Las células madre (llamadas también, células troncales) constituyen una categoría exclusiva de células sin caracteres diferenciados que pueden dividirse continuamente sin perder sus características y potencialidades, con la capacidad de originar células especializadas. Hay células madre en el embrión (son las llamadas células madre embrionarias) y las hay en casi todos los tejidos de un individuo adulto (son las llamadas células madre adultas).
La generalidad de las células de un mamífero adulto no se pueden reproducir. Solamente pueden hacerlo las células de la sangre y de la piel. Cuando engordamos no es porque tenemos más células. Lo que ocurre es que las células del tejido graso se ponen más grandes.
Si bien un lagarto cuando le cortamos la cola puede recuperarla, no pasa lo mismo con los seres humanos. Si nos cortan una pierna, esta no vuelve a crecer, tan sólo se cicatriza. No puede regenerarse. Ahora bien, en casi todos los tejidos del cuerpo humano hay células que aunque no se dividen, en situaciones privativas pueden expandirse y reparar dicho tejido. De manera artificial estas mismas células pueden multiplicarse y crear otros tejidos diferentes. Son estas las células madre. Células madre de la médula espinal han sido capaces de producir células de la sangre, así como células hepáticas.
Por lo expresado es que hay muchas expectativas de tratamientos innovadores para el ser humano con las células madre. En ellas está cifrada una gran parte de la esperanza de cura de muchas de las enfermedades que hoy son incurables. A nivel mundial son innumerables las investigaciones que desde el 1998 se están llevando a cabo con las células madre y se han encontrado respuestas fruto de tales investigaciones. Hoy en día no es objeto de cuestionamiento lo que se ha llamado el trasplante o reemplazo de médula ósea en pacientes con leucemia.
Ahora bien, si se puede decir que hay grandes avances en las investigaciones en este tema, la mayoría de ellas no han concluido, por lo que las terapias o tratamientos estandarizados y aprobados, son limitados.
Es de todos conocido que las investigaciones biomédicas se desarrollan en varias etapas que se inician en el laboratorio y que continúan en animales antes de llegar a las fases con seres humanos. Esas investigaciones deben realizarse sustentadas en un protocolo previamente aprobado por el órgano competente, que ha de verificar si cumple con los requerimientos científicos, bioéticos y metodológicos correspondientes. Luego de concluida una investigación es entonces cuando se estandariza el tratamiento y el mismo puede ser autorizado a aplicarse a seres humanos. La obligación de la previa aprobación del protocolo de investigación no constituye un límite al desarrollo de la ciencia, sino todo lo contrario: permite establecer los momentos de desarrollo de la investigación, identificar los procedimientos, los modos de evaluar los resultados en cada etapa y en ese sentido ir fijando los avances científicos que va arrojando la investigación.
No debemos confundir investigación científica con experimentos en seres humanos. Se habla de experimento, cuando una persona o entidad, sin estar sustentado en un protocolo previamente aprobado aplica un "tratamiento" en base a hallazgos aislados de una determinada investigación que se esté llevando a cabo nacional o internacionalmente o basado en intuiciones personales o en conocimientos que haya obtenido en una determinada área de la medicina. Si estos experimentos o terapias alguien los hace en un laboratorio o con animales, aún no tuviera protocolo, podría no haber mayor problema. Lo que está prohibido es que esos experimentos o terapias se lleven a cabo inicialmente, en seres humanos. A este respecto los principios y normas de la bioética prohíben utilizar a los seres humanos como conejillos de indias u objeto de experimentación. Es decir, la aplicación de cualquier procedimiento en seres humanos, además de constituir la última etapa de la investigación debe hacerse sobre la base de resultados constatables de la fase de laboratorio y experimentación con animales y sometida a un sistema de regulación científico, por los órganos con competencia para ello.
La investigación con células madre es un área en desarrollo de la medicina, que por su trascendencia es caldo de cultivo para especuladores y profesionales de la salud sin la debida ética, pues es conocido por todos que a través de las mismas hay grandes innovaciones y esperanzas de cura. Se promueven avances que se están dando en investigaciones aún no concluidas, como si fueran un hecho incontrovertible.
Nuestro país ha sido siempre muy atractivo para que aventureros pretendan casarse con la gloria y llenarse de lucro, por medio de inventos y experimentos, aprovechando nuestro tradicional estado de indefensión.
Son preocupantes los "experimentos en secreto" que se están realizando con células madre, en el país. Ya con anterioridad, enterado el Conabios que se proyectaban realizar procedimientos con células madre, sin que se hubiere concluido una investigación científica que los avalara, procedió a suspenderlos. Ahora algunos de los involucrados en ese entonces continúan en su propósito y a pesar de la prohibición han realizado "terapias" con células madre.
Estamos pues ante hechos de una gravedad extrema, en cuanto en la República Dominicana, profesionales de la medicina se atreven, sin el aval de los organismos correspondientes, a hacer experimentos poniendo en riesgo a ciudadanos, quienes muchas veces en su desesperación y confiados en la autoridad del médico acceden "voluntariamente" a la ilusión que se les vende.
Debe quedar bien claro que no hay oposición a la investigación con células madre y a la aplicación de las pocas terapias que ya han sido aprobadas. De lo que se trata es de evitar que dominicanos y dominicanas sean tomados de conejillos de indias y engañados con inventos no probados de inescrupulosos que cobran altas sumas se dinero.
El Consejo Nacional de Bioética en Salud (Conabios), órgano dependiente del Ministerio de Salud Pública, integrado por calificados profesionales de las ciencias de la salud y sociales, ha reprobado la aplicación de terapias con células madre, en la medida en que las mismas no hayan sido validadas científicamente. El Conabios está abierto para recibir protocolos que ayuden a profundizar las investigaciones serias que se han llevado a cabo a lo largo de muchos años, en otros países.