A Manuel Salazar con cariño

Como te dije, apreciado Manuel, estamos de acuerdo en identificar al enemigo común y la forma de enfrentarlo para derrotarlo. La diferencia estriba, en cómo llegar a estructural el instrumento para vencerlo. Ya que la coyuntura, como la nuestra, se enriquece cada día con nuevos ingredientes.

El PLD es el enemigo a vencer. ¿Cómo vencerlo? Con la unidad de la oposición, por la vía electoral. Hasta aquí no hay problemas; pero hay más, coincidimos en que esa unidad debe descansar en un programa, cambio democrático, de gobierno y acuerdos políticos que, garanticen transformaciones institucionales y la forma de gobernar.  No creo en eso de transición, por ahora.

Podemos alcanzar un cambio democrático sobre la base de un gobierno que se comprometa aplicar lineamientos básicos para garantizar independencia institucional y cambiar el modelo económico y social, en camino hacia una transición. Esa transición se logra con la vigilancia y presión, en el cumplimiento de los acuerdos y programa de gobierno, de la población en todos los escenarios, incluyendo la calle. Los conservadores o liberales criollos son irresponsables, ausencia de conciencia política y de clase, desde que llegan al poder. Y la debilidad, sin unidad, de los revolucionarios es más que evidente para garantizar el cumplimiento de los acuerdos programáticos

Estamos conscientes que el objetivo estratégico de los revolucionarios es cambiar la sociedad por una más justa, incluyente y solidaria. Esto se logra atravesando por varias etapas, dependiendo del nivel de desarrollo económico, político y social del país. La nuestra es clara, sin titubear, iniciar el proceso democrático para establecer un estado de derecho, defensa de la soberanía y la independencia nacional.

El PLD estaba supuesto a iniciar ese proceso en el 1996, pero su engendro para llegar al poder lo llevó a entregarse en cuerpo entero a proteger los intereses de los Estados Unidos y al servicio de la rancia oligarquía criolla. Como era de esperarse, al Don Juan (Bosch) ir perdiendo facultades de salud, estos “muchachos” fueron degenerando,  intensa y aceleradamente, hasta convertirse en una poderosa Corporación de “negocios” para mantenerse en el poder, despilfarrando recursos públicos y enriqueciéndose.

La descomposición social de la sociedad es, tan grave, que su salida es imperiosa; para rescatar a tiempo una sociedad que va a la deriva, desintegrándose gradual y lastimosamente. Y eso se logra con la unidad de la oposición política, pues el poder acumulado en sus 19 años de gobiernos ha estructurado, con el control de los poderes del Estado, un temible, pero vencible, aparato electoral que descansa en el clientelismo y el fraude.

Nuestras diferencias de forma, entre otras cosas, radica en que considero que los revolucionarios deben de enfrentar las tareas de la presente coyuntura juntos, no separados. Integrar un poderoso mecanismo, unitario, de avanzada que vaya en la dirección correcta para derrotar al PLD con la unidad de la oposición; es decir, aglutinar a las organizaciones y personalidades revolucionarias y progresistas, verdadero polo virtuoso, para conversar, pactar y hacer alianzas con otras fuerzas políticas. La derecha se junta fácil, la izquierda con cualquier pendejada se divide o permanece como la res mala…

No es extraño esa actitud, del PCT, en a acercarse de manera individual a los “conservadores” que en el fondo son representantes de los oligarcas burgueses. Lo vienen haciendo en reiteradas ocasiones, la más recientes fueron en las elecciones presidenciales y congresuales  2012–2016. El daño es terrible, porque el pueblo lo ve cerca de los “conservadores”, sin dar una explicación convincente y aleccionadora. No basta con pregonar, a los cuatro vientos, salir del PLD para vivir de paños y manteles con  un sector social tan corrupto, cuidado si más, como lo que están en el poder.

Hasta ahora, ese acercamiento puede exhibir un legislador y varios regidores, nada más.  No se aprovecha el momento electoral para proyectar, difundir, las ideas y planes revolucionarios; líderes nacionales y locales, etc. Desperdiciando espacio y tiempo en promover por simpatías, carente de acuerdos programáticos, a los “conservadores”. Y así no se educa ni organiza a nadie; por el contrario, mella su espíritu de lucha y lo confunde.

La derecha, conservadora y liberal, prefiere conversar con los revolucionarios en forma individual, conoces sus debilidades y sus carencias. Para en cualquier momento darle una patada por el trasero o envenenarlo con un cheque del gobierno. No es lo mismo ir con un bloque, polo virtuoso, de revolucionarios con su programa y acuerdos debajo de los brazos, a sentarse a discutir de cara a cara, frente a la opinión pública y el pueblo. De esa forma, la población está consciente de los pasos transparentes que se dan para vencer al enemigo común.

Hay que ponerle fin a la era corrupta y de impunidad del PLD. La unida, programática, de la oposición que garantice un verdadero cambio democrático, es el camino a seguir. No hay de otra.

Estoy muy agradecido por tu dedicatoria y en especial, el trato de compañero y camarada que me dispensa cada vez que nos juntamos. Me recuerda, el cariño y los afectos calurosos de los que me han inspirado para seguir hasta el final.

Por último, parte el alma, observar al camarada Manuel Salazar en los actos de campaña electoral del PRM, como el Llanero Solitario sin su inseparable amigo indio, Toro. Me recuerda la fábula del ratón y el cangrejo: se encuentra un ratón y un cangrejo cerca de una preciosa playa. El cangrejo caminando hacia atrás y a los lados, con sus imponentes pinzas a la defensiva y siempre listo para atacar. Se queda, el ratón, pensando, con toda la calma del mundo, cómo llevarme ese delicioso y enorme manjar. Tenía al ratón confuso, sin encontrar oportunidad de cómo atacarlo. Decide, con mucho cuidado, esperar que se duerma, para quitarle una patita cada vez que el cangrejo se descuidaba. Y así decide hacerlo, en reiteradas ocasiones, hasta  que el temible cangrejo queda inerte, boca arriba, en medio de la playa. Oportunidad que tuvo el ratón para llevárselo para su cueva.

Abrazos, profesor…