Retomando nuestra argumentación en el punto anterior de la serie, desarrollaremos, teóricamente,  algunas de las estrategias pasivas de acondicionamiento interior,  relacionadas en los trabajos de J. Neila, V. Olgyay , R. Serra o H. Heywood, incluso relacionadas en algunos de nuestros propios trabajos. Estas mismas estrategias están juntas en el artículo anterior, por si el lector interesado necesita ver la relación completa. Hoy veremos “algo” sobre el sobrecalentemiento de los cerramientos y  las maneras pasivas para contrarrestarlos o evitarlos.

No hace falta describir mucho el tema del sobrecalentamiento, más allá de lo necesario para argumentar las soluciones que se le pueden plantear. El tema del sobrecalentamiento, en el hemisferio norte (la República Dominicana está más o menos a 18º Norte y España a 40º Norte), se produce, en términos objetivos, en una fachada oeste, incluso sur, o en una cubierta/techo. Si somos aún más objetivos, señalando el elemento constructivo, estaríamos hablando de muros, techos o superficies muy expuestas y huecos muy expuestos.

Para no hacer larga la historia y dando por supuesto que esta cita semanal con nuestros lectores,  debe llevar el sello de lectura ligera – aun para los profesionales del sector – nos centraremos en algunas medidas preventivas y/o estrategias de diseño para evitar o mitigar el sobrecalentamiento de esas superficies.

Como nota introductoria diremos que lo principal, en el caso de las fachadas por lo menos, es evitar que el sol llegue a nuestros espacios interiores cuando no queremos que lo haga,  y que tampoco pegue de lleno en los cerramientos que no nos interesan; diremos también que el sombreamiento con elementos vegetales es una “muy” buena opción.

Dependiendo del lugar de emplazamiento es difícil evitar disponer ciertos espacios vivideros hacia la fachada oeste, que en nuestro escenario de hemisferio norte es muy penalizada por ese sol del poniente. Una recomendación genérica, matizable según el proyecto, es poner espacios de servicios y/o cuartos húmedos hacia esta fachada, es decir, una cocina o un baño/aseo, algún trastero  o el área de lavado. Si los huecos de ventana son inevitables,  sus dimensiones serán un factor a tomar en consideración, procurando la necesaria ventilación, pero evitando la entrada indeseable de los rayos solares horizontales,  próximos al crepúsculo vespertino. Las protecciones solares horizontales -como toldos o voladizos- son poco efectivas en estos casos,   dada la horizontalidad de los rayos; las protecciones solares verticales son más recomendables.

Luego, y resumiendo,  con relación a los huecos, podríamos proponer una optimización en cuando a su orientación, incluso evitando los que no sean necesarios en esta cara del edificio, también podríamos proponer un manejo óptimo de sus dimensiones y por último, además,  podríamos proponer unas protecciones solares más verticales (y orientables a ser posible), que horizontales.

Esto, más la asistencia de una buena ventilación natural,  podría conducirnos a unos planteamientos muy buenos en cuanto a acondicionamiento interior pasivo. Pero si no fuera posible conseguir el acondicionamiento pasivo , no hay que satanizar los sistemas mecánicos de ventilación y/o climatización; el uso de la tecnología es lícito si al final podemos compensar energéticamente ( y a nivel de control de consumos y emisiones) la utilización de nuestro organismos arquitectónicos.

Hasta la próxima.