Puedes compartir en todos los sitios imaginables con los amigos. Podrá quedar alguna historia, alguien que pasaba, algo reventando. Cuando vas a un cine con amigos queda algo más que la película: está la ciudad, el recorrido, los rostros que salen y que entran de alguna manera alterados porque siempre pasa algo antes y después de la pantalla. Están los anuncios, palabras que adivinas, promesas de emociones mayores con los trailers. Y si la ciudad en esos ámbitos es también relativamente nueva para ti, entonces el encanto es mayor.

Los cines son como la misma casa que siempre te espera. Las amistades que más han perdurado en mi vida son aquellas que han pasado por el filtro de los cines, las cocalecas, las coca-colas pura agua pero que en el recuerdo son algo así como los salvavidas que siempre te salvan del naufragio.

Nelson Ricart-Guerrero

Hablar de cines también es como ubicarse en el mismo asiento que todos compartimos. Y si el cine es de Santo Domingo, entonces todos seremos primos. Y si se trata de un Cine como el Independencia, sobrarán maletas de palabras. Sólo basta decir que se estuvo ahí –o en el Colonial, o en el Estela o en el Atenas o el Max o El Diana-, para que la magia de haber comido del mismo bizcocho te haga sentir como en la familia más querida.

Al poeta y artista visual Nelson Ricart-Guerrero le he pedido que me haga una lista de sus diez películas. Sí: algo así como que no sólo es el bizcocho que nos devuelve a ese estado de estar celebrando siempre cumpleaños, sino la pantalla que nos amparó, algo que ya no estaba de frente sino reforzándonos en ese ser  soldaditos de plomo que muchas veces somos.

Hace dos años le pedí a una serie de amigos la misma lista: Jaime Guerra, Junot Díaz, Tanya Valette, Laura Guzmán e Israel Cárdenas, Jimmy Hungría, Maurice Sánchez, Alex Guerrero, David Puig, Francis Mateo, Rita Indiana Hernández (http://acento.com.do/2014/cultura/1172020-miguel-d-mena-mis-diez-peliculas-preferidas/)

Ahora que recibo el correo de Nelson, su lista es tan valiosa como las palabras que introducen. Son palabras que te devuelven a una memoria muy afectiva. Están los laberintos de las mejores tardes de tu vida. Nelson me cuenta:

“Me ha costado trabajo el ejercicio. He tenido que ser razonable y elegir 10 eliminando algunas como la novicia rebelde y el último tango (el de Sarita Montiel) y otras tantas que figuraron en mi primera lista, entre las cuales películas de Losey, Godard, Almodovar… Mi relación con el Cine remonta a mi infancia. Mi abuelo Lolón me llevaba al cine acompañado por mi prima Angélica y mi hermano Ricardo tres veces por semana y a veces más. Una de las veces nos tocaba el Cine Independencia pues él consideraba esencial que viésemos películas en español. Desde que alguna película europea pasaba en algún cine, nos llevaba sin tener mucho en cuenta si tuviésemos la edad para verlas. Así recuerdo la sensación de extrañesa que me produjo "The Servant" de Losey y el comentario de mi tía al salir del cine Rialto (¿?): "…muy fuerte para la edad de uds" y de la respuesta de abuelo: "Cosas de la vida".”

Aquí van las diez películas de mi gran amigo Nelson –con saludos bien cariñosos para Christian, su media manzana, inspiración total, siempre con las pilas encendidas:

1/ Acorazado Potemkine, de Sergei M. Eisenstein (1925)

2/ La Silla, de Franklin Domínguez (1963)

3/ La cigarra no es un bicho, de Daniel Tinayre (1963)

4/ Teorema, de Pier Paolo Pasolini (1968)

5/ Nashville, de Robert Altman (1975)

6/ El ángel exterminador, Luis Buñuel (1962)

7/ Les enfants du paradis, Marcel Carmé (1943)

8/ Fanny y Alexandre, Ingmar Bergman (1982)

9/ Le mépris, Jean Luc Godard (1963)

10/ Mala Mala, Antonio Santini y Dan Sickles (2014)