Las ofertas de los que quieren ser electos Presidentes contienen contenidos ideológicos del partido político a que pertenece, propuestas de soluciones a los principales problemas del país y preferencias personales del candidato, que representan sus pasiones. En el ejercicio del poder, se espera que su gestión se corresponda con esas expectativas, aceptando que ponga determinado énfasis en la solución de algunos problemas, en correspondencia con la doctrina del partido, en algunas de sus "querencias". 

¿Qué estamos viendo en la gestión del Presidente Fernández? La mayoría de los compromisos ideológicos, por no decir todos, especialmente los que constituyen "el bochismo", han sido olvidados o sustituidos. En el ejercicio del poder hay más de las "enseñanzas" de Joaquín Balaguer que del Profesor Juan Bosch. 

Vemos también que los principales problemas nacionales no son enfrentados para ser resueltos. Se han impuesto las preferencias del Presidente, sus pasiones. Se gobierna para la realización de los "sueños" del Presidente, que tiene poco que ver con la solución de los problemas del país y el desarrollo humano, que se materializa en el bienestar de las personas. 

Veamos el contraste entre problemas del país y "pasiones" del Presidente. 

Estos son algunos de los principales problemas:  un servicio de electricidad deficiente y caro, incluyendo reiterados apagones; educación de pésima calidad; servicios de salud y seguridad social, que además de deficientes, solo cubren a una parte, aún no mayoritaria, de la población; informalidad en el empleo, que representa el 57% de la población económicamente activa (PEA); producción agropecuaria que no puede satisfacer la demanda interna y sin capacidad de aprovechar adecuadamente los mercados internacionales; pobreza que se resiste a disminuir y desigualdad que aumenta; migración haitiana incontrolada; alto déficit de viviendas y un transporte público caro y altamente deficiente. 

Y estas son las "pasiones" del Presidente a las que se entrega en cuerpo y alma y las persigue "contra viento y marea": lo virtual, reparando muy poco en las limitaciones de la realidad; FUNGLODE como think tank nacional; el Metro, túneles y elevados, sin estudios serios sobre costo-beneficio y pertinencia; constitucionalismo formal acompañado de violacio0nes a una Constitución recién estrenada; presencia y protagonismo en el ámbito regional e internacional; organización y participación en seminarios, diálogos y cumbres, aunque no se cumplan los acuerdos. 

Mientras frente a los problemas se hacen declaraciones y excelentes discursos, sobre todo en el exterior, pero poco o nada por solucionarlos, las pasiones del Presidente se transforman en las verdaderas prioridades nacionales y se hacen los esfuerzos que sean necesarios para lograrlas. 

Dos ejemplos ilustrativos de la disparidad entre las pasiones del Presidente y los problemas que esperan soluciones. Le apasiona el Metro, pero no la solución del transporte. La primera línea aún espera las rutas alimentadoras y prefiere entregarles dinero a los empresarios de la privatización del transporte público que autobuses a la OMSA. Prefiere la asistencia social masiva a través de la tarjeta Solidaridad que políticas públicas eficientes y eficaces. 

Parece ser que al Presidente Fernández le gusta estar en el gobierno más para realizar sus sueños que gobernar para resolver los problemas del país, sobre todo los que no tienen rentabilidad política a corto plazo.