La primera causal tiene que ver cuando hay que sacrificar uno de los dos. El Código Penal puede decir lo que quiera, pero el médico y los familiares van a proteger a la madre; de manera que es poner en el Código lo que la sociedad viene realizando de manera normal, lo que lo convierte en una discusión bizantina.
La segunda causal es el incesto. Quienes se oponen a que aborte la mujer violada -95% por un adulto mayor a una menor de edad o una adolescente- es porque no se imaginan el trauma social y familiar de la víctima: Su hijo resulta tener como papá al abuelo o papá al tío; a la misma persona. Oponerse a que la mujer pueda decidir qué hacer en el marco de esa desgracia es un crimen mayor que el incesto mismo.
En cuanto a la tercera causal referente a la violación. O sea usted es partidario de que, además de ser violada por un canalla, la mujer carezca del derecho a decidir si le pare o no un hijo al violador que adquiere lógicamente derecho de padre; como tal, es obligada a interactuar con su violador Oponerse a ese derecho es peor que la violación misma de la cual ha sido víctima la mujer.
Ciertamente, las tres cáusales aumentan las estadísticas de los abortos, pero el número real sigue igual, porque la mujer víctima siempre tomará la decisión que su propia conciencia le dicte, sin importar que un Código Penal, el cual no recoge el sentir mayoritario de las víctimas, pueda decidir o no.
Está claro que las tres causales no son suficientes para disminuir los incestos o las violaciones. Soy de la opinión de que el Código Penal contemple en sus articulados convertir al agresor en eunuco, parcial o total, según el caso.
Lógicamente, eso implica sanear de arriba a abajo un poder judicial que muchas veces sus decisiones son productos de la venganza personal de un tercero.