El ingeniero Emilio Odebrecht, nieto del inmigrante alemán Emil Odebrecht, funda en 1923 en Brasil la empresa Emilio Odebrecht S. A.; en 1944 Norberto Odebrecht, el hijo de Emilio, asume el mando y reorganiza la empresa en Salvador de Bahía, Brasil, diezmada por una crisis financiera debido al aumento de los costos de materiales durante la Segunda Guerra Mundial. En 1954 Norberto crea la empresa Constructora Norberto Odebrecht en Salvador de Bahía, el cambio de nombre con el objeto de la renovación en los negocios, comienza una sociedad con Petrobras, construyendo su primer oleoducto. A partir de 1956 tuvo una participación destacada en la construcción de obras publicas en todo Brasil, sobre todo en la fundación de su capital Brasilia.

A partir de 1973 Constructora Norberto Odebrecht se organiza como grupo de poder económico, realiza mas de quinientas obras en la mayor parte de los estados del Brasil. En 1979 Constructora Norberto Odebrecht se internacionaliza y realiza su primera obra fuera del Brasil, en el Perú con el proyecto hidroeléctrico Charcani V. Peru.

En 1981 se crea el Holding Odebrecht, construyen obras en Sudamérica, al tiempo que entran a Angola junto a Petrobras. Para cada licitación, políticos y funcionarios recibían sobornos. El primer escandalo de corrupción Anóes do Orcamento (Enanos del presupuesto), congresistas brasileños recibieron comisiones para favorecer a contratistas desviando fondos del presupuesto federal para agencias de asistencia social.

En 1991 Emilio, hijo de Norberto, asume la jefatura del grupo como CEO, mientras su padre pasa a presidir el Holding. En 1998 Norberto se retira de los negocios, su hijo Emilio pasa también a presidir el Holding Odebrecht, que empieza a construir obras en los Estados Unidos (Miami y California), sin reportar grandes ganancias, pero persiguiendo y obteniendo prestigio.

En el año 2000, la clasificadora norteamericana Global Construction Sourcebook afirmo en la revista Engineering News Record que Odebrecht era la mayor empresa de ingeniería y construcción de Latinoamérica, y una de las treinta exportadoras mundiales de servicios de construcción pesada.

En 2007 se crea el Departamento de Operaciones Estructuradas para pagos de sobornos y transacciones cuestionables a través de pagos no reportados.

En 2008 Marcelo Odebrecht, hijo de Emilio y nieto de Norberto, es nombrado vicepresidente del Holding y dirige las relaciones con el gobierno del Partido de los Trabajadores de Lula. En 2010 Marcelo es nombrado presidente del Holding Odebrecht.

El modelo de influencias de Odebrecht, desde la época del fundador del grupo hasta la jefatura de Marcelo, operaba como una practica normal, cotidiana y generalizada en Brasil, América Latina y el África portuguesa; financiación política a campañas electorales, pago de sobornos a los políticos y a funcionarios del Estado, particularmente a aquellos que debían decidir las obras, entre los cuales figuran congresistas.

Con el referido modelo de influencias, Odebrecht conseguía asegurar las ADENDAS, destrabar los contratos, evitar la fiscalización, incrementar los precios de los presupuestos de obras y, en caso de disputas, que nunca faltan, ganar arbitrajes. Por cada dólar de soborno, Odebrecht obtiene ganancias extraordinarias. La formula colusiva típica de Odebrecht para ganar una licitación de obras publicas, es presentar la oferta más económica y luego, gracias a los sobornos y las ADENDAS, terminaban inflando significativamente la oferta original.

Las ADENDAS es el único mecanismo valido utilizado para agregar, ampliar y/o modificar aspectos del alcance de trabajos a cargo del contratista, en definitiva, mediante las adendas se realizan modificaciones contractuales.

Las ADENDAS pueden ser de dos tipos: procedimentales, es decir, las que ajustan o cambian las reglas del juego; y presupuestales, en las cuales se apoya Odebrecht para presentar el aumento de costos, con el objeto de que le autorizaran dichos incrementos, a fuerza de sobornos a las autoridades competentes.

