Los humanos estamos tan condicionados debido a la experiencia  del siglo XX, el más violento de la historia de la humanidad: durante este pasado siglo se produjeron tantas víctimas de guerra como en toda la historia precedente. Dos posibilidades: las guerras eran restringidas en el espacio, masivas y de poca movilidad; mientras que en el siglo XIX se comenzó a introducir la tecnología de manera acelerada y a escala creciente las armas de destrucción masiva. El resultado, el desbalance en el equilibrio del medio ambiente por lo que estamos inmersos en un «ecocidio», aparte de los «genocidios» habituales.

Este desbalance también es biológico y ha producido el surgimiento de virus letales como para erradicar las armas biológicas en el marco de las Naciones Unidas. Recordemos los experimentos militares con bombas para esparcir «patógenos» (principalmente: tuberculosis, sarampión y cólera, en un pasado no tan lejano). Se ha lanzado la hipótesis conspiracionista de que China o Estados Unidos desarrollaron el Covid-19 para hacer desaparecer al contrincante geopolítico. Ambas son «fake news» sin más trámite de comprobación.

Sin embargo, debemos de convenir, que parece que hemos llegado a la Tercera Guerra Mundial y es… contra un patógeno que nos amenaza a todos. En esta guerra tenemos un ejecito fragmentado por cada “frente” nacional con sus comandos dispersos y escasamente coordinados por la Organización Mundial de la Salud y, para las Américas, su brazo subregional, la Organización Panamericana de la Salud.

Una fuente poco usual de buscar información es recurrir a los canales de documentales especializados, en este caso, en geopolítica y relaciones internacionales como es VisualPolitik en la plataforma de YOUTUBE, que ofrece documentales sobre situaciones globales con ciertos análisis de fondo muy interesantes. Uno de estos casos es el titulado: “Como enfrentarse al coronavirus”, disponible en la siguiente dirección electrónica: https://www.youtube.com/watch?v=4ESWLnxyZUo

El documental parte de la premisa de tres cursos de acción probables para combatir en cada país afectado:

1° Aplicar el principio de autoridad: el Estado dicta medidas drásticas de aplicar el confinamiento de los ciudadanos en sus casas, prohibiendo las actividades masivas y aplicar sanciones drásticas a los insubordinados, hasta llegar a la ralentización de la economía, perdiéndose en tres meses un 2-4% de PIB. Es el modelo chino de gerencia de la crisis.

2° Aplicar la expectativa: Minimizar el daño e hipotetizar que como la letalidad del virus es menor a las epidemias  SARS o del H1N1, ambos coronavirus previos, por lo que solo nos queda esperar… Los resultados son una propagación vertiginosa con cero preparaciones y ninguna disciplina social. Los ejemplos caen de la mata: España, Italia, Irán, Estados Unidos… ¿Deberíamos incluir a Dominicana?

3° Prepararse para enfrentar al virus: El ejemplo es Corea del Sur. Iniciar la desinfección del transporte público todas las noches, establecer los controles para monitorear a la población al establecer chequeos de síntomas en locales “drive thru” para monitorear los signos vitales y aplicar las pruebas (por ello es el país que más pruebas por millón de habitantes ha hecho) y si la prueba resultaba positivo, te llamaban a las pocas horas para que te presentaras a un Hospital y entrar en tratamiento. El gobierno dijo la verdad pura y simple e, inmediatamente, la población se recogió hasta reducir la actividad citadina a un 25%, sin amenazas ni coacción. El gobierno llegó a desarrollar un app (o por lo menos, obligó a instalarlo en los celulares de los que llegaban por el aeropuerto para que si daba alguna anomalía, recurriera a un centro sanitario).

¿Cuál es la racionalidad económica para tomar estas medidas? Una explicación plausible la encontré en el artículo de Manuel Ansede “Objetivo número uno: aplanar la curva del coronavirus” en El País, de Madrid, disponible en el siguiente enlace:

https://elpais.com/ciencia/2020-03-11/objetivo-numero-uno-aplanar-la-curva-del-coronavirus.html?ssm=FB_CC&fbclid=IwAR0I5pKzGX62jINivy8_MUPMy_69W-Q6e19W4IFgBJS6XK6U9_WPm01Y9gQ

                                                                                              Gráfico de la expansión de la pandemia del Covid-19

Tomo de Ansede la explicación del gráfico: «“No podemos impedir que el virus circule”, reconoció el lunes, en pleno directo en la televisión, el ministro de Sanidad francés, Olivier Véran. “Pero podemos evitar que demasiadas personas se infecten a la vez”, matizó. “Una imagen vale más que mil palabras”, prosiguió el ministro tras coger un bolígrafo y ponerse a dibujar en un papel. De su mano salió la gráfica que resume de un solo vistazo la estrategia mundial contra el nuevo coronavirus: intentar aplanar la curva epidémica.

«El propio ministro francés lo explicó en antena. Pintó una montaña de elevada pendiente para representar un número muy alto de infectados en poco tiempo. A continuación, trazó una línea horizontal para marcar la capacidad de los hospitales. El pico de la epidemia rompía ese techo y auguraba el colapso del sistema sanitario. “Esto es lo que ha pasado en algunos lugares de Italia”, advertía Véran. A continuación, dibujó otra montaña más bajita, pero con una base más extensa. Ese es el objetivo, dijo: “Estar siempre por debajo del umbral de saturación, de manera que la epidemia sea menos violenta e intensa”.»

Según el gráfico, la curva roja de pico alto corresponde a un país que no ha hecho nada y que sobrepasa la línea horizontal quebrada que marca la capacidad del sistema hospitalario; mientras, la curva azul “más chata” es la que corresponde a una acción rápida y efectiva que logra controlar la expansión hasta el tope de la capacidad hospitalaria del país; mientras que la curva morada es aquella de los que han controlado la  pandemia pero se han descuidado en los controles post-crisis, haciendo generar otro pico en el próximo otoño. No hay forma de enfrentar los batallones del virus Covid-19.

Agrega Asende: El ministro había visto esa gráfica días antes en la revista médica The Lancet, en un análisis encabezado por el epidemiólogo británico Roy Anderson. Hay que tomar decisiones drásticas, aunque enfrentemos costos por “lucro cesante” o por “gastos directos e indirectos” por librar esta batalla. La segunda es no dormirse y preparar la economía para una inyección de “adrenalina económica” que podríamos reconocer como un Plan Marshall de estos tiempos… Marcando la solidaridad humana es más poderosa que el egoísmo. Es una prueba a nuestra condición humana.

***

Una gran noticia ha sido que empresas privadas tanto de Estados Unidos financiado por los Institutos Nacionales de Salud, y, por su lado, un laboratorio privado con el patrocinio de institutos estatales de China, como la Academia Militar de Ciencias Médicas, han preparado proyectos de vacunas listas para ser probadas clínicamente, que va a realizarse inmediatamente para tratar que en un año estén listas para el próximo invierno. La noticia puede verse en la enlace de El País siguiente: https://elpais.com/ciencia/2020-03-18/china-y-ee-uu-comienzan-los-ensayos-clinicos-de-las-vacunas-contra-el-coronavirus.html?autoplay=1

***

Hablando de que el antivirus por excelencia es la solidaridad humana, me llega una historia de una persona de los grupos más vulnerables: los trasplantados, porque vivimos con el sistema inmunológico deprimido para evitar un rechazo del riñón  trasplantado. Por lo tanto, las previsiones para evitar un contagio nos altamente exigidas y por ello salimos con toda la protección necesaria.

Una anécdota de dos compañeras trasplantadas, contadas en un chat para los que tenemos esta condición; una que salió en días recientes, desde Higuey hacia el Hospital General Plaza de la Salud, en Santo Domingo, muy protegida con su mascarilla, y, al llegar a la parada de buses de Higuey, le gritaban “ta’ cogía”,  en plena Avenida Duarte de la Primada de América.

A la segunda trasplantada, estando en una plaza comercial, una señora se le abalanzó jalonándola del pelo mientras la acusaba de “infectada” por lo que no podía salir a la calle, alegando que ella sabía mucho de medicina; lo que pongo en duda por la ignorancia que demostró.

Esa señora en vez de ofenderse debería ser comprensiva que es por ella, pues protegiéndonos evitamos la propagación del virus. Si ella hiciera su parte, se encontraría siendo parte de la solución y no del problema. La campaña de educación sanitaria debe ser intensa y permanente, para eliminar la histeria mediante el conocimiento y la compasión, que en la tradición cristiana llamamos, la caridad.

***

El Presidente Medina habló la noche del martes 17 sobre el Covid-19 y las medidas de carácter inmediato, pero con una flexibilidad para las iniciativas privadas, ya que el ejemplo gubernamental nos ofrece una alternativa con ese carácter. Piensen, si consideran el costo que sufriremos por la caída del turismo, que si no lo erradicamos, seríamos unos “parias” que marcaría negativamente nuestra marca-país.

En el nivel político, debo reconocer que haber consensuado con la oposición la prohibición de las concentraciones y, por ende, bajar la presión política, de los últimos días; es una señal de que no somos tan “salvajes” como aparentábamos con nuestras trifulcas. ¡Una señal de esperanza!