Si bien la crítica se asume desde la mirada de José Martí, como razonamiento del criterio, también ha de asumirse como pesquisa y ahondamiento de la razón en el sujeto razonado o en la realidad razonada. En este caso, en la obra estética aoscultada. Como se vislumbra en la apuesta discursiva plasmada en esta obra. ("Universalismo visual integrador de HRSuriel", de Odalís G. Pérez. Editora "Amigos del Hogar". Santo Domingo, República Dominicana, 2019).

El crítico pretende desprenderse del creador y le es imposible. Es entonces cuando su discurso presentifica, interroga y se interroga y va situando su apuesta morfosintáctica sobre espacios en blanco que constituyen la página-confesionario de un discurso de alteridades, donde los significantes otorgan significados y ven o descubren nuevas visiones cromáticas en cada trazo del pincel.

En esta obra, el sujeto-autor desplaza su mirada de torero, sobre los lienzos que soportan los universos pluricromáticos de un hacedor de macromundos de entidades imaginarias que adquieren vida, identidad y significación desde el imaginario de un artista que asume la disidencia cromática, como merecidas respuestas a su aquí y a su ahora.

Cuando este sujeto-autor (Odalís G. Pérez), se sumerge en los trazos discursivos-visuales de HRSuriel, lo hace desde la perspectiva del crítico sabueso, sagaz, impetuoso e impestivo; provocador y dueño de una disidencia razonada, como quien mira y se mira de manera insatisfecha, para volver al imaginario de aquella pintura-memoria que se nos convierte en ritualidad vital y, desde allí, fija sobre el lienzo su trascendencia.

Se trata de una crítica reflexo-creativa, no de una "apología" al pintor, ni a sus actos creativos. Es un discurso analítico, mesurado, sin dejar de ser creativo.

En este caso, se trata de la mirada sigilosa que el crítico fija sobre el universo de figuraciones de HRSuriel. El analista desnuda los mundos de imaginarios del pintor. Los cuestiona, los confronta y los dispone a juicio, sin tendenciar su discurso.

"Tim tam: tim tam" cerebros balísticos, que es una pintura acrílica sobre lienzo, 62″× 52″, donde color y cobertura trazan la imagen de dos personajes en vínculos de amor, en un ambiente estigmatizado por la contaminación ambiental y espiritual, en la acechanza de un virus existencial, lo que no impide la explosión de ternura del beso de dos amantes. Eso es como una narrativa de amor…desde el pincel, sobre el fastama de la muerte.

El crítico, en su apuesta crítica, se asume aquí como un provocador…hacia la construcción y reconstrucción de sentidos. Devela la máscara de pigmento a la pintura del pintor, para dejar relucir aquel discurso poético del pincel y poner de manifiesto la estética del universalismo integrador de HRSuriel, desde un enfoque crítico-lingüístico transformador, mordaz y sugerente.

La obra es la que ocupa el espacio de la interrogante y el crítico asume respuesta, no a partir de la persona o entidad del sujeto-pintor, sino a partir del producto estético y sus vínculos infinitos con la metáfora y la simbología visual y grafológica de cada una de las obras aquí analizadas.

Aquí, el sujeto-crítico desnuda "Los hipertonos visuales revelados por la memoria de los sueños del artista HRSuriel". (Ver pág. 56). El crítico desnuda su memoria, construye una lectura disidente de lo ya plasmado en el cuadro, para descubrir la multiplicidad de sentidos que se oculta en cada color que se desprende del pincel se HRSuriel, en estas producciones pictóricas.

Ante la mirada cuestionadora y ritualista, a la vez, que el sujeto-critico explaya en su texto, pone en tensión aquel poema visual que HRSuriel desparrame sobre la tela y el color, para dejarnos en la memoria su impronta de significación, en esta obra que trasciende los perfiles de cualquier catálogo, para constituirse en enunciación de lo pintado, configurado y soñado, por la artisticidad de un pintor, dueño de una estética irreverente, experimental y universalista, desde lo insular.