Hay disciplinas que son bastante fáciles de definir, como las matemáticas: ¨Ciencias exactas¨ ahí no hay peros que valgan, dos más dos son cuatro y no hay más que hablar, salvo que ,se trate alguien bien avispado cuyo resultado lo convierta en cien, mil o un millón, pero ese es otro tema.

Otras, como la Publicidad son mucho más complejas porque tocan múltiples aspectos y por ello son difíciles de sintetizar en un par o dos de docenas de palabras.

La Publicidad incide en temas de economía cuando crea demanda y consumo, de sicología con los diversos comportamientos del consumidor, de arte por sus diseños, de la creación de ideas, y hasta el lenguaje y modismos, por ejemplo la publicidad acuñó el término ¨pie de atleta¨ qué desterró en buena parte el bastante grosero de ¨mazamorra¨. En mi larga vida profesional que abarca ya más de medio siglo, he leído centenares de ellas, solo en el interesante libro de Eulalio Ferrer, reconocido profesional mexicano de origen español, cita en su obra más de 1.500 definiciones y son pocas, muy pocas, las que puede decirse que son más o menos completas.

Las más difíciles de entender, a mi juicio, son las de las organizaciones norteamericanas de publicidad y mercadeo . La AAAA, Asociación de Agencias Americanas de Publicidad tiene una que, por querer agrupar tantos conceptos y campos, parece un capítulo del Quijote. De todas las que he leído hay dos que me parecen maravillosas por lo breves pero veraces que son, y un símil curiosísimo entre la Publicidad y la profesión más vieja del mundo: la prostitución.

La primera de ellas es que la publicidad es algo muy difícil que parece muy fácil, totalmente cierto. Estudiar y aprender publicidad se puede hacer en solo unos meses, no obstante que las carreras duran cuatro o cinco años, pero saber, saber de verdad de Publicidad, puede llevar mucho tiempo, décadas de ejercicio y a veces hasta toda una vida,

Sin embargo todo el mundo es publicista porque al ser el blanco de los anuncios y recibir millares de impactos, opina alegremente sobre tal o cual anuncio o campaña, según su gusto, y no sobre los so objetivos establecidos y alcanzados. Hay campañas preciosas, que maravillan a todos, pero que a la hora de los resultados no han vendido ni un alfiler, y campañas que se califican de ¨malas¨ por un público que no es su destinatario, pero que ¨venden¨ cómo locas entre el público a quienes van dirigidas. Los publicistas lo sabemos muy bien.

La segunda definición es que ¨el aire se compone de oxígeno, nitrógeno, hidrógeno… y algo de publicidad¨, claro que eso era antes, ahora habría que cambiarle la última parte por ¨ mucha o demasiada publicidad¨. Verdad total, no hay un solo momento del día o de la noche que deje de emitirse anuncios.

El símil de la Publicidad es del desparecido profesional español, Francisco Izquierdo, quien decía que la Publicidad se parecía mucho a la prostitución, se caía en ella sin querer, una vez que se estaba dentro no se podía salir, y que si se ejercía con profesionalidad podía dar placer y hasta un poco de dinero.

Se caía en ella sin querer porque en aquellos tiempos no se estudiaba en institutos ni universidades, a un músico que pasaba estrecheces le encargaban el jingle o el canto de un anuncio, a un escritor o cuentista, los textos, alguien que era muy simpático y conocía mucha gente del medio le hacían ejecutivo o relaciones pública.

Una vez dentro es muy difícil salir, he conocido a muchos publicistas que por una u otra razón abandonaron la profesión, pero la gran mayoría más temprano que tarde vuelve al redil, y es que la Publicidad engancha como una maravillosa droga..

Si se ejerce con profesionalidad puede dar placer, eso es cierto, ver una campaña exitosa que uno o su agencia ha creado da mucho gusto, aunque también se aplica lo de ¨un gustazo cien trancazos¨ muchos no saben lo tras bastidores se padece hasta llegar al final de esos trabajos.

Lo del dinero, bueno, algunos acaban los bolsillos muy llenos, pero la mayoría llegamos a fin de mes con ciertas comodidades. Y gracias. Que nadie se equivoque con esto.