Varios han sido los intentos de realizar actividades  artístico-culturales, deportivas y recreativas, en la urbanización de  Costa Verde. ¿Por qué este Plan de cursos de danza, música, teatro y artes plásticas para nuestros niños y adolescentes, no pudo realizarse? En gran medida por la ausencia de un presupuesto de la Junta de Vecinos para actividades.

En aras de la autogestión comunitaria, ideamos unos cursos que tenían como propósito recaudar fondos para que el Comité de Cultura, Deporte y Recreación pudiera hacer actividades libres de costo, pero no tuvo acogida.  Reconocemos que no hubo casi divulgación, porque excepto los volantes que donó Juan, de la imprenta de su propiedad, no pudimos hacer otras acciones divulgativas por falta de presupuesto para ello.

Esta es una problemática de doble dimensión, por un lado debe haber autogestión comunitaria, aunque en eso debemos considerar que a muchas familias los ingresos no cubren necesidades básicas, y otras que sí pudieran, prefieren gastarse $4,000.00 en una cena en un restaurante, pero no invierten $1,000.00 pesos en 8 horas al mes, de clases de artes para sus hijos. No definen, adecuadamente, sus prioridades.

La otra arista del asunto es que como ciudadanos dominicanos, tenemos el derecho de acceso a la cultura. Y es al Estado dominicano, a través, de los Ayuntamientos, al que le corresponde la responsabilidad de apoyar y estimular la gestión comunitaria de las Junta de Vecinos. Pues tiene el máximo compromiso de fomentar “(…) el pleno acceso y disfrute de los bienes y servicios culturales, de los avances científicos y de la producción artística y literaria”. De garantizar la participación de todos  los ciudadanos en la cultura, como uno de derechos  que nos asisten, aprobado en la Constitución de la República, Sección III, Artículo 64  DERECHOS CULTURALES, donde deja bien establecido que el Estado: “Establecerá políticas que promuevan y estimulen, en los ámbitos nacionales e internacionales, las diversas manifestaciones y expresiones científicas, artísticas y populares de la cultura dominicana e incentivará y apoyará los esfuerzos de personas, instituciones y comunidades que desarrollen o financien planes y actividades culturales”.

Pero, también, nuestro Gobierno debe reorientar las prioridades, pues la inversión en el Capital Social es estratégica. Y no es que no se remodelen parques,  pero frente a otras primacías de alta sensibilidad social, destinar cifras millonarias a obras no determinantes para los destinos del país mientras, contradictoriamente, proliferan males sociales, indican trastoque de prioridades sociales y de líneas de desarrollo. Males sociales que por cierto,  tienen su mayor control no en las fuerzas castrenses, no en la militarización de las calles sino en ejércitos de entrenadores deportivos y de instructores de artes, en nuestras comunidades.

La Junta de Vecinos está llamada a ser una institución básica del sistema social. La Junta de Vecinos es la institución central, clave, nuclear y estratégica en el desarrollo sociocultural comunitario. La Junta de Vecinos es la unidad de muchas familias, es donde convergen las tres dimensiones de la estructura de toda sociedad: la cultural, la social y la personalidad o individual. En las Juntas de Vecinos se interrelacionan la esfera asociativa y la esfera político-gubernamental. El enfoque endógeno del desarrollo considera que es a nivel micro-social donde mejor se pueden aprovechar las potencialidades creativas del  pueblo, y desde donde más directamente se pueden controlar  los males sociales que afectan el orden social. El Presidente de una Junta de Vecinos está llamado a ser la representación del Presidente de la Nación, a escala comunitaria.

No puede dejarse a la sensibilidad y visión de cada alcalde o alcaldesa. Debiera definirse una política y planes estratégicos del desarrollo de cada municipio, avalada por un estudio científico sociocultural y socioeconómico para elaborar planes de acción estratégicos y tácticos. Deben fortalecerse de las Juntas de Vecinos y que cada una tenga una programación mensual de actividades culturales, deportivas, de educación para la salud, por el equilibrio de género y la convivencia familiar armónica, de protección del medioambiente. Debiera diseñarse un Plan de Capacitación para alcaldes y alcaldesas, y funcionarios municipales sobre temas neurálgicos del Desarrollo Comunitario, en su multidimensionalidad.

Si se comprendieran el valor instrumental de las Juntas de Vecinos en la gestión comunitaria y la otra  sería la realidad social de nuestro país hoy día. Por eso leí con satisfacción que  Juan de los Santos, Presidente de la Federación Dominicana de Municipios (FEDOMU) haya intercedido ante el Presidente Medina, por un mayor presupuesto para alcaldías y distritos municipales, y más alentadora fue la receptividad del Presidente, quien gobierna desde una concepción de desarrollo sostenible y endógeno, consciente de que es a escala comunitaria, a nivel de base, donde está la clave de la transformación socioeconómica y sociocultural, del desarrollo del país.