Uno de los logros que con más frecuencia y énfasis resalta el gobierno es el cumplimiento de la ley del 4 por ciento para la educación, a tenor de la cual se han construido y remodelado miles de centros escolares en todo el país, han accedido a la enseñanza varios cientos de miles de nuevos estudiantes, se ha mejorado sustancialmente el salario de los profesores, integrado un número cada vez mayor de aulas y alumnos a la Tanda Extendida y ahora dado inicio a la república digital en el sistema escolar.
Pero en el marco de todos estos distintos aspectos relacionados con la educación pública, el tradicional desayuno escolar que se sirve en las escuelas ocupa un lugar de suma importancia. Para los alumnos, muchos de los cuales se veían obligados a asistir a clases con el estómago vacío, y para los padres, un alivio en el ajustado presupuesto familiar de la gran mayoría, como lo es también ahora el almuerzo y la merienda en la tanda escondida.
De ahí que no se entiende el que con tanta frecuencia, el desayuno se vea amenazado de interrupción por parte de los suplidores, principalmente los panaderos que suministra el pan y las galletas, debido al atraso en los pagos en que incurre el Instituto de Bienestar Estudiantil (INABIE). Deudas acumuladas que en ocasiones alcanzan sumas astronómicas como ahora mismo en que supera los 700 millones de pesos con dicho sector.
Tal como señalamos antes no se trata de un hecho infrecuente. Todo lo contrario. Ya desde en 2005 a la fecha, los suplidores han venido confrontando problemas debido a la dilatación de los pagos en varias oportunidades, que en el caso del sector harinero han puesto en serias dificultades y al borde de la quiebra a muchos de ellos.
En esta ocasión, los 204 suplidores que integran el gremio de la Unión de Medianos y Pequeños Industriales de la Harina (UNPHI) y que reclaman ahora el pago de sus facturas atrasadas, tienen a su cargo suministrar un millón 800 mil raciones de pan y galletas. En buena medida se trata de negocios de alcance reducido, en algunos casos pequeñas empresas familiares, con limitada liquidez y escaso margen para sostener créditos a largo plazo.
Es ante la amenaza de suspender el suministro de pan y galletas al desayuno escolar a partir de la próxima semana, que el Instituto se ha apresurado a anunciar que dispone de los recursos para saldar las facturas pendientes. La promesa ha sido asumida y ratificada por el ministro de Educación Andrés Navarro, por lo que adquiere categoría de compromiso mayor.
Ahora bien…¿Por qué llegar a este punto? ¿Cuáles son las razones de incurrir en atrasos de ese monto? ¿Es que la asignación de los fondos no fluye con la regularidad debida? ¿Trabas burocráticas como plantea Edwin Caraballo, director ejecutivo de EDUCA, siempre alerta a todo aquello que pueda afectar el sistema docente?
Cada vez que se anuncian situaciones de este tipo, del mismo modo que en cada ocasión en que la ADP convoca a huelga, o en una seccional los maestros suspenden la docencia, se origina una situación de incertidumbre perjudicial al sistema docente que debiera fluir sin interrupciones ni sobresaltos.
Por sobradas razones el desayuno escolar, como lo es el almuerzo en la Tanda Extendida, es una pieza fundamental dentro del engranaje de la planteada, prometida y necesaria revolución educativa en la que todavía nos queda mucho trecho por andar.
Y de ahí que por ningún motivo debiera llegar al extremo de verse amenazada su continuidad, y menos por el atraso de los pagos a los suplidores, tomando en cuenta el gran flujo de recursos que se destina a la educación.