Las religiones orientales tienen como principio la ley de causa y efecto o Ley del Karma. y se rigen por ella. “Lo que ponemos en el Universo es lo que vuelve a nosotros”… El Karma es el juez de nuestros actos que nos ayuda a reflexionar sobre nuestros sufrimientos y miserias.
En enero de 1951, una mujer negra de 31 años de origen campesino, agricultora de tabaco de Clover Virginia, entro en la clínica ginecológica por un sangrado vaginal profusamente anormal. Su diagnóstico fue cáncer de cuello del útero. La enfermedad de Henrietta Lacks siguió un curso agresivo y ominoso a pesar de haber sido sometida y tratada con las técnicas disponibles en aquellos años. Incluyendo: radioterapia local con radio intrauterino y radioterapia con rayos X. En solo nueve meses, en medio de grandes dolores, la paciente falleció. Habiendo seguido el tumor, un inexorable avance de agresividad metástasica, que invadió: pulmones, cavidad pélvica, hígado y peritoneo.
Richard W. TeLinde fue el médico que tomó una pequeña muestra del cuello de su útero para hacer la biopsia con la cual fue diagnosticada. Nunca le pidió permiso para utilizar sus células en un estudio experimental que estaba realizando. En aquellos tiempos, este requisito no era necesario.
Intentaba probar que todos los cánceres de cuello uterino tenían un mismo origen. En aquel entonces se clasificaban en dos tipos: Invasivos y no invasivos, se les daba un tratamiento y pronóstico diferentes. El científico de John Hopkins afirmaba que, ambos eran el mismo, en etapas distintas.
Diseñó un estudio para poder actuar precozmente sobre los cánceres cervicales y de paso disminuir las altas tasas de mortalidad asociadas.
Necesitaba cultivar las células de los cuellos uterinos, normales y las de los cánceres in situ y las de los invasivos. Así, podría reproducir en un laboratorio su evolución y demostrar que eran las mismas. Sin embargo, para eso necesitaba células aisladas que siguieran vivas.
Un colega, el Dr. George Otto Gey, jefe del departamento de investigación de cultivo celular de la universidad, por años había intentado conseguir una línea de células inmortales en el ambiente del laboratorio. Las células de Henrietta les fueron enviadas.
La mayoría de las células se dividen de 20 a 50 veces en cultivo antes de que detengan su división, envejezcan y mueran. Ocasionalmente, si se proveen de un espacio y alimentación constante, algunas se convierten en una línea celular, que se dividen indefinidamente. Los científicos a esto le llaman inmortalidad.
Con un cultivo ideado por él mismo, que consistía en bañar las células en un fluido de suero de placenta humana, plasma de fluido de pollo y extracto de embrión de ternera. Observó que las células no morían, si no que se reproducían y multiplicaban rápidamente.
El mismo día de la muerte de la descendiente de esclavos, el Dr. Gey anunciaba al mundo que se había abierto una nueva era en la investigación médica del cáncer. Una que podría dar con su cura.
En dos años las células HeLa, nombre que se les dio a las células por las dos primeras iniciales del nombre y el apellido de aquella desdichada mujer, fueron empacadas en cajas de cartón y hielo seco con las instrucciones adecuadas de alimentación, para ser utilizadas por científicos alrededor del mundo.
La importancia de las mismas fue evidenciada inmediatamente. Por su rápida capacidad de división, las células fueron tomadas como medio diagnostico barato del virus de polio, cuya última epidemia había azotado el mundo en 1951.Ademas, se evidenció que eran más susceptibles al virus, que las células de primates utilizadas para probar la vacuna.
Jonas Salk era un investigador en Universidad de Pittsburg y tenia años intentando encontrar una vacuna en contra del polio. Necesitaba gigantescas cantidades de células, por lo que se instaló en Tuskegee, una fábrica de células HeLa. La más grande del mundo. En poco tiempo se pudo probar la vacuna y lograr que en Abril de 1955 se contara con la primera vacuna efectiva en contra del Polio y de esta manera salvar de la muerte y la invalidez a millones de niños alrededor del planeta.
La producción de células HeLa ha sido uno de los mayores hitos científicos de la humanidad. Se calcula que hasta 2010 se han producido cincuenta toneladas de células HeLa. Estas medirían aproximadamente ciento cinco mil kilómetros. Suficientes para darle tres veces la vuelta al ecuador terrestre.
Además de la vacuna del polio Las HeLa han estado envueltas en:
1- La progresión de la investigación genética:
En 1953, un genetista de Texas estaba trabajando con células HeLa cuando una sustancia se derramó accidentalmente sobre ellas. Este potencial desastre resultó ser de gran beneficio como suelen ser este tipo de accidentes. El científico observó que las células se desenredaban con la sustancia, se pudieron visualizar mejor y de esta manera certificar que los humanos tenemos 46 cromosomas.
2- Vacuna de cáncer de cuello uterino:
En el 2008, al virólogo alemán Harald zur Hausen se le otorgo el Nobel de medicina porque descubrió dos cepas de VPH, trabajando con las células HeLa. Esto condujo a la formulación de Gardasil y Cervarix, dos vacunas contra el VPH que se encuentran en el mercado hoy día.
Es pertinente consignar que el Dr. Gey regaló su descubrimiento pródigamente y no se benefició económicamente del mismo, de hecho patentizó otros grandes inventos en el cultivo celular. Su culpa y la del Dr.TeLinde radica en que nunca pidieron permiso ni comunicaron a la paciente el uso de sus células.
Las multinacionales farmacéuticas se lucraron grandemente de las células HeLa y en el año 2013 la periodista Rebecca Skloot escribió un libro “La Vida Inmortal de Henrietta Lacks”, donde se descubre que la familia de Henrrieta, no supo de la existencia de las células hasta veinte años después. Nunca fueron remunerados por el uso de las mismas, a pesar de haber sufrido grandes calamidades económicas, como no haber tenido la posibilidad de asistir a estudios superiores y la mayoría de ellos no contar con un seguro médico ¡Una injusticia atroz!
Hay aún más derechos violados, en el año 2013 el código genético de Henrrieta Lacks fue secuenciado por el Laboratorio Europeo de Biología Molecular y publicaron su genoma sin el consentimiento de la familia.
Paradójicamente Virginia ha sido uno de los estados más racistas de EE.UU. y de hecho la ley de “Una gota de Sangre basta”, fue una expresión pseudo científica de racismo, adoptada en ese país después de la guerra civil, como parte de las "Leyes Jim Crow" senador nativo de este estado. Donde cualquier persona con un solo tatarabuelo negro, era considerado de esta raza a pesar de tener siete abuelos blancos. En 1967, la Corte Suprema de los Estados Unidos revocó la prohibición del matrimonio interracial y declaró inconstitucional la regla de "Una gota basta."
Particularmente vislumbro la historia de la humilde descendiente de esclavos, Henrietta Lacks, como una lección de justicia del Universo. Su “gota de sangre” bastó para que millones de seres humanos se salvaran del Polio, el Papiloma. Y que se descifrara el código genético de gente blanca, negra, amarilla y todos los matices de pieles que la humanidad se ha inventado para clasificarse y separarse. Empero las células “negras inmortales” HeLa, se encargaron de poner de manifiesto que todos los hombres somos iguales.