Ignorante como era de que Isis Duarte estaba aquejada de una grave enfermedad, cuando recibí un mensaje de Aidita Wiscovitch, informándome de su muerte, a la sorpresa de la noticia se unió el dolor por dicha pérdida.

Quizás cuando se está lejos de su tierra natal se tiene, no diré una mayor sensibilidad, porque eso es difícil de medir, para las penas y alegrías que vienen desde allá y que afectan a amigos y familiares, así como a la gente anónima para uno pero que forman parte de la sociedad dominicana, pero si hay una sensación de mayor impacto anímico. Como si con ello se buscara compensar la distancia con una sensibilidad más a flor de piel.

Para mi Isis Duarte era una persona intelectualmente cercana aunque nunca tuve con ella una gran intimidad, entre otras cosas, por la distancia espacial que he tenido desde hace décadas con Santo Domingo. Pero si nunca hubo ese trato constante, las veces que estuvimos juntos, siempre recibí de ella muestras de afecto, de amistad y de cordialidad.

Afecto, amistad, cordialidad, y además, admiración profesional, es lo que yo he sentido siempre por ella. Desde los lejanos tiempos en que ella era ya estudiante de sociología y que vivíamos en el mismo barrio y además en calles paralelas pero cercanas, y que pasaba a menudo frente a la casa donde vivía entonces (frente a la sede de lo que es hoy FLACSO), y muchas veces la veía en la terraza leyendo.

Posteriormente, después de la revolución constitucionalista partí hacia España – como casi un millar de dominicanos-, a seguir o iniciar estudios universitarios. Desde allí pude seguir a Isis Duarte en su trabajo intelectual. Sus críticas aceradas y certeras de las políticas balagueristas, sus análisis y datos sobre la represión de esos años, están entre lo más interesante sobre ese período.

No creo necesario –ni es la intención de estas notas-, hacer un repaso, que por mi parte sería incompleto, sobre los trabajos publicados de Isis, pero creo que no hay ningún sociólogo, politólogo o científico social que quiera estudiar la sociedad dominicana que pueda prescindir de  utilizarlos como referentes, como guías, como  elemento obligado de estudio o de fuente.

Para mí, y creo que nadie en su sano juicio, pueda desmentirme, Isis Duarte es una de las grandes profesionales de las ciencias sociales dominicanas de todos los tiempos, combinando en sus investigaciones un dominio metodológico escrupuloso con un conocimiento cabal de las teorías sobre el tema que tratara. Y el campo de sus investigaciones ha sido, ciertamente, muy amplio, desde lo político hasta la sociología del trabajo, y de las clases sociales.

Isis Duarte tiene un reconocimiento generalizado de su excelencia profesional, entre todos los científicos sociales porque, aunque entre los sociólogos y politólogos puede haber diferencias y "piques", sea por orientaciones teóricas o por opciones metodológicas y epistemológicas, creo que los mismos nunca llegan al nivel de los que existen en otras "tribus".

Por ejemplo, la de los literatos, donde los egos hipostasiados y la búsqueda de reconocimiento social, es siete veces siete mayor que entre los modestos practicantes de estas "ciencias blandas" que son las ciencias sociales.

Y dónde, el primer  principio que se aprende, es que todo lo que se produce tiene un carácter caduco y que será siempre superado por otras investigaciones  y que eso no sólo es bueno sino que es necesario para el avance del conocimiento. Eso debería conducir a la modestia, es más, lo exige. Y al reconocimiento del trabajo de los otros, los que están y los que vendrán.

Isis Duarte nos ha dejado, a sus familiares, a los que tuvieron el privilegio de ser sus amigos intimos, su pérdida será sin duda irreparable, pero quisiera hacerles llegar el mensaje de que Isis nunca nos abandonará a los cultivadores de las ciencias sociales, porque ella ha sido y será siempre una de nuestras grandes profesionales.

También una referencia y un icono para los que quieren tratar de conocer la realidad social y  para los que no se resignan a hacer de contables de la misma, sino que además quieren participar de manera racional y efectiva en transformarla para mejor.

Isis Duarte, gracias por tu trabajo, por tus motivaciones sociales y políticas, por tu compromiso de género y por tu acción social en pro de una República Dominicana más digna y mejor. Siempre seremos tus deudores.