Dios es justo, bueno, verdadero y santo.
Sin embargo, Satanás ha tenido éxito entre sus criaturas proyectándolo y presentándolo como un ser mentiroso, falso, perverso y no digno de confianza.
Esto empezó cuando Lucifer logró la rebelión de una tercera parte de los ángeles creados, quienes fueron maldecidos por Dios y arrojados a los abismos.
En la tierra llevó a Adán y a Eva a no permanecer fiel a la orden divina de no tocar ni comer del árbol del mal.
-No moriréis-dijo la Serpiente-; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal (Génesis 3:4-5).
El Diablo ha demostrado ser un experto en esto que se conoce como falacia.
La falacia, del latín fallacĭa, es una mentira o engaño cuyo único objetivo es dañar la reputación y trayectoria de una persona.
Dentro del campo de la lógica, es un sofismo o una refutación aparente que se utiliza para defender algo falso o hacer ver algo verdadero como falso, exponiendo premisas falsas como verdaderas.
Se trata de un razonamiento que aparenta ser lógico, pero cuyo resultado es independiente de la veracidad de las premisas.
La falacia lógica, por lo tanto, supone una aplicación incorrecta de un principio lógico válido. También puede estar formada por la aplicación de un principio inexistente.
Jesús, en el evangelio de Juan, advirtió fuertemente contra este espíritu de mentira.
“Vosotros sois de vuestro padre el Diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira” (8:44).