Los apasionados por la locura de la Segunda Guerra Mundial no olvidan que comenzó con un fiasco militar mayúsculo. La invasión a Polonia activó el Trato de Defensa conjunta firmado por Francia y Gran Bretaña, llevando a que la Fuerza Expedicionaria de los ingleses pasasen a territorio francés para que conjuntamente, galos e ingleses desmantelaran el ataque teutón, luego de la rendición del Reino de Bélgica. La evacuación de Dunkerque se llevó a cabo desde mayo 26 a Junio 4 de 1940, hace 77 años.
Christopher Nolan, director cinematográfico, escribió un guión y lo dirigió hasta completar su primera película que resultó anti militar, sobre esa tragedia con el título de Dunkirk. Si desean conocer el genio de Nolan, refirámonos a su película Interestelar (2014). Con 1,500 extras, un barco y un viejo avión spitfire Nolan recreó la evacuación de 338,000 soldados franceses y británicos durante esos 9 días, para terminarla con el discurso del líder Primer Ministro de la época, Winston Churchill, animando a su pueblo a seguir sufriendo por la gloria de Gran Bretaña. Es una antipelícula porque en vez de torcer el final con un final feliz, es consecuente con la realidad: el sufrimiento de la guerra seguirá.
Dunkirk llegó a Santo Domingo y los que estamos acostumbrado al cine bélico de muchos cañonazos se encontrarán con una historia reducida a tres momentos: el sufrimiento de los soldados de tierra, soldados que estuvieron una semana confinados en la playa rodeados de un enemigo que no los arrasó con un ataque de tanques porque lo suspendió Hitler en contra de la opinión de sus generales y que hoy se evalúa como la causa lejana de la derrota de Alemania; otro momento, es la de la soledad de “las batallas de perros” que libraban los pilotos ingleses para evitar la masacre de los soldados cercados en las playas de Dunkerque; y, tercero, la agonía de la Royal Navy para producir una flotilla de navíos privados para cumplir el milagro de “rescatar” a por lo menos 30,000 de esos soldados, como ordenara Winston Churchill.
Para ver una reseña del film, ver el enlace siguiente: http://www.imdb.com/imdbpicks/10-things-dunkirk-trivia/ls068914839/mediaviewer/rm2362258688; por otra parte ver el artículo de Jesús Mota sobre la evaluación histórica, en El País, de Madrid, España, completo en el siguiente enlace: https://elpais.com/elpais/2017/07/27/opinion/1501174623_701051.html.
Mi interés es reflexionar por la guerra mundial que se desarrolla ante nuestros ojos: ¿Qué podemos visualizar del final del episodio actual? No podremos verlo en el mismo episodio. Como con Dunkerque, una decisión de ese momento decidió el resultado de cinco años después. Y lo digo no solo para la guerra sino también para la paz: los movimientos sociales, representados en República Dominicana por el Movimiento Verde, son el resultado de un paso en falso en la historia dominicana pues tuvimos la coyuntura de acorralar y ejemplificar el servicio público con principios éticos y con una visión estratégica hacia establecer el bienestar colectivo como el compromiso del funcionariado del Estado.
Me refiero a cuando enjuiciamos hace décadas a un Presidente y a su Ministro de las Fuerzas Armadas por cohecho, pero la reacción de la clase política, sin excepción, fue aumentar el monto de la “mordida”: la proporción de toda coima pasó de un 10% hasta el modesto 100% para el funcionariado (Fácil de calcular: si tienes una deuda del Estado y negocias su pago por una cantidad fija, pero te advierten que la “mordida” será la multiplicación del monto a cobrar que puede llegar a ser varias veces el “valor” negociado como pago).
En el ínterin, ¿qué ha pasado?, ¡La Iglesia ha caído en manos de los infieles! Por ello no podemos esperar a que la batalla por la institucionalidad dominicana, concentrada en la demanda del Fin de la Impunidad, nos ofrezca esperanza por la falta de independencia del sistema judicial dominicano y poder ver a todos los culpables presos. El análisis comparativo de los procesos judiciales internacionales del “megaculpable” de Oderbrecht nos lleva a reconocer que el proceso más débil y sesgado es el que se realiza en República Dominicana.
En consecuencia, si se pierde en esta batalla, estaríamos frente a nuestro Dunkerque, esperando que alguien realice una “burrada” como la de Hitler, para que el próximo episodio nos dé la Victoria, como se muestra en otro film épico famoso: A bridge too far (Un puente demasiado lejos…) (1977) basada en la obra de Cornelius Ryan, y dirigido por Richard Attenborough que trata de la carrera por llegar a Berlín y al triunfo. Pero ese camino nos llevaría a divariar y pensar en cómo interpretar hechos diversos en un mar de incertidumbres…