Los que han tenido la oportunidad de viajar por los países desarrollados dicen que en ellos existen unas cosas a las que llaman señales, las cuales tienen pintadas o impresas letras, números o signos y que los ciudadanos les tienen un alto respeto pues saben que las autoridades las ponen con el fin de preservar vidas, propiedades y ambientes, y también porque si no las respetan les dan el palo de la gata y se llevan una buena multa a sus casas, y además les remuerde la conciencia porque saben que no han obrado como debían.

Pero aquí en este tan peculiar patio nuestro, las señales, esas placas metálicas que se ponen en lo alto de unos tubos delgados, o atadas en los postes de luz, que se cuelgan en letreros, o se pintan en las paredes, como que no se descodifican o no se entienden bien por demasiados de nuestros ciudadanos y por lo tanto no parecen tener la función debida en nuestra sociedad. Por ejemplo, los semáforos ¿usted ha visto con qué frecuencia los conductores  – y no digamos ya los motoristas – se saltan la luz roja como si el mundo fuera a acabarse y tuvieran que ir a tomarse los últimos tragos de su vida? y si es después de las diez de la noche, ni digamos, sólo algún raro espécimen civilizado se atreve a detenerse ante alguno de ellos.

Si en una vía importante como la Winston Churchill se señala que no se puede doblar a la derecha o a la izquierda, es ahí mismito donde con más gusto lo hacen tantos conductores a cada rato. Si ponen una señal de PARE o un CEDA EL PASO en una intersección de una calle o una carretera…je, je,je…¡ para qué decirles! …zuaaaa….la pasan como sin o existieran o fueran indicaciones para los marcianos.

Si hay una señal que reza PROHIBIDO MONTAR PASAJEROS  ahí es que titirimundachi se baja y se sube de los carros públicos, los motoconchos o las voladoras, y si mira hacia el cielo es posible que también le caiga un paracaidista que tiene prisas para coger la guagua y llegar a su casa. ¿Dónde hay más carros parqueados? pues debajo y en toda el área donde la señal dice NO ESTACIONE.

Si hay una indicación de NO ORINAR AQUÍ entonces ese es el lugar ideal para hacer de jardinero, sacar la manguera y  regar la pared a gusto. Si se pone eso tan frecuente de  NO BOTE BASURA, ya se sabe, en breve se convertirá en un pequeño o gran vertedero lleno de fundas pues seguro que es un punto estratégico para echarlas y por algo lo han prohibido en ese lugar.

Pero el asunto no es sólo de tránsito o limpieza, si está en una clínica o un hospital verá un letrero de SILENCIO con una linda enfermera y el clásico dedo en los labios…lo más seguro es que cerca haya un grupo de familiares casi gritando lo bien que ha resultado la operación. Si usted va a alguna oficina pública donde un rótulo dice GUARDE SU TURNO ¡cuidado! hay que estar con mil ojos para que los listos de siempre no se cuelen con el mayor descaro y le hagan perder las dos horas de espera.

El otro día, transitando por una avenida muy concurrida pudimos ver una pared con  el lema CIUDAD LIMPIA, ORGULLO DE TODOS y justo ahí, ni un metro más allá, ni uno menos, había un montón de basura acumulada  que hablaba y resumía de manera bien irónica lo que aquí estamos exponiendo. Si no hay conciencia por parte de tantos ciudadanos, si tampoco la hay por parte de quienes deberían tenerla e inculcarla, si no hay nada que nos meta miedo en el cuerpo, o por lo menos en los bolsillos, entonces sería mejor poner una sola señal a la entrada del país que sí la entenderíamos todos: HAGA USTED LO QUE LE VENGA EN GANA.

Nos ahorraríamos unos buenos millones en materiales e instalaciones. Que buen falta hacen.