Aunque muchos no lo crean, las aceras son un asunto muy importante, inclusive más que nuestra constitución, porque si algún político la viola, si se salta alguno de sus artículos, o los cumple a su antojo o conveniencia no pasa absolutamente nada, pero si usted se salta una acera y cae en plena calle, lo más probables es que sea cazado por un sádico conductor con prisas y le pase por encima,quedando más plano que un sello de correos.

Nancy Sinatra, la hija de la ¨Voz¨, decía en una canción suya de mucho éxito en su momento que las botas eran para caminar, y eso mismo deberíamos decir aquí de las aceras de la ciudad, que son para eso, para andar por encima de ellas. Pero en realidad las nuestras no son para esos fines necesarios o lúdicos, sino para tropezar, caer de bruces, dislocarse un tobillo, darse un buen matónpara matarse, herirse las rodillas, clavarse un cristal o un hierro, resbalarse con cualquier desperdicio, o ensuciarse los zapatos con alguna hermosa una caca de perro ya sea de viralatas o de pedrigrí, entre otras amenidades, y puedo confirmarlo de manera personal y por experiencia propia de peatón empecinado en recorrer una y otra vez barrios de la ciudad.

Las aceras, en muchos países constituyen signos de civilización, son bien hermosas, de seis, ocho o diez metros de anchas, llanas, sin obstáculos, limpias, que permiten pasear con tranquilidad y seguridad, sentarse en algún banco de los que aún no cobran todavía réditos hasta por estornudar, contemplar los árboles bien plantados, cuidados con esmero y el paisaje urbano.

En cambio, las nuestras son un claro signo de atraso, de pobreza y de falta del más elemental sentido común urbanístico, fruto de la especulación de espacio, la inoperancia, el descuido municipal y la falta de autoridad, al igual que pueden serlo también las barbaridad de los millares debancas de loterías, juegos y apuestas que empobrecen al pueblo llano.

Las aceras de Santo Domingo, son sencillamente infames, traicioneras y hasta terroríficas. Además de estrechas y sucias, muy sucias, o sucísimas, en su muy inmensa mayoría, están llenas de hoyos, de grietas, de rajaduras, de desniveles, de totumas, de rugosidades, de parches con gravilla, pegotes de cemento y todo lo que un arquitecto, ingeniero o urbanista parece no haber aprendido en las clases de la universidad porque ese día, como ese tema no era importante, y además era viernes, se lo pasaron tomando unas frías.

Eso sin contar los ¨añadidos¨ encima de ellas, montones de piedras, sacos llenos de escombros, tanques de basura esparciendo a dos manos virus y bacterias, cables que caen desde los tendidos, sillas rotas, hierros retorcidos, puestos de venta de todas clases, motocicletas, carros mal aparcados ocupándolas por entero, blocks rotos o triturados, gomas de carros desechadas, postes de madera o cemento mal puestos que parecen que van a caer, talleres de reparaciones, y cuchumil cosas más que hacen un verdadero martirio caminar por ellas. Eso sin mencionar los mares que se forman cuando caen cuatro gotas, y ni digamos si llega una vaguada o una tormenta tropical de esas que hasta los peces tienen que subirse a las matas para no ahogarse.

El otro día, vimos una joven mamá con un cochecito de niños por la acera de la 27 de febrero esquina alma Mater que tuvo que bajar a laavenida para sortear un obstáculo insalvable, jugándose por unos momentos su vida y la del bebé. Después, continuó por unas rugosidades tan pronunciadas que el cochecito parecía una coctelera en plena agitación. Un espectáculo vergonzoso y enervante. Seguro que esa señora caminaba por allí debido a alguna necesidad imperante y no por disfrute o placer.

Claro que algunos de los lectores dirán eso de ¿A quién se le ocurre ir por las aceras, con lo peligroso que es? ¡Que vaya en carro! Pues a muchos, por uno u otro motivo, trabajo, compras diligencias, salud… y serían muchísimos más si estuvieran en condiciones adecuadas y tuvieran la suficiente vigilancia y seguridad.

Una pregunta tonta ¿las aceras están así de deterioradas porque la gente no camina por ellas, o no caminan por ellas porque están así de deterioradas? Nos inclinamos por la última. Qué bueno sería cambiar la letra de Nancy y poder tararear con su música simplona pero tanpegadiza eso de ¨las aceras son para caminar, are you ready¨.