I.- No hay justificación alguna para abusar de la libertad

1.- Me siento ser una persona que forma parte de una comunidad selvática, como integrada por comunitarios salvajes por la manera cruel e inhumana que se comportan. Lo sociable no lo veo; el proceder bárbaro es el que percibo.

2.- Lo que a diario escucho son palabras contrarias a toda lógica y ausentes de razón. Las barbaridades en el lenguaje demuestran ensañamiento, ferocidad. Cada quien está listo para exhibir brutalidad.

3.-  Se está convirtiendo en algo normal disfrutar haciendo sufrir a quien no puede defenderse porque ignora  quién se escudó en el  anonimato para agraviarlo. Enmascararse para  dañar ha  tomado su imperio porque ocultar  el nombre y el rostro es muy propio de los cobardes y malvados que  difaman.

4.- En cualquier lugar del mundo donde se respeta la libertad de expresión, la misma no debe ser utilizada para quitarle a otro la libertad de disfrutar la paz espiritual de la cual es acreedor y merecedor. La libertad contra la libertad, no procede.

5.- Muchos dominicanos y dominicanas, desde la niñez hasta la tercera edad, han bregado para disfrutar de un espacio de libertad, pero no allí donde se haga uso de la libertad contra la libertad.

6.- La libertad de expresión no debe ser ejercida para ir contra el derecho a la buena fama. El  bien jurídico libertad, jamás ha de ser garantía para vituperar. La libertad debe perseguir un objetivo sano, no perverso, como es injuriar.

7.- Las redes sociales, en su conjunto constituyen una conquista del desarrollo  de la facultad de pensar, y deben cada día ponerse más y más al alcance del ser humano, pero no de la escoria social que las están utilizando para herir conductas, fastidiar familias enteras y crear desasosiego.

8.- El lumpen, la máxima expresión del subproducto de la sociedad dominicana, ese desecho humano ha hecho de las redes su ideal instrumento para comunicar sus frustraciones, resentimientos y otras taras que acompañan a las lacras sociales.

II.-  Aquí se están lesionando honras bien ganadas

9- El medio social donde estamos viviendo las dominicanas y los dominicanos, se supone que está regido por leyes para regular la forma de proceder de cada uno de los que aquí habitamos.

10.- La manera de un hombre o una mujer portarse en la sociedad donde acciona, debe de ser valorada por sus compueblanos. Procede establecer diferencia entre quien actúa correctamente, y aquel que obra fuera de las normas de la decencia.

11.- Lo que estamos viendo es que en este país se está imponiendo, no  la ley, sino el deseo de cualquier sinvergüenza de difamar sin sanción. Cada quien actúa como chivo sin ley.

12.- El libertino se ha convertido en juez para con su sucia lengua deshonrar a quien le dé la real gana. Una crápula cualquiera toma un micrófono y haciendo de árbitro decide a la víctima de su obscenidad, porque el ambiente le es adecuado para demostrar que goza de licencia para  abusar de la libertad.

13.- Sin lugar a ninguna duda, comportarse sin moderación llegó a nuestro país en el momento adecuado para aquellos que, dominados por los más  bajos vicios y pasiones,  sueltan sus lenguas con el fin de desequilibrar a personas ecuánimes  y  de buen proceder.

14.-  La realidad es que el ser humano dominicano, no debe continuar viviendo en este medio como hasta ahora,  porque la vida  se torna insoportable para la gente de bien. De ahí que, una de dos: aceptamos vivir como en una selva; o nos comportamos en forma civilizada.

15.- La honra bien ganada, el comportamiento con integridad, la buena opinión que se tiene  de una persona por su ejemplar conducta, no deben ser lanzadas al zafacón por la voluntad de un vagabundo que impunemente hace uso de un medio masivo de comunicación para deslustrar el historial  de una vida diáfana.

16.- Muchos de mis conciudadanos no han llegado a comprender que aquellos que se exceden difamando a personas auténticas, les sacan el jugo a las libertades que no contribuyeron a conquistar, porque  propasarse es muy propio de quien disfruta las tropelías.

III.- Legislar para impedir el abuso en las redes sociales y otros medios de comunicación.

17.- Ante la ineficacia legal e incuria  de las autoridades para meter en cintura a los asesinos de honras, que abusan del uso de las redes sociales y otros medios de comunicación, se impone que las mujeres y hombres sensatos del país den la cara para salvaguardar la dignidad  y el decoro.

18.- Los mismos que gozan lanzando carcajadas y se comportan en estado de regocijo cuando escuchan herir con palabras a una persona honrada, de un momento a otro están llamados a sufrir las mismas consecuencias.

19.- En un medio social propicio para ensuciar honras, cualquier ciudadano está expuesto a ser fastidiado, gravemente perjudicado por un difamador que lo hace agraviado de injuria. Menoscabar la dignidad de otro está hoy a la orden del día.

20.- Afrentar alegremente, manchar por las redes sociales y otros medios, es algo que mujeres y hombres limpios están en el deber de enfrentar, porque baldonar sin esperar sanción, es dejarle el campo abierto a la peor ralea de la sociedad. Es decir, algo  así como motivar a  lo más vil y despreciable del país, a descomer en cuerpo y alma a personas honestas.

21.- En vista de la embestida de los desaprensivos que han convertido deshonrar en algo cultural, las personas decentes de  nuestro país están en el deber de accionar, salir en defensa de la fama bien ganada de cualquier persona que ha tenido una existencia digna.

22.- De la forma que sea, algo hay que hacer para comenzar a higienizar el  ambiente dominicano.  El aseo debe iniciarse haciendo reglas nuevas para el ejercicio de  la libertad de expresión y uso de los medios de comunicación. Este ambiente  hay que desinfectarlo y pronto.

Ideas finales

  1. a) En nuestro país se impone un amplio movimiento de opiniones con la finalidad de crear conciencia, a los fines de adoptar una legislación para con claridad regular el uso de las redes sociales y en ellas la práctica adecuada de la libertad de expresión y difusión del pensamiento.

b) Por alguna vía hay que comenzar a expresar el deseo sincero de diferentes sectores de la vida nacional interesados en el adecentamiento de la vida pública. No debemos identificarnos con la idea de que entre peor mejor.