Adelanto que este es un artículo fuerte y doloroso, como de dolorosa es la violencia que viven las mujeres, como de dolorosas son sus historias y su tránsito por ésta, hasta que logran salir y recuperarse o morir en el camino.

El pasado 29 de octubre la periodista Margarita Cordero publicó un excelente artículo que tituló "Ellas se llamaban" el propósito era visibilizar, frente al silencio y la indiferencia nacional, los nombres de las mujeres asesinadas, sus edades, hijos e hijas, así como la forma del feminicidio. 

El Centro de Atención a Sobrevivientes de violencia tiene 10 años ofreciendo servicios a mujeres que denuncian violencia machista en el Distrito Nacional. Durante estos años hemos acumulado  documentación que nos hemos ocupado de registrar, para observar por diferentes vías, cómo  se manifiesta el fenómeno de la violencia en las mujeres que atendemos. Uno de los registros que hemos realizado es la manera en que los agresores llaman a sus víctimas, identificados en los relatos de sus historias que hacen como parte del tratamiento psicológico. Es así que desde el año 2008 les solicité a las terapeutas que, sin preguntar directamente a la mujer, registraran los nombres que los agresores les decían a las mujeres con el propósito de herirlas, dañarlas, abusarlas psicológicamente. 

Con frecuencia las personas que no conocen del tema muestran incredulidad frente a las situaciones que viven las mujeres en las relaciones de violencia, las profesionales que acompañamos a las mujeres en su caminar por ella, entramos a un mundo de historias macabras, perversas y casi de horror que no es digno de ningún ser humano, pero para las mujeres existe y  es real, comparable solo a la tortura. 

Hay algunos calificativos que en esta cultura machista y en la literatura del tema son frecuentes como violencia psicológica y que también forman parte de nuestro registro como son "Loca"; "Perra" o "Perra llorona" en otra versión. "Puta"; "Cuero"; hay uno más completo "Cuero barato" o "Pedazo de cuero" más denigrante aún. 

Una mujer que hacía intentos por embarazarse y no lo lograba, su agresor le decía, "Mula seca" cada vez que se refería a ella.

Otra mujer que en intimidad afectiva con su pareja le había contado que fue vilmente violada por su padre biológico, su agresor en los momentos de ira le gritaba "Rapa tu padre" haciendo alusión a la confidencia de su historia dolorosa.

La violencia sexual es amplia y diversa en las vivencias de las mujeres, una chica joven era obligada a ser fotografiada desnuda por su agresor y junto a la amenaza de muerte le decía  "quita esa cara de cuero  arrepentido que me vas a dañar la foto".

Cuando la mujer evita la intimidad sexual con su agresor los sobrenombres son múltiples: "Lesbiana"; "Cuernera"; "Gallina desplumada",  entre otros.

Cuando el hombre busca descalificar a la mujer en el plano sexual, como parte de la manipulación y el control, hace alusión al cuerpo en sus órganos genitales, humillando con epítetos como estos: "Bagazo"; "Rapa malo"; "Vaca Muerta"; "Ancha"; "Nalga aguada";"Vejiga"; "Jarro".

Cuando las mujeres avanzan en su proceso de recuperación, comienzan a prepararse para la salida y el aspecto económico es importante. Una joven en este propósito consiguió un empleo y su agresor comenzó a controlarla y venderle culpa en el área de la maternidad que es sobrevalorada en la cultura machista, diciéndole "Mala madre" y "Prostituta laboral" acusándola de ser infiel con el empleador. Por supuesto que la lista no termina aquí, pero los demás son impublicables.

Cuando leí el artículo de Margarita Cordero lo asocie a este registro en la dolorosa reflexión de cómo las mujeres perdemos la identidad y hasta el nombre en las relaciones de violencia y finalmente en el reporte del asesinato que es la máxima expresión de violencia machista.

Las mujeres de nuestro registro lograron denunciar y ser acompañadas para  recuperarse y salvar sus vidas, pero todas las mujeres dominicanas somos violentadas por el solo hecho de ser mujer, de manera que habrá miles de registros de nombres con las que son maltratadas muchas mujeres de acuerdo a la creatividad perversa de sus agresores. A todas ellas decirles que eso se llama violencia y que al igual que las de estas historias lograron salir, ellas con ayuda idónea,  también pueden hacerlo.