En esta era la democracia pasa por un proceso diferenciado de ciertas inclinaciones conservadoras, liberales o socialista siglo 21, superando los extremos ideológicos que se daban en décadas pretéritas.
Sigue habiendo ideologías, ellas no se extinguen, porque los hombres y mujeres prosiguen su afán por construir un mundo social más equitativo, pero no necesariamente tocados por la suerte de la ideología, dado a que no funciona como ayer con un verdadero programa de realizaciones y mentalidades en un sentido u otro de transformaciones sociales.
El mismo socialismo del siglo 21 lo quieren vender como progresista, y en el fondo por su proceder y métodos deriva en autoritarismo y en defecto peor en dictadura (caso Venezuela). Saca a la clase medía de sus derechos y participación democrática en sus proyectos gubernamentales, so pretexto de favorecer a los sectores populares para justificar una falsa ideología que vende para el aplauso y divulgación de la izquierda en la región.
Tan así son las cosas, que en la Región de América Latina un volcán político sacude el panorama con altos funcionarios perseguidos sin distinción de posiciones ideológicas. Más que autoridades, presidentes en un montón de países caen en las rejas acusados por los tribunales por corrupción y malversación de los fondos públicos en los más variados países, algunos con fuertes democracias y otros con débiles instituciones, en una cacería interminable que espera su termino del mandato cuando ya no tienen los amarres judiciales para escapar de la prisión.
En toda la Región, en forma variopinta, se cruzan informaciones que dan cuentas de presidentes sometidos a la vergüenza de caer presioneros o subjudices por componendas o cobros de comisiones a empresas generalmente internacionales
El sentido de la fábula ""La Sardina y el Tiburón", obra escrita por el guatemalteco Juan José Arévalo, parece no cumplirse tan rotundamente y personajes a nivel presidencial irrumpen en los medios de comunicación perseguidos o su imagen tras las rejas, como un bochorno a su alta investidura.
En toda la Región, en forma variopinta, se cruzan informaciones que dan cuentas de presidentes sometidos a la vergüenza de caer presioneros o subjudices por componendas o cobros de comisiones a empresas generalmente internacionales (ejemplo Odebrecht). Costa Rica fue uno de los primeros países que aplico el mandarriazo al presidente Miguel A. Rodríguez, Perú a Toledo y a Humala, le siguió Panamá a Ricardo Martinelli; luego Brasil a Lula y la presidente Rousseff; Nicaragua y Salvador a Alemán y Saca; y el caso ejemplo paradigmático por la profundidad de la corrupción lo ha sido Guatemala con tres Presidentes encarcelados, Alvaro Colom, Pérez Molina y Alfonso Portillo; Abdala Bucaram en Ecuador, Callejas en Honduras y Carlos Andrés Pérez en Venezuela; una ilustrada galería de presidentes acusados de corrupción en estos tiempos.
Pero no se escapa en la nueva orientación democrática Argentina con Cristina Fernández. En fin, es la patología del poder a la manera de un piorgan que corroe la simiente misma de las sociedades, que sacudida por la pobreza, la injusticia y ver robados sus recursos, se levanta rebelde con ayuda de los recursos digitales y hace justicia con los " cuellos blancos", fenómeno político que surge en la década del siglo 21 con mayor intensidad.
La democracia secuestrada por la corrupción clama por mayores controles, supervisión y transparencia de los procesos de licitación, compras, despolitización de la justicia e independencia de los poderes diseñados por Montesquiev en la Francia de la Ilustración; la aspiración de madurar en la equidad, los derechos humanos, la libertad, la participación popular, la incorporación de la juventud en los espacios sociales y el respeto a la condición de genero; la ampliación en la cobertura de salud con calidad para todos y procesos electorales limpios y transparentes con igualdad para los Partidos Políticos, desterrando el clientelismo.
Sin descartar, ponerle freno a la codicia empresarial que viola las políticas públicas y saca beneficios de las crisis cíclicas porque pasa la sociedad dominicana en determinadas circunstancias, cargando con los consumidores cuando de tributos se trata o por vía de la especulación de las mercancías y servicios. A tal punto, que las grandes crisis económicas de este Pais se originaron por el saqueo de los Banqueros o inversores financieros Banco Universal, Intercontinental y Banco Peravia. que sacudieron al Estado y la economía como jamás había sucedido, produciendo un crash que llevo a la quiebra muchos pequeños negocios por falta oportuna de sus ahorros.
La sociedad dominicana trastornada por la violencia, la corrupción, el narcotráfico, la inseguridad ciudadana, la justicia secuestrada en manos de un Partido, sin independencia; una exhorbitante deuda externa insoportable y una pérdida irreparable en discusiones estériles sobre la Ley de Partidos Políticos, nos retrata como una Nación sin rumbo, sin un plan real de desarrollo, que convierte los combustibles en la principal fuente de impuestos indirectos para resolver la carencia y deficits en el presupuesto nacional.
Sólo nos espera poner la "barba en remojo" como hubo de suceder en aquellas naciones de Europa hace alrededor de 8 años; aunque el propio Presidente dominicano y algunos de sus funcionarios podrían quedar atrapados en el mismo lodazal de aquellos ex-presidentes, una vez entregado el mando, porque ya hay antecedentes de sobra, y nadie escapa cuando advienen los cambios políticos y comienzan a ofrecerse las pruebas de corrupción en un nuevo espacio de mando, donde ahora no haya marrullería ni cortapisas. " Pongan su barba en remojo", que todos caben.