El recién pasado domingo 21, próximo al “Día de los Padres”, pautado para   celebrar el último domingo del mes julio,  festejamos el “Día del Amigo”, sin relación alguna con “San Valentín”, Día del Amor y la Amistad.

De Liliana, mi amiga y compañera de estudios por varios años, recibo  una tarjeta virtual con unas flores preciosas – que lucían recién cortadas y con poco esfuerzo hasta podía oler-, además de su sabio mensaje que gratamente conmovió mis sentimientos y que exponen una verdad tan grande como la no remozada Catedral Primada de América.

Vuelvo a leer: “¿Cuántas flores llegan al funeral de una persona y cuántas flores disfrutó la persona mientras estuvo con vida?” A lo que añadiría: Y los deudos, ¿cuánto disfrutan estas flores?   Continúo releyendo, y como broche de oro: “Yo preferiría tener una rosa y una palabra de aliento de una amiga mientras estoy aquí, que una camioneta  completa  con flores cuando me vaya”. ¡Cuánta sabiduría!

Y al igual que muchos de nuestros padres, que en su momento fueron nuestros mejores amigos, entrelazando las dos fechas, recordar a los padres ausentes.

El próximo domingo, muchos hijos disfrutarán festejando el Día de los Padres. Otros, en cambio, debido a que algunos de ellos físicamente no están entre nosotros,  ante la abrumadora verdad de haber subsistido en “La Era” como huérfanos de padres desaparecidos, por el Día del Amigo, a sus recuerdos, les enviamos las flores de Liliana.

Mi padre me introdujo y guió  en los campos literario y musical;  disfrutar del mundo animal y de la naturaleza;  cultivar la amistad y valorar a los buenos amigos.  Mi papá era amigo de mis amigos y en tal razón, mi muy buen amigo.

Dedicado a los padres, por el Día del Amigo y por Su Día, a los presentes y sobre todo, ¡a los que ya no están!, concluyo la lectura del mensaje de mi amiga: “¡Gracias amigo por ser parte de mi vida!, sin importar si eres por una razón, por una época,  o por la vida entera”.

Papi, fuiste mi amigo y continuarás siéndolo durante los años que el  Señor me permita continuar en este plano terrenal.  Recibe estas flores iguales a las que me envió mi querida amiga Liliana.