"Las mujeres tienen que ganarse su espacio". Esta es una frase que he escuchado decir con mucha frecuencia a los hombres políticos cuando se les reclama acerca de la participación política de las mujeres y el no cumplimiento de la cuota de participación establecida por ley en nuestro país.

Y yo me pregunto ¿Cómo es que las mujeres tenemos que luchar para ganarnos las cosas que por derecho nos pertenecen? Es completamente injusto y refleja la inequidad entre hombres y mujeres que, por el sólo hecho de ser hombres, les asisten unos derechos que a nosotras, por ser mujeres, se nos niegan.

Pongamos el ejemplo del derecho al voto que es un derecho ciudadano, pero que en América Latina por ejemplo, es apenas a partir del 1929 cuando en Ecuador las mujeres “conquistan” el derecho al sufragio. A partir de esta fecha las mujeres inician esta lucha y en nuestro país, por circunstancias muy especiales, lo “conquistamos” en el 1942 y  hasta apenas en  1961 Paraguay  logra esta conquista. Parece mentira que tengamos que hablar de “conquista” en un derecho que, de manera automática por ser ciudadanas de un país y sin ningún esfuerzo, deberíamos disfrutar.

Y es que esto tiene una respuesta, la misma que explica el asesinato de mujeres a mano de su pareja o ex pareja; el poco acceso de las mujeres a bienes materiales que nos coloca como la población que sufre la mayor pobreza en el mundo; el pago desigual por hacer el mismo trabajo aún teniendo la misma o superior  calificación; el llamado “techo de cristal” que limita el acceso de las mujeres a puestos de poder, entre otras. Esta razón, es la cultura machista que prevalece en la mayoría de los países del mundo y que nos obliga a las mujeres a “luchar” para ganarnos un espacio en todos los ámbitos fuera del espacio privado de la casa y la familia.

Por supuesto que la participación política, de acuerdo a este sistema, le pertenece a los hombres y las mujeres que logran insertarse lo pagan muy caro en el aspecto familiar, afectivo y social. Son criticadas y mal vistas por su propia familia, su pareja y hasta los vecinos. El tiempo fuera de la casa, la exposición en el contexto del debate de las ideas, el traslado al contacto directo con la realidad de las comunidades y las reuniones de planificación de estrategias para hacer crecer una candidatura, tienen el mismo impacto frente a la sociedad, que si se dedicara al trabajo sexual ya que no está haciendo lo que se supone le corresponde.

En un trabajo presentado por Flavia Tello Sánchez en el 2009 acerca de la participación política de las mujeres en América Latina, desglosa obstáculos de índole legal, socioculturales, económicos e individuales que representan un desafío para la participación política de las mujeres. Nombraré sólo algunos que están ligados a este sistema cultural machista que esta sostenido en los valores del patriarcado y que nos obliga a luchar por la conquista de nuestras libertades públicas y privadas:

Segregación y discriminación de las mujeres en el ámbito público.

Socialización estereotipada.

Resistencias sociales e individuales a revertir el modelo patriarcal.

Prevalencia del modelo femenino de belleza y sumisión.

Infravaloración y descalificación de las mujeres.

Precariedad laboral de las mujeres y discriminación salarial, lo que acentúa la feminización de la pobreza y su marginación.

Sobrecarga de responsabilidades familiares y domésticas.

Insuficiencia o inexistencia de servicios de apoyo que descarguen a la mujer de tales responsabilidades.

Falta de tiempo libre para el ocio, la educación y la participación política.

Incumplimiento de compromisos adquiridos en acuerdos internacionales o nacionales en torno  a la igualdad de oportunidades en el acceso al poder y la toma de decisiones.

Como país iniciamos el camino de esta transformación a pasos muy lentos y las señales de cambio son casi imperceptibles, pero no nos cansaremos ni perderemos la fe en el sueño de un mejor mañana para nuestras hijas y nietas. Todo esto a propósito del día Internacional de la Mujer Trabajadora que se conmemora este próximo viernes.

solangealvarado@yahoo.com

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