armas que tiene a su favor para presionar al gobierno haitiano a  ceder ante nuestra posición como país. Por nuestros puertos aun siguen llegando  cientos de furgones de mercancías con destino a Haití, a los cuales nuestro gobierno no les cobra ni impuestos ni tasas portuarias ni nada, llegan se descargan y salen rumbo a la frontera, nos hemos dado cuenta porque Fenatrado detuvo algunos de esos camiones transportando esas mercancías en la frontera, como medida retaliatoria ante lo que padecen nuestros transportistas cuando ingresan al vecino país.

Y resulta que muchos de los productos que Haití esta importando y entrando por nuestros puertos se producen en nuestro país, lo que es una bofetada doble, le dan el negocio a otro país pero usan el nuestro para descargar sus mercancías y entrarlas como Pedro por su casa en su territorio, sin dejar ningún beneficio al país que les ha brindado esas facilidades ante la falta de puertos en aquel lado de la frontera, destruidos o muy dañados luego del terremoto del 2010.

En Europa devuelven miles de inmigrantes ilegales y no pasa nada, en Venezuela, cerquita de nosotros, devuelven miles de colombianos, cierran la frontera, destruyen las viviendas donde habitaban esos inmigrantes ilegales y la OEA no se atreve a decir nada, ni el Caricom, ni Bahamas ni la ONU. Solo a la Republica Dominicana le quieren dar pau pau cuando intenta aplicar sus leyes, pero todo eso es fruto de que esos países y organismos regionales e internacionales saben que aquí hay un gobierno al que le tiembla el pulso y le sudan las manos.