Las Elecciones Municipales de nuestro país, para la escogencia de los Alcaldes, Concejales, Directores de Distritos Municipales y Vocales, serán celebradas el 17 de febrero del próximo año, es decir, dentro de 10 meses.
Por primera vez estas serán celebradas tres meses antes de las elecciones donde serán escogidos el Presidente y Vicepresidente de la República, así como a los diputados y senadores, las cuales serán celebradas el 17 de mayo del 2020. Por esta razón, los partidos políticos están obligados a escoger en sus primarias a los verdaderos representantes de sus comunidades para estas posiciones.
Esta escogencia no debe ser cualquierizada porque una mala selección podría convertirse en un fracaso para dichas elecciones y una mala señal para las elecciones de mayo de ese mismo año. De ahí que los partidos mayoritarios, organizaciones y movimientos políticos deben escoger, no solo a lo mejor de su militancia, sino, a lo mejor de la sociedad. Esta escogencia debe hacerse en base a encuestas creíbles, tomando en cuenta también, las recomendaciones de las instituciones de prestigio de la sociedad, no en base a su poder económico, de imposiciones ni de fraudes.
Las personas que sean escogidas como candidatos (as) para alcaldes o alcaldesas son las que van a representar al gobierno local, quienes tendrán la responsabilidad, conjuntamente con las demás autoridades de la provincia, de velar por el buen funcionamiento del municipio en todos los órdenes y serán la cara o imagen del partido que los escogió.
Deben ser escogidas personas con una gran formación política y moral, con capacidad gerencial, honestidad y pulcritud probadas; con vocación de servir a los demás y a sus comunidades; participativas, con dominio de las leyes 176-07 y 340-06, sobre el Distrito Nacional y los Municipios y sobre compras, licitaciones y contrataciones públicas; del control de los recursos públicos, sobre transparencia, rendición de cuentas; que se preocupen por la búsqueda de soluciones a los problemas comunitarios, con buenas relaciones humanas y con capacidad para la solución de conflictos.
El aspirante a Alcalde debe ser una persona respetuosa, amable, cortés, tolerante, armoniosa, dispuesta siempre a escuchar a las comunidades; emprendedora y con capacidad de generar iniciativas y proyectos que contribuyan al crecimiento, progreso y desarrollo del municipio que pretende dirigir; con capacidad de concertar y aglutinar a los distintos sectores económicos, políticos y sociales; de firmar acuerdos con los distintos ministerios, como el de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Educación, Obras Públicas, Cultura, Deportes, Interior y Policía, para llevar a cabo tareas conjuntas.
Un buen Alcalde debe saber, entre otras cosas, todo lo relativo al manejo de los desechos sólidos, de medio ambiente y recursos naturales; conocer los Objetivos de Desarrollo Sostenibles, aprobados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU); conocer sobre la Ley 1-12 (Estrategia Nacional de Desarrollo 2030); conocer el Mapa de Pobreza del municipio, los índices de desempleos, desnutrición analfabetismo, presupuesto participativo, crecimiento poblacional; sobre cultura, educación en valores y deporte.