Otra modalidad empleada por Odebrecht, sobre todo en Obras Viales, consiste en iniciar el desarrollo de la obra sin estudios técnicos de geología e ingeniería, con un presupuesto inicial subestimado, utilizando una modalidad de precios unitarios, sin especificación de cantidades y sin estudios ex ante de impacto ambiental; esto generaba una sobrevaloración del costo final de las Obras vía las ADENDAS. Esta fue la modalidad implementaba en la Obra IIRSA Norte y los tramos 2, 3 y 4 de IIRSA Sur en el Perú, que involucro veintidós (22) adendas con sobrecostos, que terminaron incrementando el costo final de la Obra al referido país, presupuestada en poco más de $850 millones de dólares en total, a más de $4,233 millones de dólares.

Marcelo Odebrecht, caído en desgracia y preso por el caso Lava Jato, le confesó a la justicia norteamericana en enero del 2017 que su empresa pagó $20 millones de dólares en coimas para adjudicarse la construcción de la Carretera Interoceánica (IIRSA). Es el monto en sobornos que Odebrecht habría pagado al expresidente del Perú Alejandro Toledo por el referido proyecto binacional, y la razón por la cual este guarda prisión en Estados Unidos a la espera de que lo extraditen al Perú.

Hasta la terminación en el año 2012 de la construcción de la Autopista del Coral en nuestro país, creíamos que la Carretera Interoceánica (IIRSA), eje de conexión vial entre Brasil y Perú, era la carretera más costosa jamás construida; sus costos por kilometro fueron para Tramo 2 de $3.47 millones de dólares, para el Tramo 3 de $2.7 millones de dólares, y para el Tramo 4 de $3.26 millones de dólares. La Autopista del Coral tuvo un costo por kilometro equivalente a $5.7 millones de dólares.

En la investigación de la Procuraduría General de la República sobre casos Odebrecht en nuestro país, no hicieron referencia al tema de la sobrevaluación de las obras realizadas durante el periodo 2002-2014, no obstante que el monto original contratado por la ejecución de ocho (8) obras durante el referido periodo fue de US$1,214 millones, pero el reportado final ejecutado por las mismas fue de US$2,188.3 millones, arrojando una diferencia de US$974.3 millones, es decir un incremento de 80.25% mediante ADENDAS, de manera que este seria aproximadamente unas diez y media (10.5) veces el monto de los US$92 millones que admitió Odebrecht, ante el Ministerio Publico dominicano, haber pagado en sobornos durante el periodo 2001-2014.

El Ministerio Publico no investigo otras diez (10) obras realizadas durante el periodo 2014-2018, entre estas la Central Eléctrica de Punta Catalina, de las que extraoficialmente medios de prensa han informado que costaron al país US$4,815.50 millones, monto este del cual estimamos en US$1,647.5 millones lo aprobado en ADENDAS, representando un incremento de 52% mediante la presentación de estas.

La Ley No. 340-06 sobre Compras y Contrataciones de nuestro país establece que debido a imprevistos, aumento en los volúmenes de obra y partidas adicionales, el costo final de una obra no debe exceder mas de 25% el valor original contratado; Art. 31 de la referida Ley y Art. 127 del Reglamento de aplicación No. 543-12: “La entidad contratante podrá modificar, disminuir o aumentar hasta un veinticinco por ciento (25%) del monto del contrato original de la obra, siempre y cuando se mantenga el objeto (de la contratación), cuando se presenten circunstancias que fueron imprevisibles en el momento de iniciarse el proceso de contratación, y esa sea la única forma de satisfacer plenamente el interés publico”.

Conforme el Global Infrastructure Anti-Corruption Centre (GIACC), la industria de la construcción a nivel mundial representa unos US$6 trillones aproximadamente, y un 10% de esto se pierde por el soborno y otras practicas corruptas, aproximadamente US$600 billones anualmente. Entonces en el caso de nuestro país con Odebrecht, resulta increíble que, en promedio, el incremento mediante ADENDAS de los contratos originales de la referida multinacional ha sido de 60%, por lo que es un hecho incontrovertible que todas las obras construidas fueron sobrevaluadas.

Es importante destacar que los millonarios sobornos que Odebrecht reconoció haber pagado en doce (12) países, diez (10) de América Latina más Angola y Mozambique, salieron del sobrecosto de las obras, es decir que estos se pagaban con el dinero que la constructora robaba a los mismos Estados en los que ejecutaba obras.