Siendo el caso que nos encontraremos con la oportunidad, o por lo menos eso esperamos, de seguir escribiendo todo lo que podamos aportar en materia de eficiencia energética y sostenibilidad, incluso lo comentando por otros,pronto daremos por terminada la serie que hemos iniciado hace varias semanas, con el título que hoy compartimos con el lector.

La motivación de nuestra serie, siendo además parte de ese modesto aporte que podemos hacer desde nuestro pequeño despacho de proyectos o desde un aula perdida de algún curso de invierno de la Comunidad de Madrid, será siempre compartir soluciones, conceptos ideas, incluso enlaces y bibliografías sobre el tema que siempre nos ocupa, que es la arquitectura y la energía. Con esto queremos reiterarle a ese lector de referencia, el que nos sigue o el que solamente nos visita, que el tema, no se acaba con la serie, y que como es costumbre, lo continuaremos cada semana, como lo hacemos desde hace más de 8 años por este mismo medio y cada semana.

Continuando con la ventilación, que es una de las necesidades a cubrir con las estrategias de diseño para condiciones de verano, tenemos un par de cosas más, de entre varias, que podemos agregar hoy. Este par de puntos que veremos brevemente son: la ventilación para edificios  en altura y la ventilación natural forzada. 

Cuando pensamos en la ventilación de edificios en altura, lo primero que nos llega a la mente es el Commerzbank de Norman Foster. La ventilación natural, como parte del sistema de ventilación natural del edificio, queda resuelta con una serie de terrazas en altura, desarrolladas helicoidalmente, haciendo las veces de jardines de cuatro alturas y que se van girando para aprovechas mejor el régimen de vientos y a propósito de la planta en forma de triángulo. Esta solución tan interesante nos lleva a varias reflexiones, la primera de ellas es la genialidad con que el equipo de Foster, y el mismo, aprovechan los vientos para la ventilación en altura.

La otra reflexión nos llega al poner en “negro sobre blanco” que un edificio en altura, por muy bioclimático que sea, no puede apoyar todo su sistema de ventilación en el manejo del régimen de vientos así no más.

En estos casos, el de los edificio en altura, y por temas de la velocidad de viento en las alturas (caso de trópicos) e incluso de la temperatura (en climas subtropicales, templados, oceánicos o continentales húmedos,mediterráneos continentales, esteparios o subpolares), no siempre es factible “abrirnos” la ventilación natural en los edificios que configuran el Skyline. No obstante tenemos casos como el referido de Foster que nos animan a no cerrar la ventana del todo, nunca mejor dicho a esta solución de diseño pasiva.

En cualquier caso, los sistemas que se utilicen tendrán que moderar los efectos molestos del viento, reduciendo su velocidad, el potencial ruido, e incluso contaminación. Para esto los conductos, patinillos, etcétera,  con un bien diseño y hasta con filtros si es necesario, podría ser una opción a explorar con seriedad.

Otra manera de aprovechar la ventilación natural, sobre todo en edificios de mediana altura, es la doble piel en la fachada o en las carpinterías exteriores; esto puede ayudar a moderar la velocidad pero deja un interesante desafío para el tema de potenciales ruidos.

Otra opción es la utilizada en el Commerzbank, que es hacer pasar el aire por patios interiores o cámaras que puedan hacer la doble función de minorar el viento y evitar ruidos molestos.

Existen varios gráficos, según las ciudades y sus respectivos estudios climáticos que nos dejan bien claro el dato de cuanto es el incremento de la velocidad del viento en las alturas. A grandes rasgos podemos decir que en cota cero el viento que discurre a una velocidad X, puede incrementar en más de un 50% esa velocidad, en alturas de 150 m….Interesante dato.

Partiendo de esto último, y como siempre decimos, es la combinación de las estrategias pasivas y activas (activas apoyadas en renovables), lo que nos permitirá obtener resultados óptimos en nuestros proyectos.

Hasta la próxima.