Las próximas elecciones presidenciales le presentarán a la nación  la oportunidad, muy esperada por cierto, de un cambio de gobierno tan necesario como importante para el bien de la democracia de nuestro país. Para lograr materializar este anhelo de muchos, es importante también que en las elecciones municipales del próximo 16 de Febrero, los dominicanos vayamos como soldados de la patria a votar por los candidatos de la oposición, obviamente sin incluir la “oposición” del expresidente del partido en el gobierno, pues este es el mayor responsable de todo cuanto aquí ha sucedido.

El liderazgo emergente de ese cambio deberá estar comprometido en adecentar el quehacer político y deberá también, llegar con un enfoque completamente distinto y serio que elimine las distorsiones y las torceduras que han impuesto estos últimos gobiernos, sobre todo en la parte económica y política. En la primera, hacer énfasis en la reducción o eliminación del déficit fiscal, para ello es necesario que entendamos que el Estado debe ser reducido en su tamaño, lo que nos liberaría recursos que puedan ser utilizados para aliviar la carga de los sectores más empobrecidos así como para la creación o mejoría de la infraestructura tanto física como institucional, asegurándose de que esta no le cueste al país más de lo que es su valor del momento. Quizás con esto lograríamos tener un mejor control del endeudamiento. En adición, se debe  hacer un plan de reducción del déficit cuasi-fiscal del Banco Central, pero que no solo se quede en sacarle el dinero a la población de alguna manera, si no que haya un verdadero compromiso de pago del gobierno central.  Algo que podría ayudar también, es mejorar sustancialmente la calidad del gasto público.

Los proyectos de infraestructura se financian de dos formas: con ahorro público (como lo hizo el Dr. Balaguer en los doce años) y/o con endeudamiento, pero que solo se realicen  los proyectos cuya evaluación de costos-beneficios resulte conveniente para el país tanto en lo económico/financiero como en lo social. El proceso de selección y evaluación de los proyectos por parte del gobierno es sumamente importante pues el país puede presentar grandes necesidades pero los recursos del gobierno serán siempre limitados y aunque se puede recurrir al endeudamiento este habría de pagarse y resulta una carga para las futuras generaciones y una irresponsabilidad de la actual.  Imagínense la evaluación real de las plantas de Punta Catalina que en la parte económica/financiera es un absurdo total, pero en la parte social es un desastre enorme con solo la contaminación. Algunos países están cerrando sus plantas a carbón y muchos otros del primer mundo cerrando sus minas de carbón. Deberá el próximo gobierno evitar este tipo de aventura irreflexiva y disparatada, que solo podría tener una explicación de dolo.

En el aspecto político, con el solo hecho de promover una verdadera separación de poderes, se empezaría a notar una mejoría sustancial en la estructura y en el desenvolvimiento del Estado; y por supuesto que cada poder del Estado se dedique exclusivamente a sus labores establecidas en la Constitución. Se acabarían entonces, los barrilitos y cofrecitos del Congreso, la política partidaria en la Justicia y en el gobierno se provocaría el comedimiento en el uso de los fondos del erario, entre muchas otras cosas que se lograrían.

Esta será una oportunidad inmensa para sacar del poder a este grupo de individuos que se han robado el dinero del pueblo y con ello la esperanza de un mejor porvenir. El daño a nuestra sociedad es inconmensurable y tomara tiempo reencauzarla por el sendero del trabajo, el esfuerzo, el cumplimiento, la valía personal, la honradez, la decencia y la moralidad.

Debo advertir que, una vez más, se oscurece el  cielo de la nación con nubarrones de perturbación cívica pues en el gobierno muestran que están dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de prolongarse en el poder y no solo usan indiscriminadamente los recursos públicos para comprar “simpatías” electorales, como el caso reciente de los electrodomésticos, sino que luce que tienen preparado un gran fraude en caso de que fallen los “manejos” y fuere necesario aplicar la trampa. El candidato oficialista no ha tenido buena aceptación del electorado en gran medida por sus torpes presentaciones que lo colocan en un plano de grandes limitaciones intelectuales. Sería interesante saber cuál fue la verdadera motivación para que resultara ser el escogido porque este candidato no tiene ningún atractivo para los votantes. Todas las encuestas creíbles lo ubican en un lejano segundo lugar y el gobierno ha empezado a hacernos creer que la diferencia se está reduciendo cada día, y posiblemente sea todo lo contrario, pero es que eso también forma parte de la trama.

El posicionamiento del candidato del Cambio debe ser sólido y suficiente para reducir las posibilidades de que el fraude pueda materializarse. Por supuesto, hay decisiones del grupo del Cambio que ayudarían a lograr esa condición. Una de ellas es la selección atinada de un buen compañero de boleta  para  Abinader.  Ese candidato vicepresidencial debe abarcar preferiblemente a otros sectores de la sociedad y/o de la política, que se quieren ver representados en un nuevo gobierno de unidad y para que no se perciba que sería la instauración de un gobierno de un nuevo grupo de individuos con alguna afinidad política o algún interés común, como lo fueron los gobiernos del partido en el poder.

Una gran parte de la población se siente indignada con el manejo engañoso de los asuntos públicos por parte de los gobiernos del partido oficial. Esa indignación seguro que hará cambiar las cosas. ¡Votemos por el Cambio!

“El mundo que conciben los que detentan el poder en el país, es un mundo injusto y lleno de crueldad y cobardía, en el que el desarrollo humano está supeditado a sus proyectos de permanencia para satisfacer sus apetencias particulares con todas sus miserias”.  NV (fragmento de artículo publicado en Acento.com el 21-12-2015)