Últimamente hemos observado la política dominicana con especial preocupación, pues en primer orden tenemos la crisis de los partidos políticos, que en nuestra opinión no ha sido fortuita, sino que por el contrario ha sido fruto de un plan muy bien orquestado y mejor aún ejecutado.

– El Partido Reformista Social Cristiano contribuyó con su apoyo a que el Partido de la Liberación Dominicana alcanzara el poder en 1996 y desde entonces, los principales actores del PLD comenzaron trabajar en pos del fortalecimiento de su partido, cambiando las estructuras de cuadros que los caracterizaba, a estructuras de masas y utilizando en primer plano la materia prima que más a mano tenían: las propias estructuras del PRSC.

En ese primer gobierno del PLD y del Dr. Leonel Fernández Reyna, en el que se tenían deudas con los miembros del PRSC por el indispensable apoyo obtenido, se les permitió ocupar importantes posiciones dentro del gobierno, pero los estrategas y dirigentes del PLD fueron especialmente cuidadosos con la escogencia de los actores que tendrían participación en ese gobierno; priorizando a actores sin mucho carisma e incapaces de formar tienda aparte, hombres de grandes ambiciones, pero económicas, a los que pudieran controlar y permear con el clientelismo.

Posteriormente, a lo interno del PRSC vino un periodo de traiciones y fraudes, entre uno y otro candidato, compatriotas todos, provocando la salida de hombres y mujeres, que con experiencia de estado y el carisma no pudieron ganar procesos internos en los que reinó la compra de conciencia e incluso de votos (el clientelismo político); al punto, de que hoy en día, su condición de partido mayoritario está fundamentada en la alianza con el PLD y la ordenanza de éste a partes de su militancia para que voten por el PLD a través del PRSC, conservando con esto, dos presupuestos de partidos mayoritarios que trabajan por la misma causa.

– Resulto lo del control del PRSC, enfilan sus cañones hacia el Partido Revolucionario Dominicano y el 14 de mayo del 2009 logra firmar el llamado Pacto de las Corbatas Azules, que fue el inicio de una alianza con uno de los principales miembros del PRD, recién pasado candidato presidencial, el cual había sido derrotado por Leonel Fernández y su PLD, en las elecciones del 2008. Claramente los estrategas del equipo del Presidente Fernández habían escogido un aliado de poco carisma, incluso un estratega malo de la política, pero de nuevo, un hombre de grandes ambiciones económicas (Empresario).

Comienza entonces, a lo interno del PRD, un proceso de disturbios dirigidos desde afuera del partido, con las marionetas internas que se dejaban utilizar día a día. Hipólito Mejía, que era considerado un cadáver político, debido a que le tocó dirigir los destinos del país en medio de una crisis bancaria y financiera, y esto le generó un gran desgaste político, resucita al enfrentarse a las aspiraciones de un empresario que pretende ser político. Sin embargo, el desgaste provocado por la crisis antes mencionada y el desacertado intento de reelección del Ing. Hipólito Mejía, era tal, que casi pierde el proceso interno en el que se eligió el candidato de las elecciones del 2012, ganándolo por muy escaso margen.

Luego de este proceso interno, comenzaron a rasgarse las relaciones en el partido, pues los propios utilitarios alegaron que perdieron la candidatura a esa las elecciones, por la incidencia y los votos de compañeros del PLD. Qué increíble forma de utilizarlos y de ellos dejarse utilizar: primero eres mi aliado y luego entiendo que tu adversario es más vulnerable y provoco que pierdas.

– Tenemos al último estandarte de la política dominicana, el Partido de la Liberación Dominicana, actualmente en el poder y que ha venido adecentando muchos de estos males, con este nuevo gobierno de Danilo Medina; pero que también es corroído por el mismo mal y los mismos protagonistas.

Las cosas a lo interno de éste partido marchaban muy bien, hasta que el tema de la no reelección consecutiva, la solicitada alternabilidad del poder a lo interno del partido, surgieron como tema y hubo que comenzar a discutirlo, en especial cuando Danilo Medina manifestó sus aspiraciones en el 2006.

Fue cuando, exactamente las mismas fuerzas que había comprado la licencia del PRSC y posteriormente la del PRD, identificaron rivales, casi tan o más importantes que los propios partidos de oposición, que atentaban contra sus objetivos de perpetuarse en el poder promoviendo el clientelismo, la corrupción y la impunidad. Y de inmediato actuaron en consecuencia, logrando doblegar a Danilo Medina en ese primer round, al punto que a Danilo le toco pronunciar esa conocida frase que siempre oíamos en los labios de líderes de oposición: “Me venció el Estado”.

Luego le ganaron las elecciones del 2008 a Miguel Vargas Maldonado y al PRD, sin embargo, un año después, firmó el ya mencionado Pacto de las Corbatas Azules, que incluía el impedimento de la reelección presidencial en periodos consecutivos y eso fue parte del costo que tuvieron que pagar. A pesar de que hicieron  intentos para una re-postulación, no tenían control total de la oposición ya que Hipólito Mejía era el candidato, aunque sí de parte de ésta, que les podía garantizar el triunfo; pero a lo interno tenían un segundo round con el no menos brillante Danilo Medina.  Al final de todos los intentos por re-postular a Leonel Fernández y no encontrar opciones para materializarlo… ¡una buena idea!…  se relegaron en la retaguardia de forma pasiva, entendiendo que Hipólito Mejía y el PRD, que estaban arriba en las encuestas, ganarían las elecciones y ellos quedarían como la única carta de triunfo del PLD.

Pero surge una nueva amenaza, directa y en contra de uno de sus estandartes: La Impunidad. El líder y candidato del PRD Ing. Hipólito Mejía manifestó que en un posible gobierno del PRD perseguirían la corrupción y acabarían con la impunidad. De inmediato resucitó la no querida pero indispensable entonces, unidad del Partido de la Liberación Dominicana, y aquellos que en esas elecciones no pretendían hacer nada por el partido, se integraron y comenzaron a financiar activamente la campaña, quizás por temor a ser juzgados. Así mismo se comenzaron a revertir los resultados de las encuestas, en favor del PLD y su candidato Danilo Medina, pero no fue hasta la última etapa de campaña, que pasaron factura a su adquirida facción del PRD y lograron que el PLD se alzara con la victoria electoral.

Hemos venido narrando algunas de las consecuencias del Clientelismo Político: la corrupción, la impunidad, la compra de conciencias y el deseo de perpetuarse en el poder, sin embargo, otra terrible consecuencia del Clientelismo Político se cierne hoy sobre nuestro pueblo, por lo que se hace necesario que juntos, todos, la afrontemos: “El Autoritarismo”  que trataremos en nuestra entrega del próximo sábado.