Recientemente la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (OPRET) emitió un documento titulado “Manual del Usuario del Metro y el Teleférico” en donde establece 47 disposiciones que buscan regular el buen comportamiento y las normas de convivencia en dichos transportes.
De todas las medidas hay una que ha encontrado reacción y es la prohibición de la predicar. Como era de esperarse un sector del protestantismo manifestó su oposición, específicamente quienes recurren a esta práctica pues también hay que ser justos y decir que no todos los protestantes evangélicos hacen esto.
Se ha dicho que se está prohibiendo la palabra de Dios y que es persecución contra los cristianos, otros han dicho que el gobierno la ha emprendido contra los cristianos y hasta un pastor que es candidato presidencial ha dicho que llevará a las altas cortes esta medida ya que violenta derechos consignados en la Constitución como la libertad de cultos y de expresión.
Al respecto haré algunas consideraciones. En primer lugar, no se ha prohibido la religión ni la palabra de Dios, lo que se está procurando es regular que, en un espacio cerrado y pequeño por demás, existan personas que vayan vociferando sin importar quienes sean, cuestión que había sido criticado por los usuarios.
También se prohíben personas borrachas y drogadas, el consumo de alimentos y bebidas, usar radios grabadoras y otros instrumentos cuyos audios alteren la tranquilidad del viajante. Solo se permiten audífonos a un volumen tal que permita al usuario escuchar las informaciones emitidas por los altavoces de trenes, cabinas y estaciones. También quedan prohibidas personas con falta de aseo.
A veces viajan personas ciegas que por su situación deben estar atentos a los altavoces que van indicando las paradas y que el ruido en ocasiones no les permite escuchar.
Nunca he visto un judío, un musulmán, un budista ni ninguna otra religión que suban a un sistema de transporte a vociferar, si alguien lo ha visto que me corrija.
¿Se está prohibiendo la palabra de Dios? Para nada, se está haciendo valer un derecho de todos. Para los que dicen que se persiguen los cristianos les pregunto ¿acaso no saben lo que es una persecución por cuestión de creencias?
En medio oriente sí se está persiguiendo cristianos ¿pero aquí a cuántos han metido presos, a cuántos han matado? ¡Eso es persecución! El que a usted le digan que donde termina su derecho empiezan los del otro eso no tiene nada de persecución.
Si algunos de los que andan buscando votos en las próximas elecciones o de los que persiguen likes o viws en las redes quieren ir hacia las altas cortes, significa que todos los demás agraviados también pueden ir, por ejemplo, los políticos que no pueden hacer proselitismo, los que quieren escuchar música alta porque también es su derecho, los que anden si asear porque es discriminación, ¡vayan todos y sigamos como en una selva!
Pero les doy una sugerencia a quienes quieren predicar. Cuando usted sube al Metro a su lado hay personas, pregunte a quien le queda cerca si quiere que usted le hable de la palabra de Dios y si acepta converse en un tono moderado con esa persona y verá que no se les ha prohibido, solo se busca regulación ¿eso es tan difícil de entender?