En el 2016, durante su campaña electoral, el presidente Danilo Medina prometió alcanzar una cobertura del 90% del Seguro Familiar de Salud (SFS), al término de su mandato en el 2020. Aunque se ha avanzado, todavía estamos muy lejos de esa meta, ya que sólo el 76% cuenta con un seguro médico.
Según cifras oficiales, la afiliación se sitúa en unos 7,900,000, incluyendo 4,220,000 afiliados al Régimen Contributivo, más otros 3,675,000 del Subsidiado. Aclaro que este no es el momento de considerar la calidad y la cobertura real de esos dominicanos, ni mucho menos el impacto en su condición de salud.
Tampoco vamos a insistir en el cumplimiento de la meta del Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS) de reducir el gasto de bolsillo para eliminar esta barrera al acceso al derecho a la salud de las familias más pobres y vulnerables. Y vamos, además, a obviar la postergación de un verdadero seguro de salud para mantener vigente un seguro de enfermedad costoso e ineficaz.
En consecuencia, vamos a hacer un análisis puramente cuantitativo financiero, a sabiendas de las objeciones que recibiré de la mayoría de los lectores. Asumiendo que la población actual se sitúa en 10,650,000 habitantes, todavía faltarían por afiliar otros 2,750,000 dominicanos y residentes legales.
Sólo para ofrecer una idea de las implicaciones de esta meta, basta con señalar que para llegar al 90% habría que afiliar a otros 2,475,000, de los cuales 1,175,000 irían al Régimen Subsidiado, y por lo menos, otros 1,300,000 al Régimen Contributivo (555,000 titulares + 745,000 dependientes).
Esta meta siempre fue muy ambiciosa ya que la población sin seguro médico corresponde a los grupos sociales más difícil de afiliar por dispersión e ingresos inestables. Son los desempleados y el gran contingente de trabajadores por cuenta propia: taxistas, vendedores de los mercados y ambulantes, agricultores, plomeros, electricistas y demás trabajadores de la construcción, entre otros.
Más vale algo que nada
Siempre he considerado que, con gran esfuerzo y más recursos, el gobierno podría afiliar a un millón de personas, con más subsidiados que contributivos. El SIUBEN ha identificado y calificado a esas familias, pero el gran escollo es financiero, ya que en su largo mandato las autoridades han brillado por su mezquindad frente al sector salud.
La afiliación de 1,175,000 subsidiados representa un gasto adicional de unos RD$3,250 millones por año que habría que transferir al SENASA. Ahí está el detalle, como decía Cantinflas. Todo luce que, ante la declinación electoral del Presidente, estas metas han pasado a un plano muy secundario, ya que ahora son otras las prioridades.
Así las cosas, la administración del presidente Medina corre el riesgo de dejar estancado el país sin cumplir con dos grandes mandatos de la Ley de Seguridad Social. El primero, establecer la atención primaria en el primer nivel de atención, y el segundo, afiliar a los trabajadores por cuenta propia.
Pero, si bien ya no hay tiempo ni recursos para alcanzar la oferta electoral, al menos es posible dejar al país encaminado en la dirección correcta. Todavía se puede aplicar en el gran Santo Domingo la atención primaria, tanto pública como privada, iniciando un proceso gradual que se extendería a todas las provincias en los próximos dos años.
De igual forma, también es posible iniciar la afiliación al Régimen Contributivo Subsidiado de los trabajadores independientes organizados, tales como, los vendedores de los grandes mercados, los taxistas y motoconchistas, tres grupos laborales ávidos de protección social